sábado, 29 de junio de 2019


JAMAO AL NORTE,  PARAÍSO A UN COSTADO DE LA CORDILLERA SEPTENTRIONAL

                      POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Origen y economía pasada de Jamao al Norte
El Municipio Jamao al Norte está situado en la parte Oeste de la Provincia Espaillat, de la cual forma parte.
Pertenece al circuito denominado Cibao Norte, donde  las lluvias que llegan con los vientos alisios empujados desde el Nordeste suelen estar por encima del promedio nacional.
Ese paraíso criollo se encuentra enclavado en la vertiente sur de una de las sierras de la Cordillera Septentrional, la misma que el cronista de los tiempos coloniales Bartolomé de las Casas describió así:
“Y esta cordillera comienza desde la provincia de Higüey e de la comarca del pueblo del Macao, y se acaba en el Monte Christi…Es toda esta sierra muy fértil, tan fértil en las cumbres como en el medio y en el principio, para labranzas y ganados, como si fuera campiña llana, y es llena de grandes arboledas, y estaban de pueblos y gentes rebosantes…”1
Antes que existiera el poblado, el nombre Jamao era usado para identificar el principal río del lugar, clasificado como una importante fuente de agua lótica, con su nacimiento en un punto de la hoy provincia Hermanas Mirabal, en una de las elevaciones que tiene allí la Cordillera Septentrional.
Al estudiar ahora (2019) la hidrografía de esa región, en clave de simple aficionado, se observa que el río Jamao tiene una dinámica fluvial caracterizada por no provocar daños en su entorno.
Esa corriente de agua tiene un desplazamiento con poco serpenteamiento, pues un geógrafo del pasado anotó, sin más detalles, que va desde el Suroeste hacia el Noroeste, donde se encuentra con el río Yásica, en la parte costeña de la franja norte del país.2
Hasta la última década del siglo antepasado el territorio que hoy forma el municipio de Jamao al Norte estaba copado por grandes caobales y otros árboles de maderas preciosas o nobles, como también se les dice, que se exportaban especialmente para Europa.
La historia registra que para esa época todavía había por allí señales de la ganadería extensiva que era costumbre de los tiempos coloniales, caracterizada más por ser una actividad de caza que de crianza, debido a la entonces baja población y la inmensidad de los predios sin alambradas.
En su obra Economía, Esclavitud y Población Rubén Silié aborda con abundancia de detalles, en el marco de la era colonial, sobre realidades productivas parecidas a la de Jamao al Norte en todo el territorio nacional.3
 Con el paso de los años la economía de Jamao al Norte se fue diversificando, gracias al fomento de ganado vacuno estabulado y también con crianza a cielo abierto, protegida por cercas de alambres de púas, y, además, con la producción a gran escala de tabaco, café, cacao y otros productos de comercialización nacional e internacional.
Aunque en menor proporción, pero se impone señalar que ahora también hay en ese municipio decenas de granjas porcina y de aves, especialmente de pollos, gallinas ponedoras y pavos. Es una forma moderna de ganadería intensiva, con jaulas en batería.

Comienzos de la formación comunal de Jamao al Norte
Se sabe de sobra, por las múltiples pruebas arqueológicas, paleontológicas y pictóricas esparcidas en su territorio, que los taínos fueron habitantes de esas lomas; pero es a partir de los años finales de la centuria del 1800-1900 cuando esa zona ubicada en el lado sur de la Cordillera Septentrional comienza a poblarse con perfiles de comunidad. Familias que emigraron de otros lugares del país constituyeron la base de su actual demografía.
Aquellos pioneros del hoy activo Municipio Jamao al Norte se desparramaron e hicieron bohíos en las proximidades de ríos y arroyos, entre pequeños valles, collados, montes empinados y al pie de mogotes. Unos hicieron huertos con palas y escarbadores; otros se dedicaron a la crianza de animales en predios cubiertos de pasto silvestre, cuando el pienso no era necesario. Pero todos talaron árboles para hacer “claros” en la espesura de la pequeña  jungla y casi aniquilaron el sotobosque del territorio.
