CARLOS URRUTIA MONTOYA
( gobernador colonial 1813-1818)
POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
La Junta de Gobierno de España, que entonces tenía su
asiento en la ciudad de Sevilla, en el sur español, nombró el 27 de abril de
1811 al mariscal de campo Carlos Urrutia Montoya como gobernador, Intendente y Capitán
General de la que denominaban provincia de ultramar de Santo Domingo. Dos meses y 15 días antes había muerto en su
lecho de enfermo Juan Sánchez Ramírez, el abanderado de La Reconquista.
Múltiples motivos retrasaron la llegada a su destino
del nuevo gobernador colonial, la cual se materializó el 7 de mayo de 1813.
Su toma de posesión se produjo el 28 de julio de 1813,
según él mismo hace constar en un largo y detallado oficio que le envió al día
siguiente al Consejo de Regencia, en el cual hacía una radiografía del cuadro
de miseria que había encontrado en el territorio que habían puesto bajo su
mando, cuyos moradores estaban “amaestrados por las vicisitudes.”
Una de las medidas controversiales que tomó el
gobernador colonial Urrutia Montoya fue el cambio del papel moneda y su valor
fiduciario por monedas de cobre. Nunca pudo resarcir a los dueños por los
billetes anulados. Particularmente el caso de los comerciantes fue dramático.
A Urrutia se le puso el mote de Carlos Conuco, en una
especie de venganza porque ordenó que muchos adultos, particularmente
holgazanes de todos los pelajes, se dedicaran al cultivo de pequeños predios.
Por los mismos resultados de aquella decisión de alias
Carlos Conuco queda claro que era una simple agricultura de subsistencia, sin
normas de trabajo asalariado ni tampoco se han encontrado huellas informativas
de que aquello estaba cubierto por la modalidad de aparcería.
Dicho lo anterior a pesar de que él sostenía, y así lo
dejó anotado en sus papeles como gobernador colonial, que la producción
agrícola comercial era fundamental para sacar a la población de la postración
económica.
Hay narraciones de antaño que señalan que el mismo
Urrutia tenía un conuco donde producía hortalizas y frutos menores.
A los dos años y seis meses de estar ejerciendo aquí
como gobernador fue ascendido a teniente general y, además, se le otorgó la
Real y Militar Orden de San Hermenegildo, en la categoría de Gran Cruz.
A pesar de las mofas y las ácidas críticas con las que
su figura aparece en muchos textos que se refieren al período de La España
Boba, Urrutia Montoya encontró un defensor en el acucioso historiador César A.
Herrera Cabral, quien escribió de él lo siguiente:
“Este hombre ha pasado por las páginas de la historia
nacional como un menguado reaccionario sin alientos constructivos. Nuestros
historiadores lo presentan como un viejo gruñón y amargado…Estoy a punto de
creer todo lo contrario del Mariscal Urrutia.”1
1-El gobernador y capitán general Carlos Urrutia
Montoya (1813-1818).Revista Clío No.189.Enero-junio 2015. César A. Herrera
Cabral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario