MOCA: LA CIUDAD DEL VIADUCTO
POR TEOFILO LAPPOT ROBLES
La belleza natural de Moca
La
hoy vibrante Moca es una de las ciudades más hermosas del país. Muchas son las
razones: El conocido gracejo de su gente, sus templos religiosos, sus parques y
jardines, el trazado de sus calles, la variada artesanía, con las famosa
muñecas sin rostro como reina de la creatividad
popular, el pequeño zoológico, su gastronomía (con predominio de la yuca
preparada para el consumo humano en diferentes
maneras) y su famoso mofongo teniendo como base el plátano.
Cabe resaltar también sus estatuas
representativas de hechos gloriosos y de figuras singulares de la historia
política, social y cultural tanto de la zona como del país. Ese corto muestrario, y muchas otras cosas, convierten a Moca en una joya urbana de la
República Dominicana.
Moca comenzó a surgir a principio del siglo
18, como un pintoresco conjunto de bohíos de tablas de palma y cobija de yagua,
en la orilla del arroyo del mismo nombre. Versiones imprecisas situaron su
génesis en el lugar conocido como La Ermita, en franca dirección hacia la parte
elevada de la hoy provincia Espaillat.
Un
mocano de gran importancia en las letras nacionales, tal vez el más dedicado
relator de los acontecimientos históricos de la tierra que lo vio nacer, dejó esta
magnífica estampa sobre su tierra natal:
“...
Refrescada por una suave brisa y en el corazón de la más fértil región del
país, se encuentra la ciudad de Moca, cuyo nombre se deriva de un principado
indígena, del que fue su centro, perteneciente al cacicazgo de Maguá. Es la
común cabecera de la provincia Espaillat, pródiga en producción agrícola, en
hombres notables y en gestas heroicas.”1
Moca
(donde dicen que su gente es “seca y sacudía y medida por buen cajón”) fue
primero una dependencia territorial de La Vega, después del Departamento Cibao
y luego de Santiago.
Se
le dice la Ciudad del Viaducto, porque en ella tenía una importante parada el
tren de mercancías y pasajeros que iniciaba su recorrido en la comunidad de
Sánchez, Provincia de Samaná; y porque
tenía, además, dando unos pasos hacia Santiago, conexión férrea con Puerto
Plata.
“Esa
estampa de un tren que traía vida a la comunidad y que empujaba al intercambio
se quedó grabada en el alma de los mocanos…Moca tenía su viaducto y su tren que
le daba vida. Era la ciudad del viaducto, y el viaducto era parte integral de
Moca…”2
También,
desde el 7 de julio de 1857, se le designó como la Villa Heroica, por las
grandes jornadas patrióticas desarrolladas allí contra el desgobierno
encabezado por Buenaventura Báez.
De
Moca siempre se han dicho muchas verdades, porque “pocos pueblos hay en la
República con un porvenir tan esplendente como la capital de la rica provincia
Espaillat.”3
Hace
más de un siglo un famoso dibujante y compilador norteamericano dejó su
impresión sobre Moca de esta manera: “Montando en nuestros caballos, y
acompañados por una brillante escolta, dejamos atrás de mañanita la agradable
ciudad de Moca, con su aspecto alegre y sus bonitas muchachas, y tomando una
continuación del Camino Real…”4
La
ciudad de Moca fue edificada sobre un valle intramontano, que más bien es una
meseta de la Cordillera Septentrional, con una tierra feraz y una población
tradicionalmente laboriosa que convierten a esa parte del país en un elevado
pedestal de orgullo nacional.
Cuando
a finales del siglo 19 y comienzo del siglo 20 la mayoría de las ciudades del
país tenían muchas dificultades para comunicarse entre sí por vía terrestre ya
Moca tenía el privilegio de poder trasladar su gran producción agrícola ( como
una Arcadia caribeña, más idílica aún que la del Peloponeso, en la vieja
Grecia, con su tierra ubérrima cargada de cacao, café, yuca, plátanos y muchos
otros frutos de la tierra) y recibir mercadería nativa y extranjera por
conducto de algunos de los principales
puertos que entonces controlaban el intercambio comercial de las diferentes
regiones del país, así como las importaciones y las exportaciones de todo
género de productos, ya sean en calidad de commodities, como les dicen en
finanzas prácticas a las materias primas, o como artículos elaborados.
Hay
consenso en decir que la tierra de la provincia Espaillat, pero especialmente
la de Moca, que es su principal municipio, es la tierra más fértil del país,
pues en ella: “…todos los frutos tropicales se producen con una abundancia y
hermosura extraordinarias. Tal circunstancia, unida al espíritu pacífico y
laborioso de sus hijos han convertido la noble región mocana en poco menos que
una sola mancha de vegetación reproductiva”.5
Provincia Espaillat
La
marítima provincia Espaillat, cuya capital es la ciudad de Moca, lleva ese
nombre en honor al ilustre ciudadano Ulises Francisco Espaillat, quien dirigió
con sabiduría y buen hacer los destinos nacionales en el año 1876, siendo su
gobierno breve, pero eficaz, a pesar de los ataques injustos de grupos
políticos y de la crisis económica que heredó. La provincia fue creada el 29 de
mayo del 1885, con los auspicios del seibano Presidente Alejandro Woss y Gil, y
aprobada en dicha fecha por Congreso Nacional.
Sus
actuales líneas fronterizas son con el Océano Atlántico y las provincias Puerto
Plata, Hermanas Mirabal, María Trinidad Sánchez, Santiago y La Vega.
Los
municipios de la provincia Espaillat son Moca, Gaspar Hernández, Jamao al Norte
y Cayetano Germosén.
Entre
sus distritos municipales están San Víctor, Monte La Jagua, Las Lagunas,
Veragua, La Ortega, Canca La Reina, Joba Arriba, El Higüerito, Villa Magante,
Juan López y José Contreras, también conocido como Villa Trina. Decenas de
secciones, parajes y sectores completan su geografía.
Varias
son las leyes que han servido para dividir la provincia Espaillat en diversas
entidades territoriales. Esas leyes son las números 5220 (21-9-1959);5-88;47-93;107-99;140-00;221-01;185-03;186-03;187-03;100-04
y 15-06.
Ese
nombre provincial está bien justificado, pues Ulises Francisco Espaillat fue un
ciudadano ejemplar, orgullo del país, de quien el General Gregorio Luperón,
primera espada de la Restauración, dijo sin equívoco alguno que: “Un día la
historia colocará a Espaillat en el puesto más digno entre los distinguidos
hombres de Estado de América para que sirva de insignia el civismo”.6
Eugenio
María de Hostos dijo de él: “el hombre más digno del ejercicio del Poder que ha
tenido la República.”7
“
Que la voz de Ulises Francisco Espaillat no sea voz clamante en el desierto.
..Que sus principios arraiguen y crezcan en el espíritu de los dominicanos,
para que tengamos la República que él quiso guiar por los senderos del progreso
sin exclusión de la civilidad.”8
Todas
esas expresiones son un resumen bien condensado de todo lo que se puede decir
de un ilustre dominicano que en el siglo XVIII, en un convulso rincón del
Caribe, proclamaba que: “La principal aspiración en mi entender es la
nobilísima aspiración de la libertad…los pueblos no pueden vivir, ni
desarrollarse sin este vital elemento que como indispensablemente el aire, lo
es a nuestros pulmones, como la sabia a las plantas, el agua a los peces…la
libertad es la condición necesaria del hombre, su condición propia en la vasta
escala de los seres que componen esta creación…”9
La Constitución
de 1858 nació en Moca
En
la ciudad de Moca (bajo el auspicio del presidente provisional General José
Desiderio Valverde) se gestó, y alumbró el 19 de febrero de 1858, uno de los
mejores textos constitucionales de la historia del país.
Ese
documento sustantivo era de corte liberal, basado en el respeto de las libertades
públicas, y estaba cargado de preceptos novedosos para una nación cuyas
instituciones eran todavía incipientes.
Uno
de sus núcleos duros lo era el artículo 4, que rezaba así: “La Nación
dominicana es para siempre esencial e irrevocablemente libre, independiente y
soberana, y no es ni será nunca el patrimonio de ninguna familia ni persona.
