SANTIAGO
EN MARZO DE 1844 (II)
POR
TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Mella
y la batalla del 30 de marzo de 1844
Al proclamarse la Independencia Nacional
a Matías Ramón Mella, el hombre del histórico trabucazo de la puerta de la
Misericordia, se le asignó la ardua tarea de dirigir el andamiaje armado que en
el Cibao tenía como obligación patriótica defender la República recién nacida.
En esa calidad, y especialmente en su
condición directa de Jefe Militar de Santiago, fue el organizador inicial de su
defensa, días antes del alevoso ataque de los haitianos el 30 de marzo de 1844.
Mella comunicó directrices, impartió
instrucciones militares y realizó designaciones en diferentes puntos
estratégicos de la zona del Cibao para enfrentar ataques de sorpresa. Hay
pruebas de sobra sobre ello. Además de que hizo ingentes labores de
reclutamiento de combatientes, todo lo cual contribuyó sustantivamente al triunfo
de las armas dominicanas.
En tareas de acopio de combatientes estaba el día
de la referida batalla. La confrontación bélica lo sorprendió en San José de
las Matas, en las estribaciones de la Cordillera Central, en compañía a títulos
de sus edecanes del general Pedro de Mena y del capitán José Desiderio Valverde
Pérez.
En el 1891, al cumplirse 47 años de la
Independencia Nacional, Federico Henríquez y Carvajal escribió un ensayo
biográfico sobre Mella, en el cual sostuvo lo siguiente sobre la Batalla del 30
de Marzo de 1844: “A no ser por su celosa solicitud de elementos para la lucha,
suyos habrían sido los inmarcesibles laureles del triunfo que obtuvo para sus
sienes otro invicto héroe en la gran batalla del 30 de Marzo.”1
En su obra Personajes Dominicanos
Roberto Cassá resalta el papel de Mella en esa icónica batalla al señalar que:
“…Las previsiones tomadas por Mella y la competente dirección de Imbert dieron
por resultado que el 30 de marzo se infligiese una derrota aplastante a los
haitianos, quienes tuvieron cientos de muertos, mientras que, al parecer, pocos
dominicanos perdieron la vida.”2
Hay constancia de que Mella aceleró el
reclutamiento de los serranos y los incorporó a una tenaz persecución del
ejército haitiano invasor en desbandada, logrando así que el general Pierrot no
tuviera respiro en territorio dominicano.
Permitida sea la digresión para decir
que el edecán de Mella José Desiderio Valverde Pérez no participó en los
acontecimientos del 30 de marzo de 1844 en Santiago por lo indicado en el
cuarto párrafo, pero había participado activamente cumpliendo órdenes de Mella
en los preparativos de las defensas de esa ciudad y su papel fue excepcional en
el 1856 en la batalla de Sabana Larga, en los contornos de Dajabón.
Los combates de Sabana Larga y el de
Jácuba, en Puerto Plata, apagaron los ímpetus de ocupación de los haitianos y
pusieron término a 12 sangrientos años de hostigamiento contra el territorio
dominicano.
Valverde, ya con el rango de general, fue
presidente de la República, del 7 de julio de 1857 al 31 de agosto de 1858. En
el 1861, por su apego a los intereses conservadores que encarnaba Pedro
Santana, torció el rumbo de su vida y se convirtió en un resuelto anexionista.
Fue tan cúmbila de Buceta que ayudó a éste a organizar a los anexionista en la
santiaguera Fortaleza San Luis.
Persiguió a los patriotas restauradores
en el triángulo formado por Santiago, Puerto Plata y Monte Cristy, lo que le
valió el alto rango de Mariscal de Campo del ejército de ocupación español. Lo
que ganó en las luchas patrióticas lo perdió al convertirse en un feroz
anexionista.
Una
opinión sobre la batalla del 30 de marzo de 1844
Sobre la batalla librada en la ciudad de
Santiago de los Caballeros el 30 de marzo de 1844, en la cual salieron victoriosos
los patriotas dominicanos y derrotados los invasores haitianos, se han escrito
ensayos, conferencias, relatos y capítulos de manuales de historia.
Sería prolijo hacer un cotejo detallado
de las diversas versiones vertidas desde entonces hasta ahora.
Escojo como muestra representativa de
las diferentes opiniones sobre el tema la del historiador Alcides García Lluberes, quien en un ensayo titulado Dos Grandes
Batallas se refiere a la del 30 de Marzo de 1844 como “el castigo condigno de
los insolentes desafueros”, puntualizando que “después de la Batalla del 30 de
marzo los hombres de Haití quedaron completamente convencidos de que el pueblo
dominicano estaba animado de nuevas e invencibles energías.”3
Dicho autor también escribió que “…el
enemigo experimentó más de mil bajas y los dominicanos no sufrimos ninguna.” El
atribuyó esa disparidad a que los dominicanos estaban mejor posicionados con
los referidos tres Fuertes y con las
colinas de la ciudad, mientras los invasores se movían básicamente en la tierra
plana del área.
General
José María Imbert
El
general José María Imbert, que se convertiría en el principal héroe de
la histórica batalla de Santiago, llegó allí el 27 de Marzo de 1844, procedente
de la cercana localidad de Moca, donde
vivía desde hacía varios años, dedicado básicamente a labores de comercio y
agricultura, pero también ejerciendo funciones de aseguramiento militar.
Fue llamado a Santiago por su reconocido
coraje, preparación militar y por sus previas expresiones a favor de la soberanía
dominicana, como cuando proclamó en una
plaza mocana el 5 de marzo de 1844 que: “Desde las aguas de Higüey hasta Las
Matas de Farfán, y desde la península de Samaná hasta Dajabón, ha resonado el
grito de Dios, Patria y Libertad…”4
Está demostrado, en todos los rincones
de la tierra, que el azar tiene su lugar en la historia de los pueblos, así
como en los sujetos. El destino, pues, jugó su papel en el caso del principal
héroe de la Batalla del 30 de Marzo de 1844.
He aquí una prueba de lo anterior. Pedro
Eugenio Curiel, combatiente de aquella acción bélica, en un documento redactado
el 30 de septiembre de 1881, luego de describir pormenores de los días
anteriores a ese encuentro armado entre dominicanos e invasores haitianos,
señala que: “…por último se piensa en el general Imbert, jefe del movimiento de
la Villa de Moca, y se resuelve mandar a buscarle; así fue…llega a Santiago en
medio de vítores y aclamaciones. Se le entrega el mando de aquella plaza que él
acepta sin dilación.”5
El
informe oficial del general Imbert
En un informe oficial, fechado el
5 de abril de 1844, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, dirigido a la
Junta Central Gubernativa (que era el gobierno de la República), el general
José María Imbert, en su calidad de Jefe del Distrito y las operaciones de Santiago, al describir los
hechos más notables de la Batalla del 30 de marzo de dicho año, haciendo
referencia a la suerte de los invasores, señala que: “Por última vez se
presentó en columnas cerradas, y nuestra artillería dejándola avanzar de
frente, la pieza de la derecha tiró metralla sobre esta masa e hizo al centro
un claro espantoso…”
En dicho testimonio el general Imbert
también señaló que “el combate había principiado a las doce y siguió hasta las
5 de la tarde.” Añadió que hubo unos 600
soldados haitianos muertos, con una cifra mayor de heridos y que “el camino que
siguen en su retirada no es sino un vasto cementerio.” Remataba su descripción
haciendo partícipe en los hechos a la Superioridad Celestial al decir que los
dominicanos contaron con “una protección manifiesta de la Divina Providencia.”
A
ello atribuyó la siguiente sublimidad idílica: “…sin que nosotros hayamos
tenido que sentir la muerte de un solo hombre, ni tampoco haber tenido un solo
herido.”6
Por su lado el jefe de la artillería
santiaguera, José María López, en unas breves notas fechadas el 24 de
septiembre de 1881, expresó que el 30 de marzo de 1844 “ha sido el día que más
amenazada ha estado esta población; y al mando del general Imbert tuvimos la
gloria de rechazar a las tropas haitianas, que eran en fuerzas, cuadruplicadas
a las nuestras…”7
Bibliografía:
1-Apoteosis del héroe. Discurso
pronunciado el 27 de febrero de 1891.Reproducido en la revista Clío No.8, 1934.
Fascículo II.P38. Federico Henríquez y Carvajal.
2-Personajes Dominicanos. Tomo I.
Editora Alfa y Omega, 2003. P235. Roberto Cassá.
3-Dos grandes batallas. Periódico El
Diario de Santiago, 30 de marzo de 1926.Alcides García Lluberes.
4-Proclama Pública, 5 de marzo de 1844,
Moca. Corregidor José María Imbert.
5-Carta dirigida a Segundo Imbert.
Puerto Plata, 30 de septiembre de 1881. Pedro Eugenio Curiel.
6-Parte Oficial a la Junta Central
Gubernativa. Santiago, 5 de abril de 1844. José María Imbert. Vaciado en el
volumen 3, pp 35 y 36, Obras Completas de José Gabriel García.AGN. Impresora
Amigo del Hogar, 2016.
7- Nota del jefe de artillería José
María López. Guerra Domínico-Haitiana. Impresora Dominicana, 1957. P88. Emilio
Rodríguez Demorizi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario