SOSÚA, CABARETE,
SABANETA DE YÁSICA Y MONTELLANO, BORDEANDO EL MAR
POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
(1-12-2019)
Municipio Sosúa
La ciudad de Sosúa, que cuando era una aldea se conocía como Puerto
Santiago, está enclavada en la bahía del
mismo nombre y en el margen occidental del río así también llamado, el cual nace
en la loma La Monteada y desemboca en el Océano Atlántico.
Su formación ya con perfiles comunitarios surgió en el último tramo del
siglo XIX, cuando se produjo allí una
gran migración de cubanos y puertorriqueños. Antes lo que había era un pequeño
caserío sin mayores pretensiones de urbanismo.
La antigua Sección Sosúa fue elevada a Distrito Municipal mediante la
Ley No.4882, del 27 de marzo de 1958. En la ocasión quedó integrado por las
Secciones Sabaneta de Cangrejos, Madre Vieja y Sabaneta de Yásica.1
Sosúa fue convertido en municipio mediante la Ley No.916 del 12 de
agosto de 1978, la cual elevó de categoría política a decenas de otras
comunidades del país y por ello no contiene motivaciones específicas sobre
ninguna de ellas.
El artículo 4 de la indicada ley expresa que: “El Distrito Municipal de
Sosúa, perteneciente a la jurisdicción territorial del Municipio de Puerto
Plata, Provincia Puerto Plata, queda erigido en Municipio con el nombre de
Municipio de Sosúa. Estará integrado por las Secciones de Madre Vieja, Sabaneta
de Cangrejos, Sabaneta de Yásica. Su cabecera será la Villa denominada Sosúa.”2
El Municipio de Sosúa tiene una extensión territorial de 288 kilómetros
cuadrados. De conformidad con el IX Censo de Población y Vivienda del 2010 para
dicha fecha tenía una población de 49,593.
Esa tierra siempre ha sido de una elevada productividad, tal y como se
comprueba en numerosas publicaciones del pasado. Con esa información disponible
fue que a finales del siglo XIX una empresa de los EE.UU. fomentó, en cientos
de miles de tareas de tierra guineo para exportación. Luego, a partir de la
invasión de 1916, aprovechados inversionistas estadounidenses llenaron de caña
de azúcar toda la zona y crearon el ingenio Montellano.
Otro ejemplo que demuestra la importancia económica que ha tenido Sosúa
y sus contornos es que en los tiempos de la ocupación haitiana el llamado duque
de Puerto Plata, el comandante Cadet Antoine, tenía allí importantes intereses
agropecuarios, tal y como se comprueba en una carta suya, fechada el 16 de
abril de 1844 en Cabo Haitiano, en la cual informaba al periódico Feuille du
Commerce que en la zona de Puerto Plata “los ciudadanos que no han podido
seguirme son detenidos…siendo nuestras propiedades vendidas o incautadas.”3
Desde hace décadas Sosúa se convirtió en un municipio turístico, con una
afluencia notable de visitantes de todo el mundo, gracias a una adecuada
infraestructura hotelera, diversos centros de comida y bebida, así como
paisajes paradisíacos.
Es un centro de interés mundial para algunos deportes acuáticos como el
windsurfing y el kite surfing, lo cual incrementa un turismo clasificado de
alto nivel.
Pero gran parte de la fama que tiene Sosúa en muchos lugares del mundo está
vinculada con un asentamiento allí de judíos que pudieron salvarse del
genocidio de la Segunda Guerra Mundial.
Precursores de los judíos de
Sosúa
La presencia de los judíos en
República Dominicana ha sido una constante desde hace más de 200 años, amén de
que está comprobado que el primer viaje de Colón al llamado Nuevo Continente
contó con el apoyo económico de los potentados judíos Luis de Santángel, Isaac
Abarbanel y Abraham Senior.
Dicho lo anterior al margen de que en el mismo 1492 comenzó la expulsión
de los judíos de España por los motivos que se indican en el Edicto de Granada,
parte de cuyas consecuencias se arrastraron durante 523 años, pues fue en el
2015 cuando se dictó una ley corrigiendo entuertos sobre ese tema. Es harina de
otro costal.
Hay pruebas genéticas que
demuestran que los judíos tienen siglos en lo que hoy es la República
Dominicana. El andaluz Juan José Duarte Rodríguez, el padre de Juan Pablo Duarte,
era un judío sefardí.
Federico Henríquez y Carvajal, que era judío sefardí cuya familia había
emigrado al país desde Curazao, publicó en el 1883 un drama en versos titulado
La hija del hebreo, cuyo contenido trasciende lo puramente genealógico, e
incluye detalles importantes para entender las migraciones caribeñas.4
El antropólogo social holandés Harry Hoetink, quien desde el 1957 vivió
por temporadas en el país, en su didáctica obra El Pueblo Dominicano 1850-1900,
se refirió al tema de los judíos expresando que “aunque en sentido cuantitativo
la inmigración sefardí haya sido poco importante…se le debe atribuir
importancia en sentido económico, político y social.”5
Más cerca de nuestro tiempo es la novela con tintes históricos titulada
La Senda de la Revelación, publicada por Haim H. López Penha en el año 1936, con un
estilo didáctico y revelador de aspectos transcendentales sobre los judíos
sefardistas. La obra es interesante, pero más lo es en el capítulo XII,
titulado los paisanos de Jesús.6
Enrique Ucko, en su ensayo Cuestiones Raciales: La Fusión de los
Sefardis con los Dominicanos, también hace un aporte importante para conocer
interioridades de la presencia judía en el país. Cita dicho autor un oficio del año 1846 mediante el cual el
entonces Presidente de la República Pedro Santana se muestra lúcido y amonesta a las autoridades de La Vega que pedían
al gobierno tomar medidas contra los comerciantes judíos de esa plaza.
El párrafo que sigue es parte de lo que, defendiendo a los judíos,
Santana despachó para La Vega: “No son los judíos que aumentan el valor de las
onzas de oro, sino la desproporción de importación y exportación. El remedio
para tal dificultad consiste en perseguir a la holgazanería e intensificar la
agricultura. La prosperidad de otros países radica en su amor al trabajo…”7
En su obra La Inmigración Española en República Dominicana Juan Manuel
Romero Valiente describe que durante los gobiernos azules el General Gregorio
Luperón propuso en París traer al país familias judías desde Europa, lo cual no
fructificó por diferentes motivos.
El referido autor describe la oferta así: “Dicho plan encontró buena
acogida entre gobernantes e intelectuales del momento, algunos de los cuales
como Eugenio María de Hostos reflexionó en sus artículos sobre la factibilidad
de este proyecto y los medios necesarios para llevarlo a buen término, además
de valorar el carácter de los propios inmigrantes judíos que pertenecen a uno
de los grupos de la familia humana en que el ahorro es más austero.”8
La llegada a Sosúa
de los judíos
Antes de que comenzara la devastadora Segunda Guerra Mundial, en la cual
murieron más de 55 millones de personas, por la ambición y la demencia de unos
cuantos energúmenos, se había celebrado en el 1938 en la ciudad francesa de
Evian una Conferencia Internacional en la cual la República Dominicana propuso,
por razones conocidas, ajenas a conceptos de magnanimidad, darles acogida en el
territorio nacional a miles de personas nativas de diversos países de Europa.
Los registros históricos recogen que Virgilio Trujillo expresó en la
ocasión que “el gobierno de nuestro país se encontraba dispuesto a recibir
100,000 refugiados europeos.” Las anotaciones de la aludida conferencia
priorizaban a judíos y españoles.
El historiador Franklin Franco, en su obra Historia del Pueblo
Dominicano, al analizar dicha propuesta expone con visión esclarecedora que esa
“declaración se hacía apenas un año después de la matanza de los haitianos,
hecho que desacreditó el régimen en el plano internacional. La propuesta de
Trujillo, por tanto, tenía fines propagandísticos: estaba dirigida a recomponer
la imagen del gobierno dominicano en el plano mundial.”9
Vinculado con la oferta lanzada en Evian, y con la participación de
James Rosemberg, un acaudalado judío establecido en New York, que creó una entidad conocida como DORSA, el
país acogió en medio de la Segunda
Guerra Mundial a varios centenares de familias judías provenientes de los
países donde fue más feroz la
persecución en su contra.
Fueron ubicados en Sosúa y sus alrededores, especialmente en unas
tierras en abandono, donde había funcionado antes un proyecto bananero de una
empresa estadounidense.
Es proverbial el ingenio y la creatividad de los judíos, aparte de otras
características que les son propias. Los
muchos premios Nobel -en sus diferentes categorías- que han obtenido son
ejemplos claros de la calidad de esa gente.
En Sosúa fomentaron en poco tiempo cooperativas agropecuarias,
industrias lácteas para procesar la leche, creando un queso y una mantequilla
cuyo nombre todavía forma parte de las ofertas
alimenticias de colmados y supermercados del país.
Establecieron una selecta ganadería y se dedicaron también a elaborar
productos cárnicos como butifarras y otros embutidos. Hicieron importantes
aportes gastronómicos que aún perduran en la zona como las famosas croquetas
llamadas falafel y el puré o crema, con
variantes caribeñas, conocido como hummus. Son auténticas delicias
gastronómicas.
En su libro Un Sión tropical: el general Trujillo, Franklin Roosevelt y
los judíos de Sosúa, el catedrático de
historia Allen Wells hace un pormenorizado recuento de la presencia de los
judíos en Sosúa.
El referido autor comienza su obra con un epígrafe de Heinrich Hausen
que envuelve una gratitud, mezclada con desconocimiento de los fines de
Trujillo: “La gente nos escupía y abucheaba en Viena. Otros pueden llamar
asesino a Trujillo, pero salvó nuestras vidas.”
Bien se ve que ese señor Hausen no se imaginaba que Trujillo si no
imitaba al Maloch Baal de los canaanita de la antigüedad, sí que se acercaba al
Cronos de los griegos o en la mitología romana al devorador Saturno, que con su
hoz era capaz de destruir y acabar con lo que fuera para satisfacer las
exigencias de su alma deformada.
Luego de un sostenido recuento de las labores que tan solo llegar
desplegaron en Sosúa los judíos, Wells expresa en el capítulo 5 de dicha obra
algo medular para comprender los reales motivos del régimen trujillista:
“Poco tiempo después del acuerdo Trujillo reclamó su pago. Necesitaba
ayuda para hacer avanzar las negociaciones en Whashington en dos asuntos claves:
poner fin a la receptoría aduanera y aumentar la cuota azucarera.”10
Distrito Municipal Cabarete
Cabarete es en la actualidad una pequeña pero activa ciudad, famosa por
las olas del mar que tiene en frente, por las montañas, restaurantes, habitaciones
hoteleras y por otros atractivos como son sus cuevas y lagunas.
Mediante la Ley número 42-02, promulgada el 25 de marzo del 2002,
Cabarete fue elevado a Distrito Municipal del Municipio de Sosúa. El Congreso
Nacional motivó su decisión para otorgarle
esa categoría política, entre otras razones “por las grandes inversiones en
turismo, que la transforman en un punto de encuentro de diferentes culturas del
mundo.”11
En el último censo poblacional realizado en el país, en el 2010, se
contabilizó en esa demarcación del norte dominicano una población de casi 15
mil habitantes.
Sobre Cabarete hizo anotaciones importantes, en el siglo pasado, Cayetano
Armando Rodríguez: “pequeño puerto de milla y tercio de boca; está comprendido
entre la punta de su nombre al Este y la de la Goleta al Oeste.”12
Esa vibrante comunidad está frente a una bahía protegida por un
importante arrecife de coral, lo cual la hace codiciada para los deportes
acuáticos. De hecho allí se celebran eventos internacionales vinculados a las
actividades marinas, incluyendo entre los atractivos anuales un festival de
jazz que transciende las fronteras nacionales, con la participación de figuras
famosas.