Los funcionarios públicos, investidos de cualquiera autoridad, son agentes de
la Nación y responsables a ella de su conducta pública”.10
Con
la famosa Carta Magna de Moca quedó sepultada la de diciembre de 1854, que
era muy conservadora, y se había hecho
ex profeso como una especie de biombo protector de matriz constitucional para
cercenar con impunidad muchos de los derechos inherentes del pueblo, incluso
algunos de ellos de origen natural, si partimos para sostener ese criterio del
principio desarrollado por el sabio Platón y luego por su alumno Aristóteles,
seguido por Marcos Tulio Cicerón y continuado por eminencias de la filosofía
del Derecho como John Locke, Thomas Hobbes y Jean Jacques Rousseau.
Esa
Ley de Leyes de 1858 constaba de 166 artículos, el último de los cuales puede
decirse que resumía el espíritu y la voluntad de los constituyentes reunidos en
la ciudad del Viaducto, con la dirección del eximio jurista Benigno Filomeno de
Rojas:
“El
Gobierno Provisional dará cuenta de sus actos y de la administración de los
fondos públicos, por órgano del Poder Ejecutivo, al primer Congreso Nacional,
quien solo podrá descargarle de responsabilidad.”
Obviamente
que la Constitución de Moca tenía su sazón cibaeño (ejemplo, que la Capital de
la República fuera Santiago), producto de las rivalidades que existían en el
país, las cuales eran no sólo políticas, grupales y personales, sino también
regionales.
En
predicamento con lo anterior ese texto sustantivo de la historia constitucional
dominicana terminaba cargado de mensajes subliminales: “Dada en la sala de
sesiones del Soberano Congreso Constituyente, en la heroica Villa de Moca, a
los diez y nueve días del mes de febrero del año de gracia de mil ochocientos
cincuenta y ocho, decimocuarto de la Patria y primero de la libertad.”
Degüello en Iglesia de
Moca
Moca
fue una de las ciudades dominicanas donde mayor con mayor sevicia actuaron los haitianos que en su loca huida, por
derrotas sucesivas, fueron bañando de sangre la tierra dominicana.
No
se trata de chauvinismo ni de azuzar rencores. Son realidades que no se pueden
soslayar porque ellas son el crisol de la verdad y no pueden ocultarse con
silencios cómplices.
Se
puede hacer un tomo grueso con las tantas notas históricas esparcidas en
hemerotecas y en infolios ya amarillos sobre los crímenes conocidos de manera
genérica como los degüellos de Moca.
La
voz de un consumado historiador dominicano confirma lo anterior: “También en
Moca se representaron escenas terribles capaces de consternar a los corazones
más endurecidos. Dadas por Cristóbal amplias garantías a fray Pedro Geraldino,
sacerdote de reconocidas virtudes, a favor de familias fugitivas, fueron éstas
saliendo poco a poco de sus escondites, y se dirigieron a la población, donde
en vez de seguridades con que contaban, no encontraron sino una muerte
desastrosa….acudieron al templo más de quinientas personas…además de la
soldadesca de Faubert, la cual cerró todas las puertas al comenzar la ceremonia
y se entregó de lleno al desorden…quedaron muy pocas personas con vida.”11
Por
esa hecatombe, y otras matanzas de inocentes hombres, mujeres y niños, hechas
por los haitianos en tierra dominicana, tuvo el Congreso Nacional que lanzar
una proclama al pueblo, en fecha 26 de marzo de 1849, en la cual hizo
referencia especial a lo ocurrido en
Moca: “Recordemos sus invasiones de los
años I y 5; sus devastaciones, los horrendos degüellos de Moca…la rabia
de tales caníbales se repitió en la Iglesia de Moca, Santiago y otros lugares…”12
En Moca fue la primera protesta armada contra la Anexión.
Los
mocanos tuvieron el alto honor, que es un blasón con sabor histórico, de haber
sido los primeros dominicanos que con las armas en ristre se opusieron a la
Anexión a España. Ese hecho, ocurrido el día 2 de mayo de 1861, se conoce como
el Grito de Moca.
Un
sabio dominicano describe con minuciosidad
los pormenores iniciales de ese alzamiento bélico, una vez consumada la
entrega de la Patria al entonces imperio español, el 18 de marzo de 1861.
El
aludido autor relata la salida a escena del matricida Pedro Santana enfundado
con entorchados de General en Jefe.13
Debo decir que en la historia quedó anotada la
negativa del prelado Fernando Arturo de Meriño de oficiar el Te Deum para ungir
con “óleos sagrados” la traición de la llamada Anexión y el enarbolamiento de
la bandera de España.
