SABANA BUEY, ESCENARIO HISTÓRICO ENTRE PLAYAS, RÍOS Y
SERRANÍAS
POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Sabana Buey
Sabana
Buey comenzó a formarse hace más de dos siglos como un pequeño caserío en medio
de una sabana de bosque seco, donde reinaban cactus de flores multicolores,
campeche, cambrón, guasábara y bayahonda y otras especies aptas para la
supervivencia en medio de un ambiente árido.
Las crónicas del pasado también contienen
informaciones sobre pequeños montes de
baitoas en esta tierra. Según los lugareños desde hace más de cien años no se
ve allí ni rastros de baitoas. Es cosa del pasado.
Esta
comunidad fue declarada Distrito Municipal mediante la Ley 28, del 31 de
octubre de 1991.Forma parte del Municipio Baní, Provincia Peravia.
Se
indicaron motivos sociales, económicos, religiosos e históricos para elevar de
categoría el territorio que por mucho tiempo había sido una Sección, donde
imperaba un ambiente más bien rural.
En
el tercer considerando de dicho texto legal se invoca como unas de las razones
para darle otro nivel administrativo a Sabana Buey a que allí está el “dos
veces centenario árbol de guatapaná, a cuya sombra se albergó el fundador de la
República, Don Juan Pablo Duarte y Diez en los días de la campaña de Azua, en
1844.”
Los
límites geográficos de ese distrito municipal fueron establecidos en el artículo
2 de la mencionada ley: “Al Norte, Río Ocoa; al Sur, Playa Los Corbanitos; al
Este, la Sección de Villa Fundación y la Cañada de la Cruz (de la Sección
Arroyo Hondo); y al Oeste, Playa Ensenada (del mar Caribe).”1
Sabana
Buey es el último poblado del lado oeste de la provincia Peravia.
Pedro Santana en Sabana Buey
Sabana
Buey fue el lugar donde el General Pedro Santana ubicó su cuartel general, después de abandonar la ciudad de Azua, por
razones no explicadas, luego de que los combatientes dominicanos vencieran
allí, el 19 de marzo de 1844, a miles de invasores haitianos.
Nunca
se ha podido indicar de una manera convincente los motivos que en el orden de
la táctica militar pudo tener el General Santana para ubicarse con sus tropas en
Sabana Buey.
Ni
siquiera los que tergiversando la realidad de los hechos para edulcorar la
parábola vital del General Pedro Santana han podido emitir un juicio cónsono
con la lógica sobre ese acontecimiento extraño e inexplicable.
Aunque
existe el antecedente, rigurosamente registrado, que en el 1843 el presidente
haitiano Charles Riviére-Hérard ordenó la captura y traslado hacia una cárcel
de Puerto Príncipe de los hermanos Pedro y Ramón Santana y cuando la reata de
presos de la que formaban parte iba cruzando por Sabana Buey ellos dos se
escaparon. Quizás en ese momento quedó fijado en la mente del caudillo
anexionista que volvería a ese lugar, en otras condiciones.
El
titulado como padre de la historiografía dominicana, José Gabriel García,
describe las diferentes órdenes de apresamiento dictadas por el referido
gobernante de Haití. Cita el envío, en
calidad de presos, hacia el extremo
oeste de la isla Santo Domingo, de varios patriotas dominicanos amarrados en la sentina de la goleta de guerra Praslin,
en un penoso viaje de cabotaje.
Otros fueron mandados por vías menos húmedas,
como les ocurrió a Nicolás Rijo y al capitán Vicente Ramírez, “denunciados de
haber tenido propósitos revolucionarios en Higüey, y de arresto contra los
hermanos Pedro y Ramón Santana, que suponían resueltos a sublevar a los
habitantes de El Seibo, y que conducidos por tierra consiguieron escaparse,
después de salir de Baní, y se ocultaron en Sabana Buey.”2
El
historiador Víctor Garrido sostiene que la cercanía de un fondeadero y la
serranía del lugar conocido como el Número hacían de Sabana Buey un lugar
conveniente para escaparse.