Algunos de esos primeros moradores de Jamao al Norte en realidad desarrollaban su cotidianidad (a manera de calco del relato Los Crisantenos, del escritor estadounidense y premio Nobel de Literatura John Steinbeck) en la rutina de “cabalgar subiendo la ladera… en busca de los novillos”, y tal vez todos ellos contemplando cada cierto tiempo que a un puesto cercano de sus ranchos de montañeses llegaba, como en el referido relato, un hombre encima de una carreta con una lona en la que “estaban pintadas unas palabras en letras torpes y torcidas: Ollas, cazuelas, cuchillos, tijeras, herramientas, se arreglan.”4
Desde los orígenes de ese poblado la agropecuaria ha sido su renglón económico más importante, aunque a través del tiempo se ha variado el tipo de cultivo, por una miríada de razones.
A partir de hace algunos años el turismo ha tomado también importancia económica en esa área del país. Esa serranía del septentrión dominicano tiene varios parques de uso colectivo, corredores ecológicos y senderos interiores para el esparcimiento de sus habitantes y de los visitantes, especialmente para aquellos conocidos como de suela larga, quienes disfrutan los encantos de los sitios donde van en plan de recreación.
Jamao al Norte, de Sección a Distrito Municipal
La antigua Sección Jamao al Norte fue elevada a Distrito Municipal mediante la Ley 177, promulgada el 27 de octubre del 1980. Luego de hacer las ponderaciones correspondientes sobre la pertinencia de subir de categoría administrativa ese territorio, el Congreso Nacional, en el artículo 1 de dicha ley, dispuso lo siguiente:
 “La Sección de Jamao al Norte perteneciente a la jurisdicción territorial del Municipio de Moca, Provincia Espaillat, queda elevada a Distrito Municipal, con el nombre de Jamao al Norte. Estará integrado por Jamao al Norte, como cabecera del Distrito Municipal, y las Secciones Los Brazos y Jamao del Sur, con los siguientes parajes: El Ramonal, Los Meluces, Arroyo del Agua, Los Ganchos, Arroyo del Gato, La Canela y Las Espinas.”5
Jamao al Norte, de Distrito Municipal a Municipio
El 13 de marzo del 2001 el Senado de la República, y el 9 de mayo del mismo año la Cámara de Diputados, aprobaron elevar al entonces Distrito Municipal de Jamao al Norte a la condición de Municipio.
Se tomaron como elementos de preeminencia para dicha decisión congresual la pujanza agrícola y ganadera de esa importante colectividad, con una activa y permanente producción de café, cacao, plátanos, maíz, frutos menores, ganado de carne y leche, sus actividades comerciales en expansión, así como su condición de polo turístico de hecho, con importantes balnearios que atraen semanalmente a cientos de viajeros nacionales y extranjeros.
La Ley número 97-01, promulgada el 25 de mayo del año 2001, dispone en su artículo 1 lo siguiente: “El Distrito Municipal  de Jamao al Norte, del municipio de Moca, provincia Espaillat, queda elevado a la categoría de municipio.”A su vez el artículo 2 reza así: “Los parajes Las Caobas y La Filipina, de jurisdicción de Jamao al Norte, quedan elevadas a la categoría de Sección con 10 parajes.”6
Entre los lugares urbanos y rurales que integran el Municipio de Jamao al Norte están Los Brazos, Las Caobas, Jamao al Sur, La Filipina, Hojas Anchas, La Canela, Palo Blanco, Arroyo Agua,  Los Manantiales, Las Manaclas, El Ramonal, La Jagua, Las Espinas, Arroyo del Gato, Los Moluses, Rincón Caliente, La Vereda, Boca de Jamao, La Laguna, Palo Roto, etc.
Ocho balnearios para el turismo en Jamao al Norte
Al margen de la propaganda que resalta con razón las bellezas naturales de Jamao al Norte, para ser un lugar receptor de turismo, y en cadena con eso la realidad que se palpa al recorrer esa demarcación enclavada en el lomo y en el lateral sur de una de las sierras de la Cordillera Septentrional, cargada con bosques de diversos árboles, a veces copados de una tenue neblina, flores, aves, cabañas rurales y pequeños valles intramontanos, lo cierto es que cuando en el año 2001 el Congreso Nacional decidió darle su condición actual de Municipio de la provincia Espaillat resaltó, entre otras cosas, lo siguiente:
“ Que el Distrito Municipal de Jamao al Norte, se ha convertido en un polo turístico de ríos y montañas, importantizando la provincia y el país, contando con los balnearios La Represa, El Chorro, La India, Los Peña, Paso de Tin, Las Piedras, Rancho Río y Los Brazos.”7                   
Balneario Arroyo Frío
No sé si por uno de esos frecuentes descuidos en que se incurre en el Congreso Nacional en la redacción de leyes, lo cierto es que en la mencionada disposición legal que creó el Municipio Jamao al Norte no se mencionó como lugar de interés para los visitantes a uno de los puntos más hermosos de allí.
Se trata de un importante cañón donde está el balneario Arroyo Frío. No tiene la dimensión ni la fama del Cañón de Colorado, en  los Estados Unidos de Norteamérica, ni de otros en diferentes lugares del mundo, pero su majestuosidad entre los contrafuertes que tiene la Cordillera Septentrional en esa zona del país lo convierten en una belleza extraordinaria, con su corriente de agua cayendo desde diversas cascadas y formando decenas de charcos de un líquido cálido a veces, frío en ocasiones, pero siempre cristalino.
El ambiente que brinda la naturaleza en Arroyo Frío, de Jamao al Norte, es indescriptible, con vientos casi siempre bonancibles, pero que por momentos se alborotan, y hacen recordar la famosa Tramontana, magistralmente relatada por el genio colombiano de las letras y premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, al decir que a pesar del silbido y el estruendo “…el tiempo seguía siendo de una belleza irrepetible, con un sol de oro y el cielo impávido.”8
                                           Ríos de Jamao al Norte
En la configuración geográfica de Jamao al Norte se encuentran bosques  húmedos subtropicales, que albergan una flora y una fauna diversificadas y con ellas serpentean y dejan sus beneficios colectivos los ríos Jamao, Yásica, El Aguacate, Arroyo Frío, así como decenas de arroyos que juntos con las aguas de escorrentía facilitan áreas de microclimas que permiten realizar un turismo de montaña y senderismo, como el que se disfruta, recorriendo por trillos bien trazados, lugares como El Ramonal, El Aguacate, Las Caobas y Los Tinajones, con sus atractivos de cascadas y cavernas. Además del deleite al paladar con una gastronomía sencilla y tradicional, pero suculenta.
Lo dicho en el párrafo anterior no significa que no haya problemas en la masa arbórea de ese municipio, pues recorriendo sus áreas rurales uno se percata que hay elevadas actividades de conuquismo y de ganadería extensiva. Es visible la tala indiscriminada de árboles, lo que a su vez provoca el empobrecimiento, por erosión, de suelos que en el pasado tenían una gruesa capa vegetal.
La acción depredadora de algunos pelmazos que utilizan a infelices campesinos como asalariados para degradar el ecosistema provocará un cambio negativo en sitios donde la conjunción de agua, árboles, aves  y la amabilidad de los moradores son imanes para atraer turistas. Por eso hay que preservar las riquezas naturales de Jamao al Norte.
Más que leyes adjetivas, como la de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la de Áreas Protegidas, es la misma Constitución de la República que facilita la protección de lugares dominicanos donde la naturaleza se expresó de manera pródiga, como en Jamao al Norte.
En efecto, los artículos 14 y 15 de la Carta Magna son claros al disponer que: “Son patrimonio de la Nación los recursos naturales no renovables que se encuentran en el territorio… El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida…las cuencas altas de los ríos y las zonas de biodiversidad endémica, nativa y migratoria, son objeto de protección especial por parte de los poderes públicos…Los ríos, lagos, lagunas, playas y costas nacionales pertenecen al dominio público…”9
Gregorio Luperón y Jamao al Norte
Fue entre la gran floresta de caoba de Jamao al Norte donde el gran héroe restaurador Gregorio Luperón  aceró su espíritu de hombre vigoroso y decidido a enfrentar los más difíciles retos de la vida.
Allí, en la biblioteca de su protector Pedro Eduardo Duboc, leyó varias obras que marcarían su existencia, entre ellas Vidas Paralelas, de Plutarco, el famoso historiador y filósofo griego-romano. El desglose de la vida de decenas de grandes figuras de la antigüedad fue de gran impacto en la mente del mozo a quien el rico hacendado de referencia “le entregó la dirección de su casa y de sus grandes negocios.”
La temprana presencia de Gregorio Luperón en Jamao al Norte ha sido definida de múltiples maneras, pero tanto él como biógrafos y publicistas de su vida coinciden en que ese fue el lugar que moldeó desde la adolescencia el carácter y la templanza del personaje que luego se convertiría en uno de los hombres decisivos para restaurar la Independencia Nacional, arrebatada por la vil traición que fue la Anexión a España.
Luperón nació en un recodo de la ciudad de Puerto Plata, el 8 de septiembre de 1839, fruto del amor furtivo de una hermosa dama negra de ojos perspicaces llamada Nicolasa Luperón y de un apuesto hombre blanco, dedicado al comercio local de baja escala crematística, conocido como Pedro Castellano, quien le negó su apellido.
Del General Gregorio Luperón escribió el recopilador por excelencia de las glorias y miserias de la Guerra Restauradora, Pedro M. Archambault, lo siguiente: “…De una familia muy pobre, le encontramos a los 12 años trabajando en un corte de caobas de Don Pedro Eduardo Duboc, en Jamao, en donde se hizo hombre, llegando a ser encargado de los cortes.”10
La calidad excepcional de Gregorio Luperón, el muchacho forjado como hombre entre los árboles y peonadas de Jamao al Norte, y que luego llegó a ser “un acaudalado burgués”, se comprueba no sólo en la pluma de historiadores versados en el contenido de las fuentes de Clío, la importante musa de la mitología griega, sino también en las notas que dejaron gentes como Eugenio J. Senior, secretario que fue, en la Guerra Restauradora, de acantonamientos situados en las afueras de Puerto Plata, tales como Muñoz,  Maluis o Sabana Grande.
El respetable señor Senior al describir la desolación en que quedó Puerto Plata, luego de la patriótica guerra librada por los dominicanos contra los españoles y sus secuaces criollos, anotó que al dejar el campo llamado Muñoz “…nunca me había figurado una ciudad deshabitada….con tantos estragos…todo era monte, bejuquera, escombros…El general Luperón estaba él mismo construyendo su casita, y no pudiendo ser indiferente con el estado lamentable de su pueblo, salió acompañado de hacheros y principió por la calle Progreso a pinchar y tumbar bayahondas para abrir caminos…” Para concluir así: “Luperón expatriado voluntariamente volvió a Puerto Plata a morir entre los suyos.”11
Jamao al Norte, Luperón y la agricultura
A parte de ser un experto en el arte de la guerra, y de caracterizarse en los combates por no darles tregua a los enemigos de la patria (extranjeros y sus achichinques criollos), Gregorio Luperón practicó en los campos de Jamao al Norte el arte de la agricultura.
En sus notas autobiográficas Luperón resaltó su aprendizaje en la áspera, y no siempre gratificante, actividad de hacer parir la tierra. Llegó a escribir que “la agricultura es la nodriza más generosa de las naciones”.
Tal vez por lo anterior, en el gobierno de Fernando Arturo de Meriño “liquidó su casa de comercio y se entregó por completo a la agricultura.”
Esa decisión dio como resultado que “sembró tres mil tareas de cañas de azúcar y fomentó una hacienda de cacao, café, de frutos menores y de crías de ganaderías y aves.”12
Sobre las condiciones marciales de ese espíritu vivaz que fue Luperón, forjado en los caobales de Jamao al Norte, escribió Joaquín Balaguer. Luego de exponer sobre su “coraje desatado, ímpetu ingobernable, exuberancia estrepitosa…”, esa especie de etnarca caribeño nacido en el pueblo de Navarrete, señaló lo siguiente: “la imaginación no advierte diferencia alguna entre el Cid y Luperón, verdadero numen de la guerra, mancebo armipotente a quien la fantasía popular lo representa entrando a las batallas envuelto en una columna de fuego…”13

Machete en mano en Jamao al Norte
Roberto Cassá, riguroso biógrafo de Luperón, detalla que “su personalidad terminó por definirse en la agreste vida de Jamao.”
El conocido historiador citado narra un episodio del que fue protagonista el entonces jovencísimo Gregorio Luperón, en esa comunidad rural de la vertiente sur de una de las sierras de la Cordillera Septentrional, a poco más de la mitad del siglo 19, que pinta de cuerpo entero al personaje bizarro que registra la historia dominicana: “Aún adolescente le tocó enfrentar, machete en manos, a un grupo de truhanes, lo que le ganó celebridad y puso ya de manifiesto la valentía como primer atributo de su personalidad.”14
A propósito del uso que en Jamao al Norte hizo Luperón del machete como artefacto de ataque y defensa, es pertinente recordar que esa herramienta de corte, también usada como arma, tiene tradición en la historia militar y religiosa dominicana.
Valga la digresión para decir que Fray Cipriano de Utrera, para poner un solo ejemplo, refiriéndose a la batalla de Sabana Real de la Limonada, dice lo siguiente: “…derribaron aquellas cabezas enemigas a golpe de machete, y acudieron presurosos al Santuario de Higüey y con aquel pueblo creyente hicieron voto de celebrar perpetuamente cada año, una misa con novenario de acción de gracias…”15
Para mayor abundamiento de lo anterior, es oportuno indicar que los principales combatientes victoriosos de la referida batalla fueron los lanceros criollos de Higüey y El Seibo, legendarios pueblos del Este del país, a quienes el mencionado capuchino franciscano calificó como “artistas del machete”. Fue llevada a cabo el 21 de enero de 1691, en un lugar desde donde el cacique Guacanagarix dirigió el Cacicazgo de Marién, llamado por los indígenas El Guarico, y luego rebautizado con el topónimo de Cabo Haitiano.
Diversas fuentes consultadas coinciden en afirmar que la primera etapa de la presencia de Luperón en el territorio de lo que ahora es el Municipio de Jamao al Norte se extendió por seis años. Aquel lugar y aquel período fueron como una fragua donde se moldeó un titán de la historia dominicana.
Jamao al Norte camino de guerreros
Cuando el 7 de julio de 1857 estalló en la ciudad de Santiago de los Caballeros un movimiento armado para derrocar al régimen de Buenaventura Báez, lo que hoy es el municipio de Jamao al Norte se convirtió en uno de los escenarios preferidos para la circulación de los guerreros que iban a sitiar la península de Samaná y la ciudad de Santo Domingo, que eran en ese tiempo bastiones fuertes del baecismo.
Las hostilidades entre los bandos enfrentados duraron largos meses, pero fue aplastante la victoria de los rebeldes, dirigidos militarmente por el general Juan Luis Franco Bidó. El caudillo Báez huyo al exterior.
Después la historia sería otra, pues el gobierno provisional en armas presidido por José Desiderio Valverde y Benigno Filomeno Rojas pronto desapareció, y el gendarme de rompe y raja Pedro Santana Familia volvió a controlar los resortes del poder.
Lo cierto es que Gregorio Luperón, que participó en ese alzamiento bélico contra el segundo gobierno de Báez cuando apenas tenía 18 años de edad, dejó escrito en sus notas personales que en aquella ocasión “hicieron por Jamao y Rincón de Yásica un camino de las tropas que salían del Cibao para ir a estrechar el sitio de Samaná…”16
Bibliografía:
1-Historia de las Indias, Libro Primero, capítulo VIII. Crónicas Escogidas (Oviedo-las Casas).Editora Corripio, 1988.P598. Bartolomé de las Casas.
2-Geografía Física, Política e Histórica de la isla de Santo Domingo, 1915. P383. Cayetano Armando Rodríguez.
3-Economía, Esclavitud y Población. Segunda edición. Impresora Búho, 2009. Rubén Silié.
4-Los Crisantenos. Narrativa Norteamericana Contemporánea. Impresora Medinaceli, Barcelona, 1978.Pp281-292. John Steinbeck.
5-Ley No.177. Gaceta Oficial No.9541, publicada el 29 de octubre de 1980.
6-Ley No. 97-01, promulgada el 25 de mayo del año 2001.
7-Cuarto Considerando de la Ley No. 97-01, promulgada el 25 de mayo del año 2001.
8-Doce Cuentos Peregrinos. Editorial Oveja Negra, julio 1992.Pp165-171.Gabriel García Márquez.
9-Constitución de la República,26 de enero de 2010, artículos 14 y 15.
10- Historia de la Restauración, quinta edición. Editora Taller,1987.P316. Pedro M. Archambault.
11-La Restauración en Puerto Plata. Relato de un restaurador. Editora Montalvo, 1963, publicación póstuma.Pp76, 77 y 95. Eugenio J. Senior.
12-Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos. Tomo III. Reproducción facsimilar de la segunda edición de 1939.Editora de Santo Domingo, 1974.P121.Gregorio Luperón.
13-Los Próceres Escritores. Balaguer. Obras Selectas. Ensayos Literarios. Tomo 1.Editora Corripio, 2006.Pp 277 y  347.Joaquín Balaguer.
14. Personajes Dominicanos. Tomo II. Editora Alfa y Omega,2013.P18. Roberto Cassá.
15- Notas sobre Historia Militar de Santo Domingo. Fray Cipriano de Utrera.
16-Notas Autobiográficas y Apuntes Históricos. Tomo I. Reproducción facsimilar de la segunda edición de 1939.Editora de Santo Domingo, 1974.P91.Gregorio Luperón.
(29-junio-2019).

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