sábado, 29 de junio de 2019


JAMAO AL NORTE,  PARAÍSO A UN COSTADO DE LA CORDILLERA SEPTENTRIONAL

                      POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Origen y economía pasada de Jamao al Norte
El Municipio Jamao al Norte está situado en la parte Oeste de la Provincia Espaillat, de la cual forma parte.
Pertenece al circuito denominado Cibao Norte, donde  las lluvias que llegan con los vientos alisios empujados desde el Nordeste suelen estar por encima del promedio nacional.
Ese paraíso criollo se encuentra enclavado en la vertiente sur de una de las sierras de la Cordillera Septentrional, la misma que el cronista de los tiempos coloniales Bartolomé de las Casas describió así:
“Y esta cordillera comienza desde la provincia de Higüey e de la comarca del pueblo del Macao, y se acaba en el Monte Christi…Es toda esta sierra muy fértil, tan fértil en las cumbres como en el medio y en el principio, para labranzas y ganados, como si fuera campiña llana, y es llena de grandes arboledas, y estaban de pueblos y gentes rebosantes…”1
Antes que existiera el poblado, el nombre Jamao era usado para identificar el principal río del lugar, clasificado como una importante fuente de agua lótica, con su nacimiento en un punto de la hoy provincia Hermanas Mirabal, en una de las elevaciones que tiene allí la Cordillera Septentrional.
Al estudiar ahora (2019) la hidrografía de esa región, en clave de simple aficionado, se observa que el río Jamao tiene una dinámica fluvial caracterizada por no provocar daños en su entorno.
Esa corriente de agua tiene un desplazamiento con poco serpenteamiento, pues un geógrafo del pasado anotó, sin más detalles, que va desde el Suroeste hacia el Noroeste, donde se encuentra con el río Yásica, en la parte costeña de la franja norte del país.2
Hasta la última década del siglo antepasado el territorio que hoy forma el municipio de Jamao al Norte estaba copado por grandes caobales y otros árboles de maderas preciosas o nobles, como también se les dice, que se exportaban especialmente para Europa.
La historia registra que para esa época todavía había por allí señales de la ganadería extensiva que era costumbre de los tiempos coloniales, caracterizada más por ser una actividad de caza que de crianza, debido a la entonces baja población y la inmensidad de los predios sin alambradas.
En su obra Economía, Esclavitud y Población Rubén Silié aborda con abundancia de detalles, en el marco de la era colonial, sobre realidades productivas parecidas a la de Jamao al Norte en todo el territorio nacional.3
 Con el paso de los años la economía de Jamao al Norte se fue diversificando, gracias al fomento de ganado vacuno estabulado y también con crianza a cielo abierto, protegida por cercas de alambres de púas, y, además, con la producción a gran escala de tabaco, café, cacao y otros productos de comercialización nacional e internacional.
Aunque en menor proporción, pero se impone señalar que ahora también hay en ese municipio decenas de granjas porcina y de aves, especialmente de pollos, gallinas ponedoras y pavos. Es una forma moderna de ganadería intensiva, con jaulas en batería.

Comienzos de la formación comunal de Jamao al Norte
Se sabe de sobra, por las múltiples pruebas arqueológicas, paleontológicas y pictóricas esparcidas en su territorio, que los taínos fueron habitantes de esas lomas; pero es a partir de los años finales de la centuria del 1800-1900 cuando esa zona ubicada en el lado sur de la Cordillera Septentrional comienza a poblarse con perfiles de comunidad. Familias que emigraron de otros lugares del país constituyeron la base de su actual demografía.
Aquellos pioneros del hoy activo Municipio Jamao al Norte se desparramaron e hicieron bohíos en las proximidades de ríos y arroyos, entre pequeños valles, collados, montes empinados y al pie de mogotes. Unos hicieron huertos con palas y escarbadores; otros se dedicaron a la crianza de animales en predios cubiertos de pasto silvestre, cuando el pienso no era necesario. Pero todos talaron árboles para hacer “claros” en la espesura de la pequeña  jungla y casi aniquilaron el sotobosque del territorio.
Algunos de esos primeros moradores de Jamao al Norte en realidad desarrollaban su cotidianidad (a manera de calco del relato Los Crisantenos, del escritor estadounidense y premio Nobel de Literatura John Steinbeck) en la rutina de “cabalgar subiendo la ladera… en busca de los novillos”, y tal vez todos ellos contemplando cada cierto tiempo que a un puesto cercano de sus ranchos de montañeses llegaba, como en el referido relato, un hombre encima de una carreta con una lona en la que “estaban pintadas unas palabras en letras torpes y torcidas: Ollas, cazuelas, cuchillos, tijeras, herramientas, se arreglan.”4
Desde los orígenes de ese poblado la agropecuaria ha sido su renglón económico más importante, aunque a través del tiempo se ha variado el tipo de cultivo, por una miríada de razones.
A partir de hace algunos años el turismo ha tomado también importancia económica en esa área del país. Esa serranía del septentrión dominicano tiene varios parques de uso colectivo, corredores ecológicos y senderos interiores para el esparcimiento de sus habitantes y de los visitantes, especialmente para aquellos conocidos como de suela larga, quienes disfrutan los encantos de los sitios donde van en plan de recreación.
Jamao al Norte, de Sección a Distrito Municipal
La antigua Sección Jamao al Norte fue elevada a Distrito Municipal mediante la Ley 177, promulgada el 27 de octubre del 1980. Luego de hacer las ponderaciones correspondientes sobre la pertinencia de subir de categoría administrativa ese territorio, el Congreso Nacional, en el artículo 1 de dicha ley, dispuso lo siguiente:
 “La Sección de Jamao al Norte perteneciente a la jurisdicción territorial del Municipio de Moca, Provincia Espaillat, queda elevada a Distrito Municipal, con el nombre de Jamao al Norte. Estará integrado por Jamao al Norte, como cabecera del Distrito Municipal, y las Secciones Los Brazos y Jamao del Sur, con los siguientes parajes: El Ramonal, Los Meluces, Arroyo del Agua, Los Ganchos, Arroyo del Gato, La Canela y Las Espinas.”5
Jamao al Norte, de Distrito Municipal a Municipio
El 13 de marzo del 2001 el Senado de la República, y el 9 de mayo del mismo año la Cámara de Diputados, aprobaron elevar al entonces Distrito Municipal de Jamao al Norte a la condición de Municipio.
Se tomaron como elementos de preeminencia para dicha decisión congresual la pujanza agrícola y ganadera de esa importante colectividad, con una activa y permanente producción de café, cacao, plátanos, maíz, frutos menores, ganado de carne y leche, sus actividades comerciales en expansión, así como su condición de polo turístico de hecho, con importantes balnearios que atraen semanalmente a cientos de viajeros nacionales y extranjeros.
La Ley número 97-01, promulgada el 25 de mayo del año 2001, dispone en su artículo 1 lo siguiente: “El Distrito Municipal  de Jamao al Norte, del municipio de Moca, provincia Espaillat, queda elevado a la categoría de municipio.”A su vez el artículo 2 reza así: “Los parajes Las Caobas y La Filipina, de jurisdicción de Jamao al Norte, quedan elevadas a la categoría de Sección con 10 parajes.”6
Entre los lugares urbanos y rurales que integran el Municipio de Jamao al Norte están Los Brazos, Las Caobas, Jamao al Sur, La Filipina, Hojas Anchas, La Canela, Palo Blanco, Arroyo Agua,  Los Manantiales, Las Manaclas, El Ramonal, La Jagua, Las Espinas, Arroyo del Gato, Los Moluses, Rincón Caliente, La Vereda, Boca de Jamao, La Laguna, Palo Roto, etc.
Ocho balnearios para el turismo en Jamao al Norte
Al margen de la propaganda que resalta con razón las bellezas naturales de Jamao al Norte, para ser un lugar receptor de turismo, y en cadena con eso la realidad que se palpa al recorrer esa demarcación enclavada en el lomo y en el lateral sur de una de las sierras de la Cordillera Septentrional, cargada con bosques de diversos árboles, a veces copados de una tenue neblina, flores, aves, cabañas rurales y pequeños valles intramontanos, lo cierto es que cuando en el año 2001 el Congreso Nacional decidió darle su condición actual de Municipio de la provincia Espaillat resaltó, entre otras cosas, lo siguiente:
“ Que el Distrito Municipal de Jamao al Norte, se ha convertido en un polo turístico de ríos y montañas, importantizando la provincia y el país, contando con los balnearios La Represa, El Chorro, La India, Los Peña, Paso de Tin, Las Piedras, Rancho Río y Los Brazos.”7                   
Balneario Arroyo Frío
No sé si por uno de esos frecuentes descuidos en que se incurre en el Congreso Nacional en la redacción de leyes, lo cierto es que en la mencionada disposición legal que creó el Municipio Jamao al Norte no se mencionó como lugar de interés para los visitantes a uno de los puntos más hermosos de allí.
Se trata de un importante cañón donde está el balneario Arroyo Frío. No tiene la dimensión ni la fama del Cañón de Colorado, en  los Estados Unidos de Norteamérica, ni de otros en diferentes lugares del mundo, pero su majestuosidad entre los contrafuertes que tiene la Cordillera Septentrional en esa zona del país lo convierten en una belleza extraordinaria, con su corriente de agua cayendo desde diversas cascadas y formando decenas de charcos de un líquido cálido a veces, frío en ocasiones, pero siempre cristalino.
El ambiente que brinda la naturaleza en Arroyo Frío, de Jamao al Norte, es indescriptible, con vientos casi siempre bonancibles, pero que por momentos se alborotan, y hacen recordar la famosa Tramontana, magistralmente relatada por el genio colombiano de las letras y premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, al decir que a pesar del silbido y el estruendo “…el tiempo seguía siendo de una belleza irrepetible, con un sol de oro y el cielo impávido.”8
                                           Ríos de Jamao al Norte
En la configuración geográfica de Jamao al Norte se encuentran bosques  húmedos subtropicales, que albergan una flora y una fauna diversificadas y con ellas serpentean y dejan sus beneficios colectivos los ríos Jamao, Yásica, El Aguacate, Arroyo Frío, así como decenas de arroyos que juntos con las aguas de escorrentía facilitan áreas de microclimas que permiten realizar un turismo de montaña y senderismo, como el que se disfruta, recorriendo por trillos bien trazados, lugares como El Ramonal, El Aguacate, Las Caobas y Los Tinajones, con sus atractivos de cascadas y cavernas. Además del deleite al paladar con una gastronomía sencilla y tradicional, pero suculenta.
Lo dicho en el párrafo anterior no significa que no haya problemas en la masa arbórea de ese municipio, pues recorriendo sus áreas rurales uno se percata que hay elevadas actividades de conuquismo y de ganadería extensiva. Es visible la tala indiscriminada de árboles, lo que a su vez provoca el empobrecimiento, por erosión, de suelos que en el pasado tenían una gruesa capa vegetal.
La acción depredadora de algunos pelmazos que utilizan a infelices campesinos como asalariados para degradar el ecosistema provocará un cambio negativo en sitios donde la conjunción de agua, árboles, aves  y la amabilidad de los moradores son imanes para atraer turistas. Por eso hay que preservar las riquezas naturales de Jamao al Norte.
Más que leyes adjetivas, como la de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la de Áreas Protegidas, es la misma Constitución de la República que facilita la protección de lugares dominicanos donde la naturaleza se expresó de manera pródiga, como en Jamao al Norte.
En efecto, los artículos 14 y 15 de la Carta Magna son claros al disponer que: “Son patrimonio de la Nación los recursos naturales no renovables que se encuentran en el territorio… El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida…las cuencas altas de los ríos y las zonas de biodiversidad endémica, nativa y migratoria, son objeto de protección especial por parte de los poderes públicos…Los ríos, lagos, lagunas, playas y costas nacionales pertenecen al dominio público…”9
Gregorio Luperón y Jamao al Norte
Fue entre la gran floresta de caoba de Jamao al Norte donde el gran héroe restaurador Gregorio Luperón  aceró su espíritu de hombre vigoroso y decidido a enfrentar los más difíciles retos de la vida.
Allí, en la biblioteca de su protector Pedro Eduardo Duboc, leyó varias obras que marcarían su existencia, entre ellas Vidas Paralelas, de Plutarco, el famoso historiador y filósofo griego-romano. El desglose de la vida de decenas de grandes figuras de la antigüedad fue de gran impacto en la mente del mozo a quien el rico hacendado de referencia “le entregó la dirección de su casa y de sus grandes negocios.”
La temprana presencia de Gregorio Luperón en Jamao al Norte ha sido definida de múltiples maneras, pero tanto él como biógrafos y publicistas de su vida coinciden en que ese fue el lugar que moldeó desde la adolescencia el carácter y la templanza del personaje que luego se convertiría en uno de los hombres decisivos para restaurar la Independencia Nacional, arrebatada por la vil traición que fue la Anexión a España.
Luperón nació en un recodo de la ciudad de Puerto Plata, el 8 de septiembre de 1839, fruto del amor furtivo de una hermosa dama negra de ojos perspicaces llamada Nicolasa Luperón y de un apuesto hombre blanco, dedicado al comercio local de baja escala crematística, conocido como Pedro Castellano, quien le negó su apellido.
Del General Gregorio Luperón escribió el recopilador por excelencia de las glorias y miserias de la Guerra Restauradora, Pedro M. Archambault, lo siguiente: “…De una familia muy pobre, le encontramos a los 12 años trabajando en un corte de caobas de Don Pedro Eduardo Duboc, en Jamao, en donde se hizo hombre, llegando a ser encargado de los cortes.”10
La calidad excepcional de Gregorio Luperón, el muchacho forjado como hombre entre los árboles y peonadas de Jamao al Norte, y que luego llegó a ser “un acaudalado burgués”, se comprueba no sólo en la pluma de historiadores versados en el contenido de las fuentes de Clío, la importante musa de la mitología griega, sino también en las notas que dejaron gentes como Eugenio J. Senior, secretario que fue, en la Guerra Restauradora, de acantonamientos situados en las afueras de Puerto Plata, tales como Muñoz,  Maluis o Sabana Grande.
El respetable señor Senior al describir la desolación en que quedó Puerto Plata, luego de la patriótica guerra librada por los dominicanos contra los españoles y sus secuaces criollos, anotó que al dejar el campo llamado Muñoz “…nunca me había figurado una ciudad deshabitada….con tantos estragos…todo era monte, bejuquera, escombros…El general Luperón estaba él mismo construyendo su casita, y no pudiendo ser indiferente con el estado lamentable de su pueblo, salió acompañado de hacheros y principió por la calle Progreso a pinchar y tumbar bayahondas para abrir caminos…” Para concluir así: “Luperón expatriado voluntariamente volvió a Puerto Plata a morir entre los suyos.”11
Jamao al Norte, Luperón y la agricultura
A parte de ser un experto en el arte de la guerra, y de caracterizarse en los combates por no darles tregua a los enemigos de la patria (extranjeros y sus achichinques criollos), Gregorio Luperón practicó en los campos de Jamao al Norte el arte de la agricultura.
En sus notas autobiográficas Luperón resaltó su aprendizaje en la áspera, y no siempre gratificante, actividad de hacer parir la tierra. Llegó a escribir que “la agricultura es la nodriza más generosa de las naciones”.
Tal vez por lo anterior, en el gobierno de Fernando Arturo de Meriño “liquidó su casa de comercio y se entregó por completo a la agricultura.”
Esa decisión dio como resultado que “sembró tres mil tareas de cañas de azúcar y fomentó una hacienda de cacao, café, de frutos menores y de crías de ganaderías y aves.”12
Sobre las condiciones marciales de ese espíritu vivaz que fue Luperón, forjado en los caobales de Jamao al Norte, escribió Joaquín Balaguer. Luego de exponer sobre su “coraje desatado, ímpetu ingobernable, exuberancia estrepitosa…”, esa especie de etnarca caribeño nacido en el pueblo de Navarrete, señaló lo siguiente: “la imaginación no advierte diferencia alguna entre el Cid y Luperón, verdadero numen de la guerra, mancebo armipotente a quien la fantasía popular lo representa entrando a las batallas envuelto en una columna de fuego…”13

Machete en mano en Jamao al Norte
Roberto Cassá, riguroso biógrafo de Luperón, detalla que “su personalidad terminó por definirse en la agreste vida de Jamao.”
El conocido historiador citado narra un episodio del que fue protagonista el entonces jovencísimo Gregorio Luperón, en esa comunidad rural de la vertiente sur de una de las sierras de la Cordillera Septentrional, a poco más de la mitad del siglo 19, que pinta de cuerpo entero al personaje bizarro que registra la historia dominicana: “Aún adolescente le tocó enfrentar, machete en manos, a un grupo de truhanes, lo que le ganó celebridad y puso ya de manifiesto la valentía como primer atributo de su personalidad.”14
A propósito del uso que en Jamao al Norte hizo Luperón del machete como artefacto de ataque y defensa, es pertinente recordar que esa herramienta de corte, también usada como arma, tiene tradición en la historia militar y religiosa dominicana.
Valga la digresión para decir que Fray Cipriano de Utrera, para poner un solo ejemplo, refiriéndose a la batalla de Sabana Real de la Limonada, dice lo siguiente: “…derribaron aquellas cabezas enemigas a golpe de machete, y acudieron presurosos al Santuario de Higüey y con aquel pueblo creyente hicieron voto de celebrar perpetuamente cada año, una misa con novenario de acción de gracias…”15
Para mayor abundamiento de lo anterior, es oportuno indicar que los principales combatientes victoriosos de la referida batalla fueron los lanceros criollos de Higüey y El Seibo, legendarios pueblos del Este del país, a quienes el mencionado capuchino franciscano calificó como “artistas del machete”. Fue llevada a cabo el 21 de enero de 1691, en un lugar desde donde el cacique Guacanagarix dirigió el Cacicazgo de Marién, llamado por los indígenas El Guarico, y luego rebautizado con el topónimo de Cabo Haitiano.
Diversas fuentes consultadas coinciden en afirmar que la primera etapa de la presencia de Luperón en el territorio de lo que ahora es el Municipio de Jamao al Norte se extendió por seis años. Aquel lugar y aquel período fueron como una fragua donde se moldeó un titán de la historia dominicana.
Jamao al Norte camino de guerreros
Cuando el 7 de julio de 1857 estalló en la ciudad de Santiago de los Caballeros un movimiento armado para derrocar al régimen de Buenaventura Báez, lo que hoy es el municipio de Jamao al Norte se convirtió en uno de los escenarios preferidos para la circulación de los guerreros que iban a sitiar la península de Samaná y la ciudad de Santo Domingo, que eran en ese tiempo bastiones fuertes del baecismo.
Las hostilidades entre los bandos enfrentados duraron largos meses, pero fue aplastante la victoria de los rebeldes, dirigidos militarmente por el general Juan Luis Franco Bidó. El caudillo Báez huyo al exterior.
Después la historia sería otra, pues el gobierno provisional en armas presidido por José Desiderio Valverde y Benigno Filomeno Rojas pronto desapareció, y el gendarme de rompe y raja Pedro Santana Familia volvió a controlar los resortes del poder.
Lo cierto es que Gregorio Luperón, que participó en ese alzamiento bélico contra el segundo gobierno de Báez cuando apenas tenía 18 años de edad, dejó escrito en sus notas personales que en aquella ocasión “hicieron por Jamao y Rincón de Yásica un camino de las tropas que salían del Cibao para ir a estrechar el sitio de Samaná…”16
Bibliografía:
1-Historia de las Indias, Libro Primero, capítulo VIII. Crónicas Escogidas (Oviedo-las Casas).Editora Corripio, 1988.P598. Bartolomé de las Casas.
2-Geografía Física, Política e Histórica de la isla de Santo Domingo, 1915. P383. Cayetano Armando Rodríguez.
3-Economía, Esclavitud y Población. Segunda edición. Impresora Búho, 2009. Rubén Silié.
4-Los Crisantenos. Narrativa Norteamericana Contemporánea. Impresora Medinaceli, Barcelona, 1978.Pp281-292. John Steinbeck.
5-Ley No.177. Gaceta Oficial No.9541, publicada el 29 de octubre de 1980.
6-Ley No. 97-01, promulgada el 25 de mayo del año 2001.
7-Cuarto Considerando de la Ley No. 97-01, promulgada el 25 de mayo del año 2001.
8-Doce Cuentos Peregrinos. Editorial Oveja Negra, julio 1992.Pp165-171.Gabriel García Márquez.
9-Constitución de la República,26 de enero de 2010, artículos 14 y 15.
10- Historia de la Restauración, quinta edición. Editora Taller,1987.P316. Pedro M. Archambault.
11-La Restauración en Puerto Plata. Relato de un restaurador. Editora Montalvo, 1963, publicación póstuma.Pp76, 77 y 95. Eugenio J. Senior.
12-Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos. Tomo III. Reproducción facsimilar de la segunda edición de 1939.Editora de Santo Domingo, 1974.P121.Gregorio Luperón.
13-Los Próceres Escritores. Balaguer. Obras Selectas. Ensayos Literarios. Tomo 1.Editora Corripio, 2006.Pp 277 y  347.Joaquín Balaguer.
14. Personajes Dominicanos. Tomo II. Editora Alfa y Omega,2013.P18. Roberto Cassá.
15- Notas sobre Historia Militar de Santo Domingo. Fray Cipriano de Utrera.
16-Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos. Tomo I. Reproducción facsimilar de la segunda edición de 1939.Editora de Santo Domingo, 1974.P91.Gregorio Luperón.
(29-junio-2019).





GASPAR HERNÁNDEZ, CIUDAD DEL ATLÁNTICO DOMINICANO
POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Municipio Gaspar Hernández
Gaspar Hernández es un el hermoso municipio rodeado por las espumosas aguas del Océano Atlántico  y por estribaciones cordilleranas. Está arropado de playas, mangles, cocoteros y amapolas.
Está en una zona de vegetación exuberante de la Cordillera Septentrional. Su territorio formaba parte del Cacicazgo de Maguá, en la época pre colombina.
Esa zona del país también fue conocida en el pasado como Cantón La Ermita y Joba.
El primer nombre, al decir de muchos gasparenses, surgió en el 1907, derivado de una pequeña ermita o iglesia construida con productos vegetales, frente a la playa Magante, donde se reunían en convocatoria cristiana los pocos moradores que entonces existían allí.
Era una simple capillita, sin altar de unción, sin techo abovedado, sin arcos griegos ni teselas coloridas o imágenes con chapas de oro, sin nada que ver con arqueología de arquitectura cristiana.
En términos geográficos el lugar denominado Ermita fue descrito en el año 1915 como una Punta situada  en medio del desagüe de dos arroyos: Cigüita y Limón.1
Otros sostienen (y hay anotaciones históricas de ello) que el caserío original fue devastado por un ataque de plagas, lo cual hizo que en el año 1912 sus habitantes se ubicaran cerca del principal río del lugar, en un sitio conocido como Joba Arriba.
Para ese traslado se promulgó la Ley 5083, en la cual se indican los motivos de dicho cambio de lugar del poblado.2
 Luego surgió con ese nombre una Sección que en el presente adquirió por ley la condición de Distrito Municipal. Así se mueve la toponimia criolla.
El nombre actual le viene en honra a un sacerdote peruano que influyó mucho en parte de los jóvenes que luego fueron los abanderados de la Independencia Nacional, de cuya vida haré más adelante algunas puntualizaciones.
El municipio también lo integran los distritos municipales Joba Arriba, Veragua y Villa Magante, los cuales serán reseñados en otra crónica de esta serie.
De conformidad con la tabla de proyecciones poblacionales de la Oficina Nacional de Estadísticas, utilizando como base los datos arrojados por el IX Censo de Población y Vivienda del 2010, el Municipio de Gaspar Hernández tenía para el año 2012 la cantidad de  57,302 habitantes.
El mapa que configura la estructura territorial del país coloca a ese municipio entre el Océano Atlántico, en su vertiente Norte; mientras que al Este se encuentra con los bordes de la provincia María Trinidad Sánchez; al Oeste confraterniza con sus vecinos la provincia  de Puerto Plata y el  Municipio Jamao al Norte y en su lado Sur colinda con la provincia Hermanas Mirabal.
Tierra siempre productiva
La demarcación de Gaspar Hernández siempre ha sido productiva, con independencia de que en cada ocasión existan condiciones políticas, económica o climatológicas adversas.
Las estadísticas sobre la producción del agro nacional confirman lo anterior, teniendo el cacao, el café, los plátanos y los cocos la primacía. Gaspar Hernández también se destaca en el renglón pecuario, caracterizándose por un importante abasto de carne y leche de vaca, con una gran calidad genética.
Lo indicado en el párrafo anterior es una simple enunciación, pues sería demasiado prolijo publicar aquí la productividad agrícola y pecuaria que cada año queda registrada sobre ese municipio.
Pero para que se tenga una idea al respecto es importante decir que hace más de 175 años había varias decenas de grandes haciendas produciendo víveres en lo que hoy es Gaspar Hernández.
Prueba al canto: En un informe del año 1839, rendido al presidente haitiano Jean Pierre Boyer por el general Charrier, que era el jefe de los departamentos de Santiago y La Vega, se le hace saber que la sección “de Joba, de que era capitán Ramón Reynoso, contaba con 80 habitaciones sembradas de víveres.”3 
Desde hace décadas Gaspar Hernández también es un destino turístico, por lo que se ha abierto un nuevo nicho en su renglón económico. Sin embargo, la falta de obras de infraestructura ha impedido que sus atractivos naturales se desarrollen con la debida intensidad.
Un muelle que allí existió en el pasado, y que servía para entrada y salida de productos, hace tiempo que quedó en simple recuerdo. Pero hay un bulevar o mirador del pescado, donde los visitantes disfrutan las delicias de los productos del mar.
Territorio de varias provincias
El territorio que hoy es el Municipio Gaspar Hernández ha pertenecido, en el curso de los años, a varias provincias: Santiago, La Vega, Pacificador, Puerto Plata y Espaillat. No son decires, pues así figura en las subordinaciones geográficas que han tenido dichas provincias.
En el período comprendido entre el 27 de junio de 1938 hasta el 18 de junio de 1945, Gaspar Hernández fue una dependencia comunal de la provincia Puerto Plata.
El texto legal que produjo dicha adjudicación territorial se explica por sí mismo, tomando en consideración el lineamiento geográfico, así como el flujo de comunicación  y de comercio entre los moradores de esa zona del país.4
Para mayor abundamiento informativo de lo anterior puede consultarse una obra clásica sobre la historia territorial dominicana, fruto de la ardua labor de investigación de Vicente Tolentino Rojas, reeditada como segunda edición en el 1993, por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos.5  
Hace más de 70 años que esa comarca fue incorporada a la provincia Espaillat, a cuya demografía le aporta más de 40 mil habitantes.
En los papeles documentales que recogen el ejercicio presidencial de Ramón Cáceres figura una importante decisión tomada en el año 1907, convirtiendo lo que hoy es el Municipio de Gaspar Hernández en un Puesto Cantonal, con todas las prerrogativas atinentes a ese ascenso.
En efecto, en el Decreto 4749, del referido año, el Presidente Cáceres subió de categoría el lugar, y también le cambió el nombre que hasta entonces tenía.
El principal dispositivo de dicha orden presidencial se expresa textualmente así: “Desde la publicación del presente decreto queda erigida en Puesto Cantonal con el nombre de  Gaspar Hernández la sección de Joba, de la común de San Francisco de Macorís, siendo su cabecera el poblado llamado San Rafael.”6
El 14 de junio de 1907 se modificó la Constitución de la República (aunque la publicación de ese hecho se hizo el 9 de septiembre del mismo año). En virtud del artículo 4 del nuevo texto sustantivo se eliminó el término Puesto Cantonal, motivo por el cual Gaspar Hernández pasó a ser una Común.
Así se produjo dicho cambio en la calificación de los Puestos Cantonales que existían para entonces en el país: “El territorio dominicano se divide en provincias y éstas a su vez se subdividen en comunes.”7
De conformidad con el artículo 79 de la referida Carta Magna, Gaspar Hernández pasó a integrar el Colegio Electoral de Pacificador, conjuntamente con San Francisco de Macorís, Villa Rivas, Matanzas, Pimentel, Cabrera y Castillo.
Gaspar Hernández fue incorporado a la provincia Espaillat el 18 de junio de 1945, fecha en que se promulgó la Ley 925, con la cual se hicieron cambios territoriales  en varias provincias y en diversas comunes del país.
Mediante la referida ley se dispuso que los terrenos que antes eran de la común Cabrera, situados en paralelo al lateral izquierdo del río San Juan, así como el territorio puertoplateño ubicado en la ribera derecha del río Yásica, quedaran integrados a Gaspar Hernández.8 
Una extensión del Panteón Nacional en Gaspar Hernández
Dos sobresalientes gasparenses formaron parte de los patriotas exiliados que desde el exterior decidieron venir a tierra dominicana a enfrentar a la satrapía trujillista.
 Silvio Augusto Domínguez López retornó al país el 20 de junio de 1959, acompañado de decenas de compatriotas y de solidarios extranjeros, para luchar con las armas en las manos contra el oprobioso régimen de Trujillo. Ocho días después fue apresado, torturado y asesinado por los criminales al servicio del tirano al cual vino a combatir para liberar de sus garras al pueblo dominicano. La expedición de la cual formaba parte estaba encabezada por José Horacio Rodríguez Vásquez.
Hugo A. Domínguez López, decidido también a darle batalla al régimen que durante 30 años mantuvo en terror a los dominicanos, falleció en el mismo 1959, en una explosión en el campamento del poblado Madruga, en Cuba, donde se entrenaba. Forma parte también de la Raza Inmortal.
Los restos de ambos hermanos fueron enterrados, el 14 de junio del 2014, en el cementerio municipal de  la tierra que los vio nacer, Gaspar Hernández.
 Silvio y Hugo Domínguez López ofrendaron sus valiosas vidas, en escenarios diferentes, pero dejaron un legado de dignidad, valentía y patriotismo que se mantiene como una llama votiva iluminando a las nuevas generaciones, para que jamás acepten en el país la implantación de un sistema de gobierno despótico.
Para honrar su memoria se creó el Monumento Nacional Plaza de los Hermanos Silvio y Hugo Domínguez López, emplazada en la ciudad de Gaspar Hernández.
La creación de Monumentos Públicos para honrar personas requiere la promulgación de una ley en la cual se recojan los méritos que hagan factible tan importante distinción. Así lo pauta la Ley 638, promulgada el 23 de junio de 1944.9
En virtud de lo anterior, para revestir de la dignidad y la legalidad requeridas el homenaje a los valientes gasparenses Silvio y Hugo Domínguez López, se creó la Ley 50-18, la cual en su artículo 4 reza textualmente así:
“Declaratoria Monumento Histórico Plaza de los Hermanos Silvio y Hugo Domínguez López. Se declara como monumento nacional la Plaza de los Hermanos Silvio y Hugo Domínguez López en el Municipio de Gaspar Hernández, Provincia Espaillat.
Párrafo: El Monumento Nacional de los Hermanos Silvio y Hugo Domínguez López, es una extensión del Panteón de la Patria.”10
Desde Boca de Orí hasta Playa Magante
Al observar en un mapa plano el litoral marino de Gaspar Hernández se capta que su riqueza playera comienza en el lugar conocido como Boca de Orí, que es la tercera desembocadura que tiene el famoso río Yásica.
A partir de dicho sitio todo el lado norte de ese Municipio tiene cocotales, miles de árboles familiarizados con los vientos alisios de la Cordillera Septentrional, pero de manera especial se ven allí mangles de diversas especies que crecen acomodados a su área biótica tropical, sirviendo de guarida a crustáceos, moluscos y peces, así como aves de múltiples especies.
Hay que señalar que no toda la ribera de mar de Gaspar Hernández es de agua apacible. Hay áreas caracterizadas por fuertes marejadas, lo que no resta valor paisajístico y de ocio a la zona.
Playa Las Canas, con su arena parda, es objeto permanente de la agresión de fuertes olas, pero también es víctima de los que extraen de allí toneladas de  materiales, incluyendo hasta la gravilla de origen marino, para la implacable industria de la construcción.
La Ermita es otra playa de Gaspar Hernández, con el añadido de que frente a ella se formó la primera aldea de la cual surgió ese hoy activo municipio de la costa norte del país.
El dinámico y rápido oleaje del área, en conjunción con el líquido opaco que discurre por sus líneas ondulantes, crean un ambiente más bien de contemplación sobre las infinitas variantes de la naturaleza.
Playa Arena Gorda, a pesar de abultados grados de turbidez de su agua, es frecuentada por turistas nacionales y extranjeros.
De playa Magante hasta se han compuesto pimentosos merengues (que forman parte del repertorio musical dominicano) interpretados, entre otros, por artistas como Ricardo Gutiérrez, nativo del Gurabo de Monción, en la Línea Noroeste y Bartolo Alvarado, nacido en La Jagüita de Cabrera, mejor conocido como El Ciego de Nagua.11
De ella escribió un investigador de nuestras costas lo siguiente: “ Playa Magante, conocida también como Rogelio, tiene varios kilómetros de largo y 50 metros de ancho, de arena grisácea y mediana. El agua poco profunda y mansa favorece la utilización del lugar también como balnearios.”12
Los ríos y arroyos de Gaspar Hernández no tienen gran caudal de agua, ni se caracterizan por ser extensos. El principal es el río Joba, nutrido por sus afluentes los ríos Piedra y Venú.
Científico describió la costa de Gaspar Hernández
A vista del común de la gente lo que se sabe de las costas del territorio de Gaspar Hernández es que son de una belleza visual deslumbrante, que los zigzag de sus olas espumosas invitan a la contemplación, que el salpique del agua con la orilla convierten la zona en algo parecido a un paraíso y que sus playas invitan a un chapuzón; pero lo cierto es que también se han realizado estudios científicos en sus entornos.
El famoso geólogo y paleontólogo estadounidense William More Gabb estudió los contornos donde está Gaspar Hernández y se expresó así:
“A todo lo largo de la costa norte, la formación está representada exclusivamente por calizas, usualmente horizontales, aunque teniendo ocasionalmente un buzamiento muy bajo en dirección hacia el mar. Esta inclinación es más fuerte al este de Puerto Plata, y especialmente cerca de Cabarete, donde los arrecifes y bajíos se extienden por varios cientos de pies, con un rumbo paralelo al tren general de la costa…”13
Sacerdote Gaspar Hernández
El municipio objeto de esta crónica fue bautizado con el nombre de Gaspar Hernández, en honor a un ilustre e ilustrado sacerdote peruano nacido en Lima el día 6 de enero de 1798 y radicado  desde el 1836 en la tierra que después de 1844 se llamaría República Dominicana, y de la cual luego adoptó la nacionalidad. Es decir que él murió como dominicano.
Además de ser un exégeta bíblico, teólogo y canonista el padre Hernández fue un educador con un gran dominio de filosofía, matemática y cosmogonía, lo cual le permitió auscultar en la sociedad dominicana (entonces en acelerado proceso de formación) el germen que le ayudaría a zafarse del yugo de los ocupantes haitianos.
Por feliz coincidencia fue maestro de varios de los jóvenes que luego integrarían la matrícula original de la Sociedad Secreta La Trinitaria, cuna que fue del proceso que culminó con la declaración de la Independencia Nacional.
En gran medida Gaspar Hernández contribuyó a cincelar el pensamiento de los trinitarios, comenzando por Juan Pablo Duarte, a quienes les inculcó la necesidad de expulsar a los intrusos que llegaron en el 1822 del lado Oeste de la isla de Santo Domingo. Sin olvidar que el ilustre peruano era españolista por genética y visión personal.
El vínculo de ese personaje (primero peruano y luego dominicano) con los trinitarios lo describe Joaquín Balaguer, en su rol de biógrafo novelado de Duarte, de este modo: “Con el sacerdote peruano Gaspar Hernández, activo animador de la idea separatista, continuó en 1842 los estudios que inició en Cataluña…El gran cura limeño funda una cátedra de filosofía, y a ella acude Duarte con sus partidarios más fervorosos. Las clases se convierten desde el primer día en una junta de conspiración contra las autoridades haitianas. El padre Gaspar Hernández riega con el vigor de su palabra la semilla sembrada ya por Duarte…”14
Su asesoramiento a los patriotas dominicanos, y el consecuente laborantismo en que estaba envuelto, provocó su primera expulsión del país, en julio del 1843,  por orden del general haitiano Charles Hérard Ainé, que al decir del padre de la historiografía dominicana lo hizo: “obedeciendo a las insinuaciones de los que todavía a esas horas no concedían nada a los separatistas, ni siquiera habilidad para revolucionar, dio orden de salir del país al presbítero Gaspar Hernández…así como a fray Pedro Pamiés, que se había captado generales simpatías con sus prédicas ardientes...”15
Los hechos posteriores demostraron que ese exilio no disminuyó su interés por la causa dominicana. Al contrario, potencializó su vocación de servicio a favor de la tierra que le dio acogida.
Una cumbre de la cultura dominicana, Mariano Lebrón Saviñón, se refirió al padre Gaspar Hernández en términos elogiosos, resaltando su papel en la enseñanza de varias ramas del saber humano y en el proceso de educar a una parte de la juventud de la ciudad de Santo Domingo para romper las cadenas del yugo que oprimía al pueblo dominicano.
 Dicho lo anterior sin dejar de reconocer que al principio las aspiraciones de Gaspar Hernández para los criollos se limitaban a la separación de Haití, sin desdeñar el retorno a lo que él entendía que era el abrigo de España, tal vez con un estatuto particular.
Lebrón Saviñón describió de esta guisa a tan combativo y brillante cura: “En esa misión de enseñanza desempeñó un gran papel el sacerdote peruano Gaspar Hernández(1798-1858), quien llegó al país en 1836 y, desde su llegada, combatió al haitiano…Gaspar Hernández, a quien llamaban El Limeño, era el principal educador de la época…congregó en su entorno a la juventud dominicana, instruyéndola sobre todo en filosofía. Conocidas eran sus ideas liberales, por lo cual los haitianos lo expulsaron del país…”16
Cuando se proclamó la Independencia Nacional estaba sufriendo los rigores del exilio político, como Duarte y otros patriotas. Luego ocupó diversos cargos, tanto eclesiásticos como en la administración pública y en la docencia.
Gaspar Hernández fue varias veces Presidente del Congreso Nacional. Era un congresista de fuste. Los memoriales de ese Poder del Estado recogen sus intervenciones allí, dignas de antología por la sabiduría y los mensajes de interés colectivo que contenían.
El primero de diciembre de 1852 fue co-fundador del prestigioso colegio San Buenaventura, en compañía de figuras de la talla de Alejandro Angulo Guridi, Manuel María Valencia y el presbítero Elías Rodríguez.17
De él, en su papel como religioso, recopiló muchas informaciones el eminente historiador higüeyano Vetilio Alfau Durán. Esta es una de sus notas:
“Canónigo Gaspar Hernández y Morales.-En virtud de una carta post-mortem del arzobispo Portes, se hizo cargo del gobierno eclesiástico el 9 de abril de 1858.Por causas políticas se ausentó del país el 12 de junio del mismo año para Curazao…” 18
Su influencia en la sociedad dominicana dejó huellas tan marcadas que a más de 70 años de su muerte en Curazao, el sacerdote Armando Lamarche invocaba su nombre ante el a la sazón Superintendente General de Enseñanza, Pedro Henríquez Ureña, a fin de que la religión formara parte del currículum educativo de las escuelas del país.
Luego de hacer un recuento de la vinculación del catolicismo con la fundación de la República Dominicana, y su presencia en varios símbolos nacionales, como la bandera y el escudo, el cura Lamarche, en su carta motivacional de fecha 15 de abril de 1932, puntualizaba que ello “parte de relevantes figuras de la Iglesia Católica, como fueron los Gaspar Hernández, los Tomás de Portes e Infante, los Fernando Arturo de Meriño, los Francisco Javier Billini…”19
Analizando la parábola vital del sacerdote Gaspar Hernández la reflexión conlleva a creer que él bebió en la fuente informativa constituida por las notas del Arzobispo Fernando Carvajal Rivera, aquel tonsurado que regenteó la Iglesia Católica de la Isla La Española a finales del siglo XVII, la misma que fue llamada “la centuria olvidada” por los autores Juan Regla y Guillermo Céspedes del Castillo.20
Lo anterior descansa en el hecho incontrovertible de que el accionar del padre Gaspar Hernández estaba en consonancia con una porción importante del pensamiento que sostenía el referido Arzobispo Carvajal, el cual alentaba sobre la necesidad de dar un impulso económico y social al  denominado lado español de la isla.
