sábado, 23 de julio de 2022

BUENAVENTURA BÁEZ (anécdotas)

                                                  

POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES

BUENAVENTURA BÁEZ (anécdotas)

El cuarto gobierno de Buenaventura Báez, llamado de los Seis Años, tuvo un final con sabor anecdótico, pues quienes dieron al traste con el mismo no fueron sus enemigos del Partido Azul.

En ese sangriento período de la política criolla se acuñaron las expresiones “hombres de orden”, para calificar a los que consideraban al caudillo Báez como imprescindible para gobernar, y tildaban como “hombres de desorden” a los que le adversaban.

El primero de mayo de 1869 el país fue víctima de una gran estafa de parte del representante de Buenaventura Báez en Inglaterra, un extranjero de nombre Edward  H. Hartmont, quien comprometió  por décadas las finanzas dominicanas y se alzó con una fortuna.

Buenaventura Báez, en contubernio con el presidente estadounidense Ulysses S. Grant y los truhanes Joseph Fabens y William Cazneau, hacían todo lo posible para que la República Dominicana fuera anexionada a los EE.UU., lo que afortunadamente no ocurrió porque en el 1871 el Senado de ese último país rechazó eso.

En esa época la crisis económica iba en crecimiento, así como el malestar social entre la población dominicana que cada vez más repudiaba a dicho gobernante.

En cambio, a Báez lo apoyaban los caudillos comarcanos, una parte importante de los comerciantes y principalmente los productores de tabaco del Cibao que se beneficiaban de los altos precios internacionales de ese producto agrícola que exportaban hacia Europa, especialmente por los puertos alemanes de Hamburgo y Bremen.

La tirantez política y económica desató enfrentamientos sangrientos en los cuales los del Partido Rojo (conservadores) en el gobierno aplastaban a los opositores del Partido Azul (liberales).

En la región oriental del país la última rebelión opositora contra Báez fue encabezada por el héroe restaurador nativo de Yamasá Eusebio Manzueta, quien fue  capturado y fusilado el 12 de noviembre de 1873 por órdenes del general José Caminero, el jefe político y militar del baecismo en esa zona.

En el suroeste el dictador Buenaventura Báez formó bandas de asesinos dirigidos por unos tales Llinito, Mandé, Solito, Musié y Baúl. Esos sujetos y sus secuaces masacraron a cientos de opositores.

Ni el general José María Cabral ni los demás líderes del Partido Azul lograron articular las fuerzas necesarias para vencer al caudillo rojo.

Por eso tiene categoría de anécdota política que el desplome del cuarto gobierno de Báez comenzó cuando el 25 de noviembre de 1873 se rebelaron sus partidarios Ignacio María González (entonces gobernador de Puerto Plata) y Manuel Altagracia Cáceres, quien era el político baecista más prominente en el Cibao.

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