Así
lo consignó en su ensayo Duarte y Santana: “Santana, sin confianza en la
victoria optó el último. Su retirada a Sabana Buey propició a Charles Herald
que ocupara a Azua y que luego la incendiase. En vez de pasársele por un
consejo de guerra por esta retirada sin justificación, fue aclamado como
héroe.”3
Todo
conduce a pensar que en su estancia en Sabana Buey fue donde Pedro Santana,
maquinó para preparar el andamiaje justificativo de la abominable Anexión a
España, con lo cual destruyó la soberanía dominicana, cuya restauración fue a
costa de un mar de sangre y muchas penurias para el pueblo dominicano.
Tal
vez la hiena del Guabatico ya
vislumbraba materializar su fatal decisión tomada 17 años después, al
anexionar el país en el 1861 a la Corona
Española.
Los
seguidores de Santana, de antes y de ahora, han hecho mil cabriolas semánticas
para darles un barniz de bondad a sus acciones, e incluso algunos de ellos
invocan una orden del reino de España, de fecha 14 de enero de 1862, para que el valle de Hincha, usurpado por los
haitianos, volviera a ser parte de la geografía dominicana, en cumplimiento de
los límites establecidos en el tratado de Aranjuez.4
César
Herrera Cabral, historiador enrolado en la corriente santanista, sólo
adjetiviza como osado el acto anexionista, aunque puntualiza, en medio de
matizaciones, que “nunca, en ningún momento de hoy o mañana, se podrá
justificar plenamente la conducta del general Pedro Santana al consumar la
anexión de la República Dominicana a España…”5
Lo
incontrovertible es que la presencia de ese personaje en Sabana Buey fue clave
para la ocurrencia de acontecimientos que luego llenaron de sangre y dolor a muchas
familias dominicanas y al pueblo en general.
Razón
tuvo el ensayista e historiador Sócrates
Nolasco para dejar por sentado que allí se dieron los primeros pasos para ir
cerrando la importancia militar de Santana, desde la óptica de lo que era para
la época el sentimiento nacional.
Fiestas santanistas en Sabana Buey
Al
no haber un criterio afincado en pilares bien fundamentados sobre la prolongada
presencia de Pedro Santana en Sabana Buey, el libre pensamiento deja flotar
ideas que van desde el terror que se apoderó de dicho personaje hasta
incluso proyectar juicios que se enmarcan
en asuntos libinidosos.
Francois Sogne (Francisco Soñé) fue un
ciudadano francés que combatió en Egipto bajo las órdenes de Napoleón
Bonaparte, y que al producirse la Independencia Nacional estaba residiendo en el país. Le tocó combatir en
varios enfrentamientos armados contra los haitianos, entre ellos en la Batalla
del 19 de Marzo, en Azua. En sus memorias dejó plasmado lo siguiente:
“Cuando
Duvergé libraba la batalla de El Número, Santana y sus amigos estaban en fiesta
en Sabana Buey con lindas aldeanas de los contornos en un movido baile que duró
toda la noche y se prolongó hasta el medio día.”6
Duarte en Sabana Buey
A
la comarca de Sabana Buey llegó Juan Pablo Duarte el 23 de marzo de 1844, en
condición de General de Brigada del Ejército Dominicano, y en cumplimiento de
un mandato de la Junta Central Gubernativa. Su escolta la encabezaba el coronel
Pedro Alejandrino Pina, héroe independentista, héroe restaurador y héroe en la
guerra contra el gobierno tiránico de Báez, en su etapa más sangrienta, la
llamada de los Seis Años.
El viaje a Sabana Buey pudo haber sido
solicitado por Duarte, en interés de probarse en los fragores de la guerra,
aunque algunos han especulado que todo fue una maniobra del famoso Chapapote
Bobadilla, quien de antemano sabía que no habría empatía entre el patricio y el
caudillo militar.
La
historia registra como una especulación, refiriéndose a una estratagema de
Tomás Bobadilla y Briones, que “a Duarte le envió a Sabana Buey, en nombre del
supremo interés nacional, para que la insolencia de Santana le devorase.”7
En
esa tierra, cargada de acontecimientos históricos, estuvo el Padre Supremo de la Patria hasta el 12 de abril del
referido año. Tenía el objetivo de dialogar con el caudillo Santana sobre el
curso de las luchas independentistas.