La
valiente actitud de Meriño motivó la participación del célebre y mundano cura
santanista Gabriel Moreno del Cristo, quien poco antes (siendo párroco de la Iglesia San Dionisio, de Higüey) había
sido amonestado por el Cardenal Barbonó, enviado papal, por llevar dicho
sacerdote una vida libinidosa, al margen de las usuales normas que cumplen los
consagrados a predicar el Evangelio.
Pero
con lo que no contaban los traidores a la Patria y sus socios extranjeros era
con la virilidad y el sentimiento patriótico de los mocanos que el día 2 de
mayo de 1961 se lanzaron a las calles, con las armas en las manos a protestar
por ese crimen horrendo que fue la
entrega de la soberanía nacional.
En
Moca se sembró el germen de la lucha popular que culminaría pocos años después
con el triunfo del pueblo dominicano, que restableció a sangre y fuego su
soberanía, mancillada por la ambición de unos cuantos.
Independientemente de que el referido levantamiento
armado fue aplastado por la fuerza avasallante de los anexionistas, quienes
fusilaron a los héroes José Contreras, Cayetano Germosén, José María Rodríguez,
José Ignacio Reyes, Félix María Veloz y otros convertidos en mártires.
A través del tiempo se han dado diferentes
versiones sobre lo acontecido en Moca contra la denigrante entrega de la libertad
dominicana a España, pero un gran historiador dominicano logró extraer
abundantes informaciones sobre el tema en los archivos de Indias que se
atesoran en la ciudad de Sevilla, las cuales esclarecen los puntos que adrede
algunos, por conveniencias propias y grupales, convirtieron en controversiales.
En
dichos hallazgos archivísticos está incluso la sentencia íntegra del llamado
Consejo de Conspiradores de Moca, en la cual se dan pormenores de gran interés
histórico.
Mientras cagatintas desinformados han alegado
que los insurrectos mocanos eran unos escasos amigos que sin dimensionar el
alcance de lo que hacían decidieron protestar, en los documentos de la época
figura que el mismo Santana, desde Moca, le dirigió una carta al Gobernador
Militar de Azua, el 20 de mayo de 1861, en la cual (refiriéndose al
significativo hecho ocurrido en la ciudad del Viaducto) le informó entre otras
cosas, lo siguiente: “En la noche del 2 del corriente apareció en esta plaza un
grupo armado de 200 hombres atacando los puestos que constituían el apoyo de la
autoridad.”14
Playas de la
provincia Espaillat
La
provincia Espaillat tiene varios balnearios de agua dulce, incluyendo cascadas
y saltos que se han hecho famosos por su belleza, pero también tiene playas,
estas últimas concentradas en el hermoso municipio de Gaspar Hernández (nombre
puesto en honor al sacerdote dominico y educador peruano que contribuyó a la
formación en valores patrios de gran parte de los jóvenes que fundaron La Trinitaria,
cuna de la Independencia Dominicana). Rosa Duarte, en sus apuntes, habla
ampliamente de él y del contenido de sus sermones, en los cuales deslizaba la
idea de independizar el país. También relata la hermana del patricio Juan Pablo
Duarte la dolorosa expulsión del país
del que fue víctima por parte de las tropas de ocupación haitianas el ilustre
sacerdote peruano.15
Entre
las playas de la provincia Espaillat cabe mencionar La Joba, Magante o Rogelio,
Punta Francés, Boca de Yásica, Arena Gorda y La Ermita. Algunas de ellas son de
aguas de suave desplazamiento y de fina arena blanca, otras son agitadas y con
arena parda. La erosión sigue causándoles daños; todas requieren acondicionamientos
para su mejor aprovechamiento turístico.
En Moca mataron
a Lilís
En
una calle mocana con el nombre de Libertad cayó ajusticiado, con varias onzas
de plomo sobre su cuerpo, el 26 de julio de 1899, el tirano Ulises Heureaux,
mejor conocido como Lilís.
El
puertoplateño Lilís había sido héroe en las primeras jornadas de la Guerra de
la Restauración, pero luego se transformó en un monstruo lleno de odio hacia
sus gobernados.