En los siglos XVIII y XIX concurrían al puerto de Cabarete una gran
cantidad de buques mercantes que salían con sus bodegas repletas de maderas
criollas y otros productos. Obviamente que no venían vacío. Vale decir, que
allí había una importante actividad de intercambio mercantil y una
predominancia de la agropecuaria y la silvicultura.
Tomando como base las anotaciones que hizo y no publicó Víctor Almonte
Jiménez, Frank Moya Pons relata que Sosúa y Cabarete pertenecían en los tiempos
coloniales a las familias Coca y Dávila.
En su importante obra La Otra Historia el conocido historiador Moya
dice: “Bordeada de bosques de caoba, Sosúa fue, junto con Cabarete, puerto
natural para el embarque de esta madera preciosa en el siglo XIX.”13
Sangre de inocentes
Lo que hoy son hermosos lugares donde el placer sentó plaza y los
turistas criollos y extranjeros se deleitan con los encantos gastronómicos y
paisajísticos de allí, fueron hace 82 años escenario de crueldades contra
personas indefensas.
La historia registra que en Cabarete, una media noche del sangriento
octubre de 1937, el padre y la madre de una familia haitiana fueron asesinados
y sepultados y que los cinco hijos se salvaron al día siguiente porque “se
reclamó de un cabo del Ejército destacado en Sosúa, que completara la obra de
exterminio dándoles muerte a los niños, pero este se negó a ello.”
Como se ve, la sangre de indefensos haitianos vertida en el 1937 no sólo
fue en la línea fronteriza. El reputado historiador Rufino Martínez al expresar
lo entrecomillado precedente también explica en su obra Hombres Dominicanos
Trujillo y Heureaux, tomo III, lo siguiente:
“En los lugares más apartados como Sosúa, Cabarete y toda la costa
siguiente hasta Nagua, el exterminio se hizo con armas de fuego, y fueron
víctimas las mujeres, muchas en cinta, y los niños, con la misma saña
despiadada que los hombres…”14
Monumentos Naturales
En Cabarete están los Monumentos Naturales Laguna Cabarete y Goleta, con
importantes ecosistemas en su interior, y que forman parte del circuito
turístico de la franja atlántica de la República Dominicana.
En virtud de lo que dispone el artículo 37, numeral 33 de la Ley Sectorial
de Áreas Protegidas (202-04) esos monumentos naturales tienen un polígono que encierra
una superficie de 77.5 kilómetros cuadrados.
Los Monumentos Naturales Laguna Cabarete y Goleta, al tenor de dicha ley,
tienen su “punto de partida en la intersección del río Catalina con la
carretera Sabaneta de Yásica-Cabarete.”15
Distrito Municipal Sabaneta
de Yásica
Sabaneta de Yásica pasó de Sección a Distrito Municipal por la Ley
43-02, de fecha 25 de marzo del 2002. Está adherido al Municipio Sosúa. Tiene
una extensión superficial de 154 kilómetros cuadrados. En su geografía están
los pequeños poblados de nombres Los
Cantabillos, Palo Amarillo, La Hicotea y
Cuesta Barrosa.16
Los límites geográficos de Sabaneta de Yásica se encuentran enmarcados
por Cabarete en su lado norte; al sur y al este por el Río Yásica y por el
oeste con Madre Vieja.
En la guerra de 1857
En Sabaneta de Yásica acamparon para reponer energías las tropas que
desde Santiago atravesaron la Cordillera Septentrional en julio del año 1857. Su objetivo era sitiar a Samaná
en la lucha abierta que por varios meses provocó una guerra civil en el país y
que finalmente dio al traste con el funesto régimen de Buenaventura Báez. Poco
duró la ilusión del grupo cívico militar de Santiago que auspició esa guerra,
pues al poco tiempo quien tomó el poder de nuevo fue el General Pedro Santana y
el grupo de ultra conservadores que lo apoyaba.