Varios
autores coinciden que la estrepitosa retirada de Pedro Santana a Sabana Buey
estaba motivada por el miedo que se apoderó de él y que lo llevaba a fantasear
con la realidad del número de los enemigos. Incluso notas dictadas por él
permiten darle credibilidad a eso.
Cuando
Duarte llegó a Sabana Buey no se encontró con un compañero de luchas
libertarias, sino con un personaje que
tenía una visión derrotista sobre la soberanía dominicana.
Allí
terminó de descubrir nuestro patricio mayor que las fuerzas conservadoras de
las cuales Santana era un eje fundamental descreían sobre las posibilidades de
supervivencia de la Nación Dominicana.
Pedro
Santana tenía, o fingía tener, una gran turbación sobre las posibilidades de
éxitos de los combatientes dominicanos frente al enemigo haitiano que pretendía
apoderarse de nuevo del país.
De
ahí que tenga mucha fuerza de verdad lo escrito por Sócrates Nolasco: “Se
comprende por qué cuando Juan Pablo Duarte instaba y lo constreñía para que
atacaran juntos al enemigo vacilante, él prefería la intriga del político a la
acción peligrosa del guerrero.”8
Otro
historiador criollo, interpretando lo ocurrido en marzo de 1844 en el
campamento santanista de Sabana Buey, estampó una recreación verosímil del téte
á téte:
“Un
solo instante bastó para que ambos se calaran el alma y se rechazaran de una
vez y para siempre. Duarte no tuvo ni siquiera que meditar para sentir sobre la
piel del civilista el espigón irracional del déspota. Adivinó en su mirada fría
y penetrante la cólera intransigente de un corazón altisonante.”9
Duarte rindió cuenta del viaje a Sabana Buey
Muchos
fueron los hechos, los gestos y las expresiones que demuestran la pulcritud que
acompañaba el patriotismo y el sacrificio del principal héroe dominicano.
Una
de las más elocuentes demostraciones de la honestidad de Juan Pablo Duarte se
produjo con motivo de su viaje a Sabana Buey, donde tuvo casi 20 días.
La
Junta Central Gubernativa le entregó mil pesos para cubrir los gastos de su
traslado y estadía en esa comarca, a la cual acudió con el objetivo de
articular con Pedro Santana un mecanismo de acción militar para aniquilar los
diferentes puntos de ataques de los invasores haitianos. No logró su propósito
porque en la mente de Santana otras eran las prioridades, pues no creía en la
viabilidad de la República Dominicana, anhelaba un nuevo tutelaje colonialista.
Cuando
retornó a la capital de la República, con el alma helada por lo que había
escrutado en la mente retorcida de Santana, Juan Pablo Duarte presentó una
relación de los gastos en que incurrió a cuenta de los dichos mil pesos.
Gastó
173 pesos y el resto lo devolvió, en una suprema manifestación de honradez
acrisolada, muy pocas veces imitadas por otros desde entonces hasta ahora.
El
entonces Tesorero de la República, Miguel Lavastida, luego anexionista, dejó
plasmado ese hecho en un lacónico informe, que desde entonces es una plomada
sobre la tierra lodosa y movediza de los negocios gubernamentales criollos:
“Recibí
del Gral. Duarte, la suma de ochocientos veinte y siete pesos, para ser
entregados en la Tesorería de esta Ciudad. M. Lavastida.12 de abril de 1844.”10
Siguiendo
los hilos de la historia hasta llegar al ovillo se comprueba que el insigne
patricio Juan Pablo Duarte estaba al principio confiado en lograr persuadir al
futuro marqués de Las Carreras para que de manera conjunta hicieran los
preparativos de defensa y tomaran las acciones necesarias para sostener la
Independencia de la República Dominicana, pero luego de varias conversaciones
debajo de un inmenso e histórico árbol de guatapaná, que dominaba la floresta
del lugar, el Padre de la Patria confirmó su sospecha de que las acciones de Santana
estaban bajo el dominio de sus intereses de clase y económicos, por encima de
cualquier consideración de índole patriótica.
Un traidor ensangrentó
a Sabana Buey
El
anexionista nacido en tierra dominicana Eusebio Puello Castro, ostentando el
fajín de Mariscal de Campo de las tropas españolas que le había otorgado la
reina Isabel II, se presentó a Sabana Buey el 23 de noviembre del 1863 y
aprovechándose de la superioridad en elementos de combate y equipos de
artillería a su disposición causó una mortandad entre los combatientes
restauradores dominicanos que se batieron contra el enemigo en una jornada
trágica, pero llena de heroicidad.
Desde
allí Eusebio Puello se trasladó hacia poblados cercanos como Fundación, Palmar
de Fundación, Moja-Casabe, Yaguate, Doñana y otros, donde también masacró a los
que antes habían sido sus compatriotas.
En
una importante reseña histórica el ilustre educador banilejo Joaquín S.
Incháustegui se refirió a los patriotas dominicanos que desde Sabana Buey enfrentaron
a los anexionistas.
“Tuvo
conocimiento el general La Gándara que los patriotas merodeaban por Sabana
Buey, donde se habían producido algunos incendios en los días 24 y 25, y envío
al general Pueblo con 400 hombres y una pieza de artillería. El general Puello
merece, por la acción a que nos hemos referido, una grandísima recriminación
dominicana…”11
Este
Eusebio Puello había luchado por la Independencia Nacional. Estuvo en la Puerta
del Conde la noche del 27 de febrero de 1844 e incluso previamente había
escondido en su casa a Duarte. El 27 de febrero de 1848 fue condenado a 3 años
de prisión y en el 1849 Santana lo expulsó del país junto a su padre.
Pero
para sorpresa de muchos el 20 de marzo de 1861, estando en San Juan de la
Maguana, se proclamó español y brindó su fervorosa adhesión al caudillo Pedro
Santana.
Sirvió
bajo las órdenes del mayor traidor, no obstante haber sido este quien, además,
ordenó el fusilamiento de sus hermanos Gabino y José Joaquín Puello Castro,
hecho nefasto ocurrido el 23 de diciembre de 1847.
Por
sus acciones anti dominicanas fue galardonado por las autoridades españolas con
la condecoración Gran Cruz de Isabel la Católica, la encomienda de Carlos III y
el ya referido maricalato de campo.
Sabana Buey en los archivos estadounidenses
Uno de los integrantes de la comisión enviada
por los Estados Unidos para conocer las riquezas del país (ante el afán de
Buenaventura Báez de entregar, en el 1870, la soberanía nacional al poderoso
país del Norte) escribió sobre Sabana Buey lo siguiente:
“Salí
de Baní para Sabana Buey y Azua a las 5:30 de la mañana del 12 de febrero, en
compañía del Coronel Ortiz, el señor Smith y de dos miembros del cuerpo de
dragones que servían de guías……Cuando llegamos a Sabana Buey, que es un llano
ganadero, nos desmontamos…La aldea tiene cerca de 40 casas y 150 habitantes. Allí
no hay ni iglesia ni escuela, y la gente tiene que ir a Baní para asistir a los
oficios religiosos…Esta región está extensamente cubierta de montes, pero éstos
no son espesos. El suelo es flojo y seco…,pero en la estación de las lluvias
produce grama en gran abundancia; el agua es rápidamente absorbida o corre por
las hoyas y lechos secos, dejando la tierra alta como buen terreno para pasto.12
El río Ocoa desemboca en Sabana Buey
En
este territorio es que desemboca, por cuatro carriles, el río Ocoa.
Generalmente su lecho, en esta parte final de su trayectoria, está
prácticamente seco, pero cuando es temporada de lluvia la carga de agua que
arroja al Mar Caribe es descomunal.
Antonio
Sánchez Valverde, el historiador y sacerdote nacido en Bayaguana, cuya vida
estuvo matizada por lo que pudiera decirse “un recorrido mundano”, al referirse
a la desembocadura del río Ocoa en el territorio de Sabana Buey lo describió en
forma de omega, refutando así el criterio de otros que lo describían como una
herradura.
Dejó
escrito dicho autor que: “Por el lado que desemboca el río de Ocoa hay un
palmar que se interna mucho y ofrece muy buenas proporciones para establecer
una población en el lugar donde se ven las ruinas y paredes de un antiguo
molino. Que fue en los principios del Licenciado Zuazo y daba gran cantidad de
rico azúcar…”13
Posteriormente,
en el 1888, un explorador alemán al recorrer esa zona anotó con curiosidad de experto lo siguiente:
“El
río más caudaloso que puede desbordarse es el Ocoa, en cuya orilla izquierda se
encuentra la mísera localidad de Sabana del Rey, y a la derecha de esta se
explota una gran plantación de azúcar en el suelo añejo de un gran palmeral.”14
El
río Ocoa sirve de frontera a las provincias Azua y Peravia. Su existencia está
cargada de historia desde los tiempos que precedieron a la llegada con pujos
colonizadores de los españoles, y especialmente cuando el país fue invadido por
los haitianos, pues en sus orillas masticaron el polvo de la derrota.
Moreau
de Saint-Méry escribió sobre Sabana Buey lo siguiente: “se pretende que el aire
no es muy sano en los lugares próximos.”15
Playa Los Corbanitos
Luego
del litoral de Las Salinas se produce una curvatura en la geografía de la zona
y a poca distancia aparece en el horizonte, después de una amplia franja de
arena, dentro del territorio de Sabana
Buey, la hermosa playa Los Corbanitos. Está desde hace un tiempo en proceso de
ser incorporada a la oferta turística del país.
De
la playa Los Corbanitos escribió el gran explorador de nuestras riberas
marinas, Domingo Marte, lo siguiente:
“Las
aguas del mar, claras, poco profundas y apacibles, montones de mangles en el
agua y el paisaje desértico añaden valor a este lugar. Aunque el borde costero
es más extenso, la franja de arena tiene cerca de 4 kilómetros y en varios
tramos se mezcla con restos de corales y moluscos.”16
Boca de La Tinaja
Otros
de los atractivos visuales que tiene Sabana Buey es la muy poco conocida
ensenada denominada Boca de la Tinaja, que a juzgar por las coordenadas de su
posición geográfica requiere en sus entornos una inversión de ingeniería vial
para facilitar el acceso a la misma.
Sus
encantos son múltiples, comenzando por
la playa que allí se formó, adornada con restos de corales. Pero hay que acotar que en vez de arena el
visitante se encuentra con diminutas piedras que hacen que el visitante no
tenga una grata plataforma donde pisar.
Coronando
la belleza visual del lugar, en la Boca de la Tinaja está el árido Cerro del
Burro, en el cual montañistas y escaladores pueden disfrutar poniendo en
práctica sus habilidades y aficiones.
Bibliografía:
1-Ley No.28, 31 de octubre de 1991.Gaceta Oficial
No.9819.
2-Obras Completas.Vol. I. Impresora Amigo del Hogar,
2016.Pp 428 y 429.José Gabriel García.
3-Los Puello. Editora Taller, 1974.p176. Víctor
Garrido.
4-Tratado de Aranjuez, firmado entre los reinos de
España y Francia el 3 de julio de 1777.
5-Divulgaciones Históricas. Editora Taller,
1989.p103.César Herrera Cabral.
6-Memorias del capitán de artillería de los Ejércitos
Napoleónicos Francois Sogne.P91.
7-Los Puello. Editora Taller, 1974.P42. Víctor
Garrido.
8-Obras Completas. Ensayos Históricos. La Batalla del
19 de Marzo. Editora Corripio, 1994.P481.Sócrates Nolasco.
9-Memorias de Concho Primo. Editora Búho,
2006.P96.José Miguel Soto Jiménez.
10-Bloque de documentos oficiales del año 1844.
11-Reseña Histórica de Baní. Editora Búho, tercera edición,2001.P163.
Joaquín S. Incháustegui.
12-Informe Comisión de Investigación año 1871.Pp 232
y 233. Franz Sigel.
13- Idea del valor de la Isla Española. Editora
Nacional, 1971.P40.Antonio Sánchez Valverde.
14-Santo Domingo visto por cuatro viajeros, 1850-1889,
publicado por la Academia Dominicana de la Historia, 2016.p64. Richard Ludwig.
15-Descripción topográfica y política de la parte
española de la Isla de Santo Domingo. P124. Louis Élie Moreau de Saint-Méry.
16-Ecos de la costa. Travesía por el litoral marino
dominicano. Editora Amigo del
Hogar.2016.P270. Domingo Marte.
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