sábado, 13 de febrero de 2021

MONTE PLATA

 

 

MONTE PLATA:    TIERRA  DE MIGRANTES, DE  RÍOS Y SALTOS;  CUNA DE MERIÑO Y DE HÉROES DE LA PATRIA.

          POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES

 

                                              Provincia  Monte Plata

La que es hoy la provincia de Monte Plata surgió como resultado de acontecimientos trágicos que se produjeron hace más de 400 años, y que han quedado registrados en la historia dominicana como Las Devastaciones de Osorio.

La particular geografía de la provincia Monte Plata le permite tener colindancias con las provincias  Duarte, Sánchez Ramírez, Hato Mayor, San Pedro de Macorís, Santo Domingo, San Cristóbal y Monseñor Nouel.

Para llegar al ordenamiento territorial del presente, Monte Plata pasó por un largo proceso de cambios de pertenencia, casi siempre con un papel menos que secundario, lo cual de alguna manera afectaba la materialización de las necesidades colectivas más elementales de sus habitantes.

 El brillante joven historiador y abogado, nativo del municipio de Cabral, Dr. Welnel Darío Féliz Féliz, Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Dominicana de la Historia, en una obra con categoría didáctica, indica que: “La provincia Monseñor Meriño, actual Monte Plata, fue creada mediante la Ley número 1521 de 20 de junio de 1938, integrada por las comunes: Monte Plata, Bayaguana, Guerra, La Victoria, Villa Mella y Yamasá. Originalmente ostentaba el nombre de Provincia Monte Plata, pero por la Ley No.1542 del 6 de agosto de 1938 fue cambiado por Monseñor Meriño.”1 

A esa valiosa información hay que agregar que posterior a dichas disposiciones legales se promulgó el 3 de mayo del año 1944 la Ley 573, mediante la cual segregaron partes de las comunes de La Victoria y Guerra, que entonces pertenecían a la provincia Monseñor Meriño, lo que se hizo para incorporarlas en los límites del a la sazón Distrito de Santo Domingo.

Mediante la Ley 747, publicitada el 22 de noviembre de 1944, fue eliminada la provincia Monseñor Meriño y las referidas comunes ( como se llamaban antes los municipios) de  Monte Plata, Yamasá y Bayaguana, así como partes de Guerra y La Victoria se convirtieron en territorios de la provincia Trujillo.

Esas comunidades, y otras aledañas, conformaron la hoy provincia de Monte Plata, mediante la Ley No.1, promulgada el 20 de agosto del 1982.

El artículo 1 de dicha Ley dice textualmente: “ A partir del 1ro. de enero de 1983, los territorios de los municipios de Monte Plata, Bayaguana, Yamasá y Sabana Grande de Boyá, que actualmente forman parte de la Provincia de San Cristóbal, quedarán constituidos en una nueva provincia, que será designada Provincia  Monte Plata y la cual tendrá como capital la ciudad de Monte Plata.”2

          Pueblos principales  y otras comarcas de la provincia Monte Plata:

En la actualidad, con el reordenamiento territorial y la creación de nuevos distritos municipales, secciones y parajes, la provincia de Monte Plata está integrada por  los  municipios de Monte Plata, Bayaguana, Sabana Grande de Boyá, Yamasá y Peralvillo,  así como por varios distritos municipales y pueblos  con  movilidades económicas y sociales propias, tales como Don Juan, Boyá, Mamá Tingó, Chirino, Los Botados, La Jagua, Majagual, San Antonio, Los Jobillos, Payabo, La Cuaba, Guanuma, Cruce de Boronga, Gonzalo, Cacique, Antón Sánchez, entre muchos otros.

En el noreste de esa provincia está una considerable parte del Parque Nacional de los Haitises, y una porción de su zona de amortiguamiento. En ese lugar los visitantes pueden ver reptiles, aves, manglares, cavernas, artes rupestres de los indígenas, lagunas, árboles endémicos y en fin muchas maravillas naturales de aquel paraíso vegetal. Es una majestuosa representación de la flora y la fauna nacional.

De los varios atractivos acuáticos de esa provincia hay que resaltar como principales los saltos de Socoa y Comate, así como balnearios desparramados en los diferentes ríos y arroyos que discurren por su geografía.

Monte Plata es la única provincia del país que cada año es literalmente “trasladada” hacia la Capital de la República, donde se exhiben (en el lugar denominado  La Feria Ganadera) todos sus atractivos agropecuarios, culturales, económicos y  turísticos.

Las Devastaciones de Osorio: Bayaguana y Monte Plata

Los pueblos principales de la provincia de Monte Plata surgieron como resultado de las llamadas Devastaciones de Osorio (caracterizadas por la consigna de tierra arrasada por lenguas de fuego) hechas en el año 1605 sobre cuatro pueblos situados en la llamada banda norte de la isla La Española.

Monte Plata es la combinación de Montecristi y Puerto Plata y Bayaguana fue producto de la fusión de Bayajá y Yaguana. Así se fue tejiendo la historia.

Luego se fueron creando otros caseríos y aldeas, que con el tiempo se han convertido en comunidades importