sábado, 20 de febrero de 2021

BANÍ: MANGOS, DUNAS, SALINAS Y PLAYAS

 

 

 

BANÍ:   MANGOS, DUNAS, SALINAS Y PLAYAS

POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES

BREVE HISTORIA DE BANÍ

En el lenguaje sin gramática de los taínos Baní significaba abundancia de agua. Tiene una historia larga, desde el mismo siglo XV, cuando era un simple cruce de caminos, hasta el presente.

Uno de los personajes que ejerció el mando indígena en ese territorio fue el cacique Baní.“Varón astuto” lo calificó el sacerdote y explorador sevillano Juan de Castellanos, en la primera parte de su extensa obra publicada en 1589.

La ciudad de Baní tiene ahora 254 años de existencia. Hay casi consenso en que fue fundada formalmente el día 3 de marzo del año 1764, con el nombre de Villa de María Santísima de Regla de Baní, bajo la gobernación colonial de Manuel de Azlor Uríes.

Algunos dicen que su origen fue cuatro años después de dicha fecha. Por ejemplo hay una crónica que arranca así: “31 de mayo de 1768.Azlor, carta sobre instancias de los vecinos del valle de Baní, en solicitud de licencia para formar una villa en aquel paraje.”1

Pero lo que no está en duda es que antes de su fundación ya en el valle de Peravia se producían hechos que escalaron las páginas de la historia, particularmente por los constantes contrabandos ocurridos tanto en tierra como en sus costas del  Mar Caribe.                                                 

Pruebas al canto: “31 de octubre de 1723. Nombramiento de Cabo principal de la guardia del Valle de Baní para d. Nicolás de Guridi Coronado, alférez reformado, para que vigile las costas sobre trato ilícito…”2

“Don Luis Ortiz, vecino de SD, sacó del valle de Baní cantidad de mulas y caballos que cambió en la colonia francesa por ropa; otros contrabandistas también, protegidos por el teniente coronel Ramírez y el maestre de campo Carvallo. El fiscal Carrillo da cuenta de las quejas de los naturales por estas cosas, en carta de SD, 30 de abril de 1725.”3

Ha quedado registrado que muchos banilejos adversaban al latifundista de Cotuí Juan Sánchez Ramírez, quien en realidad no era ningún patriota. Después del triunfo de Palo Hincado, en un altozano seybano, llegó al palacio de gobierno con “casaca azul cubierta con retratos de Fernando VII”. Su desastroso y nepótico gobierno condujo a la llamada España Boba, entre otras cosas.

Como consecuencia de la actitud hostil hacia el proyecto del referido hacendado cotuisano, denominado La Reconquista, en Baní hubo muchos arrestos. Desde su Cuartel General instalado en Hainamosa, Juan Sánchez Ramírez le informó a Francisco Fernández de Castro, en carta del 11 de febrero de 1809, lo siguiente:

 “Los señores Landestoy y Dumé, atendiendo a los informes de don Francisco Pérez y don Fermín Sanquintín y otros españoles honrados, les concedí la libertad, advertidos de no dar motivos a sospechas, y en esa virtud deben gozarla, pero es menester que Ud. tenga siempre cuidado con ellos y otros que se deba desconfiar.”4  

En el siglo 18 la comunidad de Baní estaba formada en su mayor parte por canarios provenientes de las islas Tenerife, Gran Canaria, La Gomera, Lanzarote y La Palma.

Su legado se mantiene. Aún se observan en Baní algunas de sus costumbres religiosas, culinarias, sociales, así como algunos rasgos raciales característicos de los guanches y castellanos.

En las montañas de Baní se construyeron manieles para refugio de muchos descendientes de los africanos traídos como esclavos a América, quienes al rebelarse contra la opresión colonial crearon lo que se ha denominado el cimarronaje; que fue una actitud con proyecciones sociológicas y raíz antropológica (verbigracia crearon el famoso baile del folklore dominicano llamado  Sarandunga).

Sobre el cimarronaje en Baní y otros territorios dominicanos han escrito cientistas sociales y literatos como Dagoberto Tejeda, Carlos Esteban Deive y otros. Para mejor entender tan importante hecho humano en otros lugares antillanos basta leer la vida de Esteban Montejo, narrada magistralmente por el etnólogo cubano Miguel Barnet Lanza, en su obra Biografía del Cimarrón.

Hace varias décadas un poeta banilejo, describiendo al Baní de su infancia, dijo:“…las casas agobiadas por la carga de los años y la sequía, con sus puertas desvencijadas pintadas con almagre rojo…El viento arrancaba trozos a las canas de los techos y levantaba nubecillas de polvo, aquí y allá y más allá.”5

Ya no es tan así, pero en la arquitectura urbana banileja quedan vestigios del verismo de aquel relato.

La ciudad de Baní está custodiada por onduladas montañas del costado sur de la Cordillera Central. Las dos más famosas son Cerro Gordo y el Cucurucho.

El Cucurucho fue declarado monumento natural Rafael Herrera Cabral, mediante el Decreto 40-15 del 5 de marzo del año 2015.

De esos cerros escribió Félix Servio Ducoudray hijo, en el periódico El Caribe, el 23 de junio de 1979, lo siguiente: “Nos salen al encuentro los cucuruchos del Peravia, cerros aislados, de cúspide afilada y estampa triangular.”6

Francisco Gregorio Billini, ilustre combatiente de la Restauración, escribió en su novela titulada Baní o Engracia y Antoñita una radiografía social de la segunda mitad del siglo diecinueve de esa comunidad.

A través de los personajes Leopoldo, Felipe Ozán, Enrique Gómez y los demás se descubre la culinaria, las creencias religiosas, las tradiciones más arraigadas y en general la base cultural de una ciudad de la cual ese autor dijo que: “semeja a una canasta de mimbre cubierta de chispas de oro y con bordes de plata, llena de objetos multicolores...”7

El arborizado parque central de Baní lleva el nombre del  luchador restaurador banilejo Marcos Ezequiel Antonio Cabral Figueredo. La plaza de la cultura está dedicada a la memoria del distinguido educador e historiador local Joaquín S. Incháustegui.

La banda Municipal de Música de Baní fue fundada en el 1912, es decir que tiene más de cien años, y sigue activa.

En el corazón de la ciudad está la catedral Nuestra Señora de Regla, patrona de los católicos banilejos desde el siglo 18. Se construyó mediante colectas públicas realizadas entre sus comunitarios.

La iglesia original fue construída mediante colecta pública: “…como se ha levantado el templo de Baní, sin lágrimas, sin duelos, sin sacrificios, sin fraudes, sin mentiras; como obra de bien, como obra de buena voluntad, como obra de buena fe, como obra de todos para todos…”8

En noviembre de 1986 el Papa Juan Pablo II, mediante Bula Papal, creó la Diócesis de Baní. Desde entonces el referido templo tiene el rango de Catedral y sirve de Sede al Obispo.

                BANÍ EN LA INDEPENDENCIA

Baní figura como uno de los pueblos que más contribuyó con elementos bajo las armas en la defensa de la Independencia Nacional, amén de que fue un escenario clave para el sostenimiento de la misma, durante los 11 años en que el país recibía las embestidas del ocupante desalojado.

El General Manuel de Regla Mota y otros valerosos banilejos mostraron su coraje en las diversas batallas (19 de Marzo, El Memiso, El Número, Cachimán, La Estrelleta, Las Carreras, Arroyo de los Pericos, etc.) desarrolladas contra los intrusos haitianos en la zona Sur del país.

En la costa de Baní ocurrió un hecho de importancia en las luchas de consolidación de la Independencia Nacional:“La goleta María Luisa, primer cosario que levó anclas en Santo Domingo con rumbo a Azua, al mando del comandante Simón Corso, pero que viéndose perseguido por fuerzas enemigas superiores, tuvo que embarrancar en las costas de Baní, salvándose milagrosamente la tripulación…”9  

 

DUARTE  Y SANTANA EN BANÍ

Juan Pablo Duarte, que había retornado al país el 21 de mayo de 1844, se dirigió a Baní acompañado del trinitario Pedro Alejandrino Pina y otros patriotas con el claro propósito de hacerle saber a Santana las consecuencias negativas de su extraña retirada a Sabana Buey y, además, tratar de coordinar con él acciones efectivas para garantizar la recién adquirida Independencia Nacional.   

Fue fallido el esfuerzo del Padre de la Patria. A Duarte le tomó tiempo descubrir que Santana tenía en su mente ejecutorias ajenas al ideal trinitario.

Entre ambos personajes había una diferencia de actitud abismal. El primero creía en la viabilidad de la República Dominicana, mientras el segundo cavilaba y se movía en el carromato del resentimiento y de los intereses económicos que encarnaba.

Tal vez por eso no pocas veces Santana, a quien el aguerrido patriota Félix Mota apodó El Chacal del Guabatico, actuaba como un héroe de teatro, con cierto parecido al Creonte de Sófocles, en la tragedia Antígona.

 “…el General Santana no tuvo jamás la conciencia de la nacionalidad puesto que peregrinó durante 17 años por las Cancillerías francesa, española, inglesa y norteamericana ofreciendo la Independencia de la República a cambio de ayuda exterior que solamente su falta de fe en el patriotismo y en la capacidad de resistencia del pueblo dominicano creía necesaria.”10

POETAS Y LITERATOS EN BANÍ

Baní es uno de los pueblos dominicanos que más ha llamado la atención de literatos y artistas criollos y extranjeros.

Uno de los principales exponentes del barroquismo literario,   dijo que “los maravillosos campos de Baní son la sal y la alegría de la tierra... Oh como caminan las mujeres de Baní! Son palas Athenea por senderos cuajados de rosas y gladiolos!”11

Eduardo Brito, el más famoso barítono dominicano, cuyo arte trascendió las fronteras nacionales, popularizó hace casi cien años el pregón “mangos de Baní.”

Mucho después el gran compositor Rafael Solano, en su canción Dominicanita, puso este sugerente estribillo: “carita de mango banilejo”.

Ambas expresiones son como himnos populares en honor a esa jugosa y sabrosa fruta tropical, que florea y domina los campos de Baní y toda Peravia.

El escritor Joaquín Balaguer dijo de Baní que es “la flor de la República.”

Eugenio María de Hostos, el insigne educador puertorriqueño, expresó que es “un verdadero paréntesis etnológico” y dijo más el maestro antillano: “Ah! ¡Llegue pronto la República entera a ser Baní!”.

Las anteriores son simples muestras de una amplia cantera. Otros también se refirieron en términos elogiosos a Baní.

                  LOS MANGOS BANILEJOS

Por su sabor, olor, pulpa jugosa y la calidad de su textura, los mangos banilejos, en sus diferentes variedades, son los más famosos del país. Miles de tareas de tierra en loma y llano de la provincia Peravia están dedicadas al cultivo de esa fruta.

Su exportación es una importante fuente de divisas para la economía nacional. Todos los años se celebra en el parque central de Baní la feria del mango, en la cual participan productores y consumidores, nacionales y extranjeros. 

LAS SALINAS DE BANÍ

Desde los tiempos del gobernador colonial Nicolás de Ovando las salinas de Baní fueron objeto de codicia y medio de  múltiples negocios casi siempre turbios.

En un recodo de sus colindancias con el mar Caribe, en un extremo del pequeño poblado de Las Salinas, hay una salinera formada por terrazas hacia las cuales se conduce agua marina, provocando su evaporación. El proceso de  transformación en sal se hace en aproximadamente tres semanas.

En realidad es un auténtico vallecito salado, con una amplia playa de agua tibia al fondo. El nombre de ese lugar no podía ser más sugerente: Puerto Hermoso.

Cristóbal Colón consigna en su libreta de apuntes que llegó a ese sitio el 30 de julio de 1502.Eso lo salvó de un naufragio seguro, puesto que las aguas estaban encrespadas por una tormenta que cruzaba el Mar Caribe.

Puerto Hermoso fue atacado el primero de febrero de 1538 por consarios franceses que mataron a la tripulación de tres barcos surtos allí y saquearon todo.

Un acucioso banilejo escribió así: “Salinas. Inaugurada por el gobernador Ovando en la época de la Colonización, hizo rematar con muy buen provecho las salinas naturales de Puerto Hermoso, las primeras y mejores, para entonces, de todas las Antillas.”12

El 2 de enero de 1867 se dicta la “Resolución del Poder Ejecutivo concediendo al Ayuntamiento de Baní, el beneficio de las salinas de aquel lugar.”13

Pero esa adjudicación duró poco. El 10 de mayo del año 1870 el entonces Secretario de Finanzas y Comercio suscribió en su dicha calidad un contrato con el señor Carlos B. Báez, “general de los Ejércitos de la República y Senador”, mediante el cual se le cedieron las salinas banilejas en arrendamiento, extensivo a sus socios y herederos, “por el período de cincuenta años”.

El gobierno dominicano recibiría como pago “el 5% del producto de las salinas, en sal o en su equivalente en dinero efectivo”.

Dicho contrato era tan leonino (como sacado de una fábula de Cayo Julio Fedro) que se hizo constar en el mismo que: “Los barcos extranjeros que tomaren carga en las salinas no tendrán la obligación de obtener un permiso de cabotaje.”14

La mala maña de utilizar los recursos públicos para beneficiar a funcionarios de turno, socios y allegados viene de viejo. Una prueba banileja sirve como representación gráfica de eso:

 “Se ha informado que hay depósitos minerales de distintas  clases en el río Baní…la poca tierra disponible para el cultivo pertenece al alcalde del distrito y se lo siembran unas cuantas personas, quienes cultivan café y plátanos principalmente…”15

LAS DUNAS DE BANÍ

Las dunas costeras de Baní son el más grande desierto caribeño. Esos promontorios de fina arena, situados entre los poblados de Matanzas, La Caldera y Salinas, abarcan una extensión de casi 30 kilómetros cuadrados y en algunos puntos se elevan hasta 35 metros.

Su formación data de millones de años. Las partículas de arena llegaron con el viento marino. Los mangles de su lado oeste hacen de barrera protectora de esa riqueza natural. En la superficie se observan cactus y arbustos aptos para sobrevivir con esa composición geológica.

Ello es así aunque “las dunas desérticas pueden ser también, como éstas de Las Calderas, cementerios de plantas...No son todas las que logran sacar su vida a flote de ese ahogo...a veces mueren y quedan enterradas.Secas.Momificadas.”16

Mediante el decreto presidencial número 233-96 se le confirió la condición de reserva científica. El nombre oficial de estas dunas es Félix Servio Ducoudray hijo, en homenaje al intelectual y periodista oriundo de Higüey, publicista de las mismas y consagrado luchador por la preservación de todas las riquezas naturales dominicanas.

CINCO PRESIDENTES DE LA REPÚBLICA

La República Dominicana ha tenido tres presidentes nacidos en Baní: Manuel de Regla Mota, Marcos A. Cabral y Eladio Victoria. Otros dos, Jacinto de Castro y Francisco Gregorio Billini, estuvieron muy vinculados afectiva y familiarmente con esa ciudad y se consideraban banilejos adoptivos.

MÁXIMO GÓMEZ Y JUAN ALEJANDRO ACOSTA

En Baní nació, el 18 de noviembre del 1836, el generalísimo Máximo Gómez Báez, General en Jefe del Ejército Libertador de Cuba. En noviembre del 2016, con motivo de cumplirse 180 años de su nacimiento, se inauguró en el solar donde nació una réplica de la casa de sus padres, hecha con tablas de palma, horcones de madera dura, techada de cana y con piso de tierra pulida.

El 23 de agosto de 1998 el entonces presidente de Cuba Fidel Castro Ruz visitó el lugar. Allí hay una tarja con palabras de gratitud de los cubanos al adalid banilejo que ayudó a la libertad de Cuba.

Máximo Gómez, calificado por Juan Bosch el Napoleón de las guerrillas, mantuvo grato recuerdo de su Baní natal: “…A mi pueblo, a mi Baní del alma no lo he olvidado ni un solo momento en medio de los azares de la ruda campaña terminada con el triunfo del derecho y la libertad. Ese es el rincón querido…..A toda aquella gente mía, mis recuerdos!”17  

Juan Alejandro Acosta también nació en Baní, en el 1813. Firmó el manifiesto del 16 de enero de 1844. Tuvo un papel destacado el 27 de febrero de 1844, en la Puerta del Conde. Desempeñó un brillante papel en el combate naval de Tortuguero. Fue Co-fundador y jefe de la Marina de Guerra.

PROVINCIA PERAVIA

La ciudad de Baní es la capital de la provincia Peravia. Originalmente se denominó precisamente Baní, mediante la Ley 747, del 23 de noviembre de 1944, tal y como se comprueba en la Gaceta Oficial No. 6175. Apenas duró 8 días con dicho nombre. El primero de diciembre del citado año se creó la Ley 750, mediante la cual se cambió ese nombre por José Trujillo Valdez, quien fue un experto en abigeato y otras ilicitudes, pero padre del tirano Trujillo Molina. Mediante la Ley 5685, del 29 de noviembre de 1961, se le designó Peravia.

La provincia Peravia, con el municipio de Baní a la cabeza, es altamente agropecuaria. Tiene inmensas llanuras cultivadas de mangos, musáceas, cítricos, ajíes, tomates, caña de azúcar, berenjenas, tayotas, lechuga, arroz, habichuelas y maíz. 

También se fomenta en la parte llana una ganadería intensiva de vacunos y caprinos, con la aplicación de métodos modernos para  el procesamiento de la producción de leche a gran escala.

Sus extensas lomas están cargadas además de magos, de cafetos, cacaotales y otros rubros agrícolas. En sus cerros y altozanos también se desarrolla una abundante ganadería extensiva, con pastoreo abierto.

Sobre la producción  agrícola de  la provincia Peravia  el  eminente y culto Ing. Agrón. Ramón Arturo Guerrero Valera escribió en el 1979 así:

“El clima semiárido, las tierras fértiles y llanas del valle de Peravia atravesadas por el río Nizao, han hecho de aquella región el principal centro de producción de cultivos bajo riego. Los agricultores banilejos tienen más de 100 años de experiencia en el manejo del riego, la mitad de los 215 años que tiene de fundada la ciudad de Baní. ..En 1946 comenzó a funcionar el canal “Marcos A. Cabral”, dando lugar a una mejor organización del riego…”18

El litoral marino de la provincia Peravia tiene hermosas playas para deleitar a sus visitantes, conjuntamente con una gastronomía a base de pescado.

Los demás municipios y distritos municipales de la provincia Peravia tienen una historia tan vibrante, desde los tiempos precolombinos, y un presente tan activo, que se hace necesaria una entrega exclusiva para ellos.

 Bibliografía:

1-Noticias históricas de Santo Domingo, p151.v.I. Editora Taller 1978. Fray Cipriano de Utrera.

2-Noticias históricas de Santo Domingo, v. IV. p156. Editora Taller 1979.Fray Cipriano de Utrera.

3- Ibidem, v. II., p315,316.Editora Taller 1978.Fray Cipriano de Utrera.

4-Diario de la Reconquista. Editora Montalvo,1957.p270.Juan Sánchez Ramírez.

5-El Pozo Muerto, Editor UCMM 1980.Héctor Incháustegui Cabral.

6-Obras Completas.p209.Reproducción. Héctor Colombino Perelló.

7-Baní, o Engracia y Antoñita. Francisco Gregorio Billini. Editora de Colores, S.A., 1998.

8-Hostos en Santo Domingo. p105, editado en el 1939 por Emilio Rodríguez Demorizi.

9- Rasgos biográficos de dominicanos célebres. Editora del Caribe. P 313. José Gabriel García.

10-Espigas Históricas, p214.ADH 1972.Víctor Garrido.

11-Papeles de Logroño. Arturo Logroño. Sociedad Dominicana de Bibliófilos, año 2004.

12- Reseña histórica de Baní. Editora Búho, julio 2001, p17. Joaquín S. Incháustegui.

13- Colección de Leyes de 1867.p5.

14- Comunicación del 18 de mayo de 1870. Dirigida por Ricardo Curiel, Secretario de Finanzas y Comercio, al Auditor General del Tesoro de la República.

15- Informe de la Comisión de Investigación de los E.U.A. en Santo Domingo, 1871. p243. Editora Montalvo, 1960.

16-La Naturaleza Dominicana.V.3.p15.Editora Corripio,1 marzo 2006.Félix Servio Ducoudray.

17- Carta de Máximo Gómez a Francisco Gregorio Billini del 5 de diciembre de 1898.Papeles Dominicanos de Máximo Gómez, p.77, editado en el 1985 por Emilio Rodríguez Demorizi.

18-La Coyuntura Agraria Dominicana 1976-1990.p79.Impresora Amigo del Hogar, agosto 2017. Ramón Arturo Guerrero Valera.

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