A parte de bañar en sangre al pueblo
dominicano hizo colapsar el sistema monetario nacional, siendo su última
extravagancia poner en circulación unas
falsas “papeletas” apodadas con su apodo. Eran lo que ahora se dice
inorgánicas.
“El
Presidente es luego abatido en las calles de Moca, víctima de un atentado, y su
gobierno se desploma, dejando al país en un lamentable estado de total
bancarrota.”16
Mientras
el tirano Lilís caía frente al colmado de don Jacobo de Lara, acezando como un
perro en los estertores de su vida llena de enigmas, una nueva etapa se abría
para el país, con los temblores típicos de cualquier magnicidio.
Los
valientes que libraron al pueblo dominicano de tan cruel gobernante fueron
Ramón Cáceres, Horacio Vásquez, Pablo Arnaud, los hermanos Ramón y Jacobito De
Lara, Vicente y Blas De la Maza y José Brache.
Los
dos primeros llegaron a ser Presidentes de la República. Los demás tuvieron un
denso protagonismo social, económico y político en la vida pública de su
región.
De Moca salió la
decisión de eliminar a Trujillo
Fue
en la tierra mocana que Antonio de la Maza, el principal participante en la
muerte del dictador Trujillo, orquestó la eliminación de esa figura siniestra.
En
un caso de tanto impacto como ese las razones individuales no importan. Lo que
vale es el hecho objetivo de que se decapitó una tiranía familiar que llenó de
luto al pueblo dominicano por más de 30 años.
Con
la actuación de varios mocanos, dos higüeyanos, algunos capitaleños, un puertoplateño, un
petromacorisano y dos santiagueros, el
plan liberador que comenzó en Moca terminó el 30 de mayo de 1961, en una oscura
y solitaria carretera que conducía al cubil del tirano ajusticiado.
Tres Presidentes
mocanos
Breve
radiografía del Presidente Cáceres y su gobierno
Un
abogado, filósofo e historiador capitaleño dijo que con motivo del magnicidio
de Lilís “Ramón Cáceres entró de golpe en la historia”. En Estancia Nueva de
Moca Cáceres “concibió el golpe mortal que libró a la República de un tirano…”17
En
su condición de Vicepresidente sustituyó al puertoplateño Carlos Morales
Languasco, alcanzando la Presidencia de
la República en diciembre de 1905 hasta el 19 de noviembre de 1911. Era de
carácter enérgico. Con su famosa Guardia
de Mon, y el apoyo del mes de lluvias
torrenciales que trajo el temporal de San Severo, logró, en el 1909, apaciguar
las permanentes revueltas de los caciques políticos de la Línea Noroeste.
Creó
la Corte de Casación, la Cámara de Diputados (convirtiendo el Congreso en
bicameral). Fundó un cuerpo policial y reorganizó la Guardiana Republicana que
había echado andar el ex presidente Morales Languasco.
Su
gobierno fue parcialmente positivo. El tenía condiciones de estadista, a pesar
de los excesivos privilegios otorgados a empresa azucareras extranjeras.
“Cáceres
pudo haber sido el modelo del gobernante dedicado a crear las condiciones
adecuadas a la formación de una burguesía en un país subdesarrollado si no se
lo hubieran impedido dos fuerzas combinadas: la caótica y destructiva actividad
política de la pequeña burguesía dominicana y el implacable y disolvente
imperialismo norteamericano”.18
“…por
primera vez en la historia de la Nación, hubo un gobierno no solo consciente de
las necesidades del pueblo, sino también capaz de satisfacerlas.”19
Fue
asesinado cerca de la playa de Güibia el 19 de noviembre de1911. Su
edecán militar, coronel Chepi Pérez, en
acto de supremo deshonor militar, huyó despavorido en el momento de la acción.
Los
conjurados estaban encabezados por un resentido general de 28 años de edad de
nombre Luis Tejera, hijo del entonces Ministro de Relaciones Exteriores, el
pundonoroso historiador Emiliano Tejera, quien al ver el cuerpo de su hijo
convertido en un amasijo sanguinolento exclamó una frase lapidaria:“ bien
muerto, pero mal matao”.
El
padre del Presidente Mon, Memé Cáceres, quien fue Vicepresidente de la
República, había sido asesinado el 17 de
abril de 1878.Sus verdugos fueron el Tuerto Zayas y una banda de facinerosos al
servicio de Lilís.
“El crimen del 19 de noviembre causó doloroso
asombro y fue casi unánimemente condenado…Mon Cáceres se había granjeado el
afecto popular al dar muerte a Lilís…Honrado a cabalidad…Esa conducta le había
rodeado de un nuevo ambiente de popularidad más consciente…Como administración
honrada, eficiente y progresista no habíamos disfrutado nunca un régimen
semejante”.20
Horacio
Vásquez Lajara
Horacio
Vásquez Lajara nació en Moca el 22 de octubre de 1860.Murió el 26
de marzo de 1936.
Fue
tres veces Presidente de la República: a) En 1899, de manera interina. b) De 1902
al 1903, con un mandato presidencial accidentado, luego de haber tumbado al
gobierno del presidente Jiménez. En esa ocasión disolvió el Congreso. c) Fue electo en las elecciones de 1924 para
un mandato que debió culminar en el 1928, pero que por triquiñuelas legaloides
se prolongó hasta 1930 y estaba proyectada una reelección también bajo el
amparo de una interpretación inconsistente y falsa de un texto con rango
sustantivo elaborado en el 1907.
Sucumbió
por el empuje militar del llamado Movimiento del 23 de Febrero de 1930, nominalmente
comandado por el doctor Rafael Estrella
Ureña, pero en los hechos dirigido por Trujillo, que era entonces el Jefe del
Ejército Dominicano.
Ya
en el 1929 Horacio Vásquez estaba tan enfermo que tuvo que ser intervenido
quirúrgicamente en los Estados Unidos.
Los
alegatos difundidos para justificar el derrocamiento de Vásquez lo hizo
principalmente un poeta tamborileño que era su enemigo visceral, quien volcaba
con frecuencia toda su animadversión hacia el presidente mocano en su columna
del periódico santiagués La Información, llegando a calificarlo como “ rana de
laboratorio”; al tiempo que lanzaba loas almibaradas al General Trujillo, quien
ya se perfilaba como “el gendarme necesario”, para decirlo con el enfoque que
hizo el venezolano Laureano Vallenilla Lanz en su libro Cesarismo Democrático.
En noviembre de 1930 el aludido Tomás Hernández Franco publicó sus
artículos anti horacistas y pro trujillistas
en forma de libro con el título falso de La Más Bella Revolución de
América.21
Es
pertinente decir aquí que la calificación de falsedad intrínseca de dicho
título queda sustentada porque lo que nacía en ese momento era una criatura
diabólica que sembró una Era de terror en el país, que duró
más de treinta años.
Ríos
de tinta se han vaciado sobre el gobierno de Horacio Vásquez y los por qué de
su defenestración, pero creo que un buen resumen para entender lo que ocurrió
lo da un activo economista e historiador dominicano en una recopilación de artículos
suyos sobre ese tema.22
Héctor
García Godoy Cáceres
Héctor
Rafael García Godoy Cáceres nació en Moca el 11 de enero de 1921.Murió en Santo
Domingo el 20 de abril de 1970. Al fallecer era candidato a la Presidencia de
la República por un partido político fundado por él, llamado Movimiento de
Conciliación Nacional. Se tejieron muchas versiones sobre su súbita muerte.
Fue
Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno sietemesino del profesor Juan
Bosch. Ejerció también como diplomático en varios países, siendo embajador
dominicano en el Reino Unido y en los Estados Unidos de Norteamérica.
Con
motivo de la guerra de 1965 fue escogido, por acuerdo de las partes en lucha,
para encabezar un gobierno provisional que comenzó el 3 de septiembre de 1965 y
concluyó el primero de julio de 1966.
Su abuelo, el presidente Ramón Cáceres, murió
asesinado y su bisabuelo Memé Cáceres, que llegó a ser Vicepresidente de la
República, también falleció trágicamente.
Como
se ve, los meandros de la política, en su más alta cota, no le eran ajenos.
Su gobierno provisional estaba previamente
marcado con muchos límites. Fuerzas externas e internas mantenían tras
bambalinas el control del país. Utilizaban para ello a mascarones de proa como
el comodoro Francisco Rivera Caminero y otros, quienes “capaban y señalaban”,
tanto dentro como fuera del gobierno.
Dicen
que en una ocasión un suboficial carioca, integrante de las fuerzas de
intervención, le impidió el paso al Presidente García Godoy. Así era la cosa.
En el 2009 se publicaron detalles inéditos de
las conspiraciones de que fue víctima García Godoy. Y los privilegios que,
aprovechándose de la debilidad del gobierno, obtuvieron sectores y personas que
proyectaban una imagen pública de impolutos santones.23
Dos poetas mocanos
Al
referirme a dos poetas mocanos es válido decir que la provincia Espaillat en
sentido general, y el municipio de Moca en particular, han sido fértiles
canteras de las cuales han surgido poetas, novelistas, ensayistas, periodistas,
críticos literarios, académicos, músicos, artistas, militares, políticos,
prelados, grandes intelectuales, y en fin una gran cantidad de hombres y
mujeres que han prestigiado con su existencia a toda la República Dominicana.
Son
tantos los mocanos que han dado y dan lustre al gentilicio dominicano que
mencionar decenas de ellos sería muy limitativo y es preferible hacer esta
descripción general.
Juan Antonio Alix
A
Juan Antonio Alix le apodaban Papá Toño. Nació en Moca, de padres llegados de Santiago. Esta breve nota no es
para describir al hombre ordinario que en su cotidianidad, alejada de las musas
que revoloteaban en su cabeza, tenía un comportamiento estrafalario, siempre
dispuesto a las pendencias o los llamados pleitos callejeros, pero que con su
espíritu combativo llegaba a otros niveles, pues reseñas históricas hay que
cuentan que llegó a dispararle al mismísimo General Pedro Santana y que tuvo
más de una reyerta con el temible General Lilís. Algunos han dicho le falló a
la Patria en momentos importantes, pasándose al bando de los contrarios.
Aquí de lo que se trata es de hablar del
singular decimero que fue, y a quien nadie ha podido superar, a pesar de que su
producción la vendía en plena calle General Cabrera, de Santiago, siempre
acompañado de Memisa, su gata barsina.
Un
gran ensayista y héroe del civismo dominicano, al prologar en el 1927 un libro de
Juan Antonio Alix dijo de él que era “el más “criollo” de nuestros poetas. Casi
podría decir el más talentoso de nuestros poetas….Cantaba como los ruiseñores
del bosque, inspirado tan sólo en la naturaleza…El arte suyo era el de los
árboles, que crecen sin esfuerzo propio y, sin pensarlo en ellos, revientan en
flores y en frutos al contacto de los rayos del sol de Primavera.”24
Un
célebre folklorista criollo escribió sobre la obra poética Alix así: “Inmensa,
llena de color y gracia, legó a su patria una obra original, la cual, a medida
que pasa el tiempo se va apreciando mejor y aquilatando en cuanto vale…La
décima en pluma de Juan Antonio Alix cobra inquietud, la salpimenta con el
equívoco y la desenvuelve con ingenio y
naturalidad.”.25
El acucioso historiador higüeyano, quien se daba
el lujo de firmar muchas de sus publicaciones con las iniciales VAD, realizó
una extensa búsqueda bibliográfica sobre el sentir de varios escritores y
pensadores dominicanos, todos los cuales resaltaban esa figura de la poesía
popular dominicana. 26
Con
una décima Juan Antonio Alix enseñó más sobre la idiosincrasia dominicana que
lo que pudieran decir varios libros de sociología: “De la parienta Fulana/El
pelo siempre se mienta,/Pero nunca la pimienta/De la tía Siña Zutana/Por ser
muy blanco se ufana/Y del negro hasta se aleja/Nublando siempre una ceja/Cuando
aquel a hablarle viene,/Porque se cree que no tiene/El negro tras de la oreja.”
Aida Cartagena Portalatín
La
doctora Aida Cartagena Portalatín es un símbolo de orgullo para los mocanos y
para todo el pueblo dominicano.
La
poeta Aida Cartagena Portalatín tuvo una exquisita formación académica. Con su
espíritu cultivado aquí y en Europa decidió integrarse a su tierra para brindar
lo mejor de ella, a través de sus partos poéticos, su labor educativa, sus
ensayos, sus narraciones breves, sus novelas, sus labores museográficas, sus
trabajos sobre los cantos y danzas de los indígenas, así como sus amplias
investigaciones sobre el sincretismo mágico religioso criollo, ya elevado a
patrimonio cultural intangible de la humanidad.
Fue directiva
del grupo denominado La Poesía Sorprendida, de la cual formaban también
parte, entre otros, los poetas Franklin Mieses Burgos, Freddy Gatón Arce,
Mariano Lebrón Saviñón, Manuel Rueda, Alberto Baeza Flores, José Manuel Glass,
Eugenio Fernández Granell, Antonio Fernández Spencer.
Ella participó en la redacción del famoso
Manifiesto Poético de ese grupo, cuyos ejes centrales eran enarbolar una poesía
nacional, pero con elementos universales y basada en la creación sin límites ni
fronteras, pues creían en una
nacionalidad universalizada.27
Bibliografía:
1-Tributos
a Moca. Editora El Siglo,2001.p51.Julio Jaime Julia.
2- Cosas de Moca.15 de octubre de 2014.José Abigaíl Cruz Infante.
3-Editorial
del 18 de diciembre de 1917. Periódico La Información, Santiago de los
Caballeros.
4-Santo
Domingo, su Pasado y Presente. Editora Serigraf, 2012.p317.Samuel Hazard.
5-La
República Dominicana. Directorio y Guía General. p323.2da. parte. Enrique Deschamps.
6-Escritos
de Ulises Francisco Espaillat. 1era. edición 1909. 2da. edición 1962, a cargo
de Emilio Rodríguez Demorizi. Re impreso por la SDB. Editora Amigo del Hogar,
1987. p5
7-Notas
sobre Espaillat. Eugenio María de Hostos.
8-
Escritos de Ulises Francisco Espaillat.
Ibídem, p7
9-Ideas
de Bien Patrio. Editora Búho, 2002.pp65 y 66, Ulises Francisco Espaillat.
10-Libro
de Actas del Soberano Congreso Constituyente (1857.1858), folios 68v a 75v.
Archivo General de la Nación.
11-Obras
Completas, vI; tomos I y II. Editora Amigo del Hogar, 2016. p264.José Gabriel
García.
12-Guerra
Domínico-Haitiana. Impresora Dominicana, 1957.pp219, 220 y 247.Editor Emilio
Rodríguez Demorizi.
13-Historia
de la Cultura Dominicana. Editora Amigo del Hogar, 2016. p239. Mariano Lebrón
Saviñón.
14-Divulgaciones
Históricas.Editora Taller, 1989. César A. Herrera Cabral.
15-Apuntes
de Rosa Duarte. Editados por SEE, 1994. Notas de Vetilio Alfau Durán, Emilio
Rodríguez Demorizi y Carlos Larrazábal Blanco.
16-Santo
Domingo frente al destino. Editora Taller, 1990. p161.Luis Julián Pérez.
17- Ramón Cáceres (biografía), p91.
Editorial Stella, 1975.Pedro Troncoso Sánchez.
18-Composición
Social Dominicana, p257.Editora Alfa y Omega, 1978, Juan Bosch.
19- La Viña de Naboth: República
Dominicana (1844-1924), tomo II. BR-SDB. Reedición 2006. Summer Welles.
20-
De Lilís a Trujillo. Editora Manatí, 2003.pp76 y 77. Luis F. Mejía.
21-La
más Bella Revolución de América, publicado en noviembre de 1930. reproducido en
Ediciones Sargazo, 1973.Tomás Hernández Franco.
22-
El 23 de Febrero de 1930, o la más anunciada Revolución de América. Impresora
Amigo del Hogar.2da.edición, 2000.pp 9-59. Bernardo Vega.
23-
Eslabón Perdido, gobierno provisional 1965-1966. Editora Búho, 2009. Hamlet
Hermann Pérez.
24-
Prólogo libro Décimas, 1927.José Ramón López.
25-Artículo
sobre el 31 aniversario de la muerte de Alix. Periódico El Caribe, 15 de
febrero del 1949, p10. Papito Rivera.
26-Vetilio
Alfau Durán en Anales. Editora Corripio, 1997.pp145-182.
27-Historia
de la Cultura Dominicana. Editora Amigo del Hogar 2016.p586. Mariano Lebrón Saviñón.
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