El General Luperón vivió en
Sabaneta de Yásica
Una de las figuras más prominentes de las que vivieron en Sabaneta de
Yásica fue Gregorio Luperón, quien permaneció allí hasta que se produjo la
Anexión a España y su espíritu patriótico lo llamó a transitar los caminos de
la gloria.
Su presencia en ese lugar aparece
en su Autobiografía. Se indica que siendo muy joven el que luego sería paladín
de la Restauración de la República “se fue a instalar una casa propia de
mercancías y provisiones en Sabaneta de Yásica, donde lo fue a sacar de los
negocios el oprobio del 18 de marzo de 1861.”17
Combates restauradores
Sosúa, Yásica y otros lugares de
los alrededores de Puerto Plata también fueron escenarios de combates entre los
anexionistas españoles y sus paniaguados criollos (como Juan Suero) y los
aguerridos patriotas restauradores. Fueron sitios importantes para probar la
genuina voluntad de libertad del pueblo dominicano.
Eugenio J. Senior, vino de otra tierra pero se
convirtió en un ilustre dominicano por derecho propio. Desempeñó el importante
puesto de secretario de los Cantones de Muñoz, Maluis y Sabana Grande, entre
1863-65. Fue un testigo excepcional y, además, actor en los combates entre
restauradores y anexionistas, con las olas del mar a la vista. Escribió unas
notas memoriosas que fueron publicadas póstumamente, con motivo del Centenario
de la Restauración.
En su relato de perfil histórico titulado La
Restauración en Puerto Plata el señor Senior se refirió a las “tumbas que
recibieron los muertos” en los senderos y atajos de Yásica, Montellano, Sosúa,
Muñoz y otros lugares del extra radio de
la Novia del Atlántico: “En la manigua, el soldado dominicano, con dos tragos
de aguardiente blanco, calzones arrollados hasta las rodillas, pañuelo de
montar en burros amarrado a la cabeza, cachafú y machete afilado y de cabos a
la cintura, realmente se convierte en
una fiera…”18
Una gloria dominicana nació
en Sabaneta de Yásica
Fue en Sabaneta de Yásica donde nació el 6 de mayo de 1900 el ilustre
periodista e historiador Alonso Rodríguez Demorizi. Logró la hazaña de soportar
los garfios y embestidas propias de la tiranía trujillista, a la que sobrevivió
15 años, pues su fallecimiento se produjo el 26 de marzo de 1976.
Su periódico El Porvenir llegó a ser el decano de la prensa nacional, el
cual mantuvo con intermitencia en medio de la precariedad y al parecer
acompañado del pensamiento de su contemporáneo, el gran hispanista francés
Pierre Vilar, quien sostenía que “el objetivo de la historia no es “hacer
revivir el pasado”, sino comprenderlo.”
Su diario secreto, que arranca el 9 de octubre de 1960 y termina el 16
de enero de 1961, con un sugerente “hasta pronto”, fue publicado póstumamente
en dos tomos con el título de Drama de Trujillo. Su prologuista Roberto
Cassá dice que “no es un simple diario; encierra, más bien, una pragmática
sobre las claves de la dominación trujillista.”
Para que se tenga una somera idea del pensamiento de ese ilustre hijo de
Sabaneta de Yásica es pertinente decir que faltando 4 meses y catorce días para
el ajusticiamiento de Trujillo, ya en la parte final del tomo II de sus
anotaciones secretas, don Alonso resumía (antes de suspender su diario por “las
apremiantes circunstancias que rodean a la familia”) lo que se vivía en el
país: “Un Gobierno que, según los Foros, perdona aquí y allí a delincuentes y
ladrones, no es Gobierno.” Anotó, también, que “el pueblo se muere de hambre…ni
siquiera tenemos los artefactos apropiados para una vida moderna. La sal y el
arroz, productos nacionales, son más caros que en Estados Unidos…La propiedad
está sujeta al Capricho del Tirano.” El tenía la certeza de que en el país se
produciría un hecho extraordinario, solo que lo describió como “la revolución
popular que se avecina.”19
Los asesinos de las Mirabal
en Sabaneta de Yásica
Los asesinos de las Hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y de
Rufino de la Cruz estuvieron varias horas estacionados en Sabaneta de Yásica. Al
menos así se mantiene en la tradicional oral de esa área del país. Fue una de
las paradas de acechanzas de esos matarifes la trágica noche del 25 de
noviembre de 1960 en que el país se llenó de luto por el horrible crimen que
dio origen al fin del régimen de Trujillo.
El llamado Carro de la Muerte (así identificaba el pueblo dominicano a
los vehículos que a diferentes lugares del país enviaba la tiranía con curtidos
criminales para asesinar y desaparecer personas) emprendió desde allí la
persecución de las Mariposas de Salcedo.
La hermana sobreviviente, Dedé Mirabal, en su libro de memorias titulado
Vivas en su Jardín, al referirse al abominable crimen anota que su madre Doña
Chea repetía antes de la tragedia:
“Trasladaron a los esposos a Puerto Plata para matarlas.” La autora confirma
que: “Es que todos estábamos convencidos
de que habían trasladado a los presos a Puerto Plata para asesinarlas.”20
Municipio
Montellano
Montellano comenzó como un caserío a ambas orillas del río Camú, uno de los
que se desplazan por esa zona del país. Su realidad desde hace más de un siglo
es que está emplazado cerca del río Mozoví, una importante fuente hídrica de
allí.
Su evolución demográfica fue lenta hasta el año1918, cuando empresarios
estadounidenses aprovechándose de las ventajas que para ellos significaba el
control que tenían del país invadido, crearon en ese entonces paraje un ingenio
azucarero que motivó un incremento de la población. La molienda se inició en el
1923.
Posteriormente el ingenio Montellano formó parte del conglomerado azucarero
de Trujillo. A su muerte fue una de las empresas de la Corporación Azucarera
Dominicana, de propiedad estatal, que a partir del año 1966, por mandato de la Ley
No.7, pasó a ser el Consejo Estatal del Azúcar, que hoy languidece, como una de
las tantas entelequias gubernamentales.21
Esa comunidad fue hasta el 20 de enero del 2006 un distrito municipal
adherido al municipio de Puerto Plata. Esa condición la adquirió mediante la
Resolución No.19-92, dictada el 30 de octubre de 1992 por el cuerpo de
regidores del Ayuntamiento de la indicada ciudad.
Posteriormente, en atención a múltiples solicitudes de sus moradores, el
Ayuntamiento del Municipio de Sosúa dictó el 15 de agosto de 1996 la Resolución
No.1396, apoyando que ese territorio fuera convertido en municipio.
El 20 de enero del 2006, luego de muchas diligencias y los clásicos
cabildeos congresuales se promulgó la Ley 7-06, a través de la cual Montellano
fue transformado en municipio, dentro de la provincia de Puerto Plata.22
Los legisladores expresan, en el segundo párrafo del texto legal que elevó
de categoría política a Montellano, que “las actividades industriales,
educativas, sociales, culturales, sindicales, religiosas, políticas y
deportivas hacen del distrito municipal de Montellano una colectividad pujante
y progresista, que reclama los incentivos indispensables para su desarrollo.”
En las motivaciones para elevarlo a municipio se estableció que en el 2005
había en Montellano más de 25,000 habitantes. Cinco años después el IX Censo de
Población y Vivienda arrojó una población de 12,264 moradores.23
El nombre oficial es Villa Montellano, con una extensión territorial de 71
kilómetros cuadrados. Sus linderos geográficos son al Norte el Océano Atlántico,
al Sur y al Oeste Puerto Plata y al Este tiene de escolta a Sosúa.
Por mandato expreso del artículo 2 de la referida ley de su creación forman
parte del Municipio Villa Montellano las
Secciones Mozoví, Arroyo de Leche, Boca Nueva, Cangrejo, Caraballo, Los
Ciruelos; así como decenas de parajes, entre ellos La Búcara, La Munición, La
Piedra, Bracitos, Los Pajones, Bergantín, Los Cocos, Los Muertos, Negro Melo,
Los Ciruelos y La Gran Parada.
La Jicotea
Al investigar la oriundez de los hombres que el 24
de octubre de 1903 se levantaron en arma en Puerto Plata para acompañar al ex
sacerdote Carlos F. Morales Languasco se comprueba que muchos de ellos
provenían de los campos de Sosúa, Montellano, Sabaneta de Yásica, Cabarete,
etc.
Conversando con memoriosos ancianos de Montellano me
enteré que allí se mantiene la creencia transmitida de generación en generación
de que decenas de nativos de esa tierra otrora cañera acompañaron a Morales
Languasco en el derrocamiento del Presidente Alejandro Woss y Gil y que uno de
ellos era un pintoresco y valiente joven que se caracterizaba por su
intrepidez y salidas jocosas.
Es posible que fuera
el que en su obra De Lilís a
Trujillo describe Luis F. Mejía: “ Un soldado llevaba colgada de la carabina la
concha de una hicotea, no cesando de decir: “miren como han dejado esta gente
la jicotea, se la comieron entera.” “La Presidencia de la República y los
cargos públicos se llamaban entonces popularmente jicoteas.”24
Bibliografía:
1- Ley No.4882 del 27 de marzo de 1958.
2-
Ley No.916 del 12 de agosto de 1978.
3-
Guerra domínico-haitiana.Impresora dominicana,1957.Pp372-373.Emilio Rodríguez
Demorizi.
4-
La hija del hebreo.Imprenta De García Hrmanos,1974.
Federico Henríquez y Carvajal.
5-
El pueblo dominicano. Editora UCMM,1985.P47. Harry
Hoetink.
6-
La Senda de la Revelación. Editorial Listín
Diario,1936. Haim H. López Penha.
7-
Cuestiones Raciales: la fusión de los sefardís con los dominicanos. P
85.Reproducido en Cuadernos dominicanos de cultura No.15.noviembre de 1944.
Enrique Ucko.
8-
La inmigración española en República Dominicana. Editora
Corripio, 2006.Pp55 y 56. Juan Manuel Romero Valiente.
9-
Historia del pueblo dominicano. 7ma.edición.Editora
Mediabyte,2008.P541. Franklin Franco Pichardo.
10-
Un Sión Tropical: el general Trujillo, Franklin Roosevelt y los judíos de
Sosúa. ADH.Editora Búho,2014. Allen Wells.
11-
Ley No. 42-02, promulgada el 25 de marzo del 2002.
12-
Geografía física, política e histórica de la isla de Santo Domingo.P
253.Cayetano Armando Rodríguez.
13-
La otra historia. Editora Búho,2008.P218.Frank Moya Pons.
14-
Hombres dominicanos Trujillo y Heureaux, tomo III.SDB.Editora
Búho,2009. Rufino Martínez.
15-
Ley No.202-04 art.37, numeral 33, promulgada el 30 de julio del 2004.
16-
Ley No.43-02, de fecha 25 de marzo del 2002.
17-
Notas Autobiográficas y apuntes históricos.Tomo I.Pp 91 y 92. Editora
Santo Domingo, 1974. Gregorio Luperón.
18-
La Restauración en Puerto Plata. Relato de un
restaurador. Editora Montalvo, 1963.P94. Eugenio J. Senior.
19-
Drama de Trujillo.AGN. Editora Búho, 2012.Pp482 y
483.Alonso Rodríguez Demorizi.
20-
Vivas en su Jardín. Editora Corripio,2009.P186.Dedé
Mirabal.
21-
Ley No.7, promulgada
el 19 de agosto de 1966. Gaceta Oficial 9,000.Bloque de Leyes del 1966.
22-
Ley No.7-06, promulgada
el 20 de enero del 2006.
23-
IX Censo de
Población y Vivienda, 2010.
24-
De Lilís
a Trujillo.Talleres Manuel Pareja, Barcelona, España, 1976.P 38. Luis F. Mejía.