Esos dos personajes no coincidieron ni en el tiempo ni en las circunstancias de sus respectivas actividades  dentro  de la población que daría origen al ser dominicano, pero es revelador el hecho de que ninguno de los dos, por motivos diferentes, pretendía desligar a España de esta tierra caribeña. Sin embargo, ambos reconocían la potencial riqueza criolla, la belleza de que estaba dotada esta tierra y  la valía del pueblo que habitaba lo que hoy es la República Dominicana.
Un ejemplo es la relación que envió el referido Arzobispo Carvajal al rey de España en la que le decía, entre otras cosas, que había “…abundancia de ríos y tan buenos puertos que abundan de regalados, de tan ricas maderas, para todo tan cercana a España, de tan y tan ricas minas diferentes, de frutos tan nobles, que cría hombres tan valientes y que es mejor que las islas de Inglaterra y Sicilia, es digna de todo aprecio…”21
Registro de gentes desde el Siglo XVI
Aunque pudo ser desde mucho antes, hay crónicas de antaño que recogen (luego de la llegada de los españoles) que desde el siglo XVI hubo presencia de personas en el hoy Municipio Gaspar Hernández.
Introduzco este tema porque esa centuria fue una etapa muy difícil en el Santo Domingo colonial, especialmente para la masa poblacional negra que moraba en la llamada ciudad de los Colones. El drama humano que ello comportaba se derramaba hacia los demás rincones de la colonia bajo control de la corona de España.
Quizás sus efectos se proyectaron también hacia la demarcación en que está emplazado el hoy municipio Gaspar Hernández.
 Una gota de agua en el océano de abusos coloniales lo constituyó un bando emitido en el 1545, tal vez bajo la inspiración de las ideas del terrible vallisoletano Tomás de Torquemada, el  fraile dominico de las hogueras y los Autos de Fe, que simbolizaban a la mentada Inquisición, la misma institución que en un ejercicio de soberbia perversión el monje Macedo pregonaba que había nacido en el Cielo, para justificar un mogollón de maltratos y crímenes en la España sometida al terror de unos cuantos desalmados que utilizaban viles normativas policíacas y por encima de eso pregonaban que lo hacían en nombre de Dios.
La referida orden colonial, con carácter de ucase, decía, entre otras cosas, lo siguiente:
“Que las negras se recojan, al tañer el Ave María a sus casas y no salgan a vender hasta la campana del alba y estén por plazas y calles hasta la dicha oración del ave María, y no más, so pena de cincuenta azotes atada la aldabilla de la picota.”22
Bibliografía:
1-Geografía Física, Política e Histórica de la isla de Santo Domingo. Imprenta J.R. Vda. García, 1915. Cayetano Armando Rodríguez.
2- Ley No.5083, promulgada el 20 de mayo de 1912.Bloque de Leyes del 1912.
3-Informe del general P.A. Charrier al presidente haitiano Jean Pierre Boyer, 1839.Inserto en Obras Completas de José Gabriel García. Impresora Amigo del Hogar, 2016.Volumen I. Tomos I y II.P405.
4-Ley No.1526 del 27 junio de 1938.Bloque de Leyes de 1938.
5-Historia de la División Territorial 1492-1943.Sociedad Dominicana de Bibliófilos. Segunda edición, 1993. Vicente Tolentino Rojas.
6-Decreto No. 4749 del Presidente Ramón Cáceres. Bloque Leyes y Decretos del 1907.
7- Artículo 4. Constitución de la República. Reforma del 14 de junio de 1907.Libro La Constitución Dominicana y sus Reformas (1844-2010).Tomo I. Impresora Búho, 2014.Pp573-608, auspiciado por el Tribunal Constitucional.
8-Ley No.925, promulgada el 18 de junio de 1945.
9- Ley No.638, del 23 de junio de 1944. Bloque de Leyes de 1944.
10-Ley No.50-18, promulgada en mayo del 2019.
11-Antes de que te vayas…Trayectoria del merengue folklórico. Impresora Amigo del Hogar, 2002.Pp337-339 y 261-268. Rafael Chaljub Mejía.
12-Ecos de la Costa. Travesía por el litoral marino dominicano. Impresora Amigo del Hogar, 2016.P73. Domingo Marte.
13-Sobre la topografía y geología de Santo Domingo. Volumen I. Impresora Amigo del Hogar, 2005.P91. William More Gabb.
14- El Cristo de la Libertad. Obras Selectas de Joaquín Balaguer. Tomo VII. Pp79, 96 y 97.Editora Corripio, 2006.
15-Compendio de la historia de Santo Domingo. Editora de Santo Domingo, 1979. Volumen I. Tomos I y II. P429.José Gabriel García.
16-Historia de la Cultura Dominicana. Impresora Amigo del Hogar, 2016. Pp21, 309,310 y 808.Mariano Lebrón Saviñón.
17-Decreto del 20 de octubre de 1852.Buenaventura Báez.
18-Vetilio Alfau en Anales. Editora Corripio, 1997.página 82.
19-La Sumisión bien pagada. La Iglesia Dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961).Impresora Búho. Tomo I.P123.AGN. José Luis Sáez Ramo.
20-El Arzobispo Fernando Carvajal y Rivera: Un crítico de la política colonial en Santo Domingo. Revista Clío-enero-diciembre-1983.No.140. Pp80-99. Fernando Pérez Memén.
21-Relaciones históricas de Santo Domingo. Volumen III.1957.Pp 81 y 82. Emilio Rodríguez Demorizi.
22-Los negros, los mulatos y la Nación Dominicana. Editora Nacional 1969.P23. Franklin J. Franco.
(21-junio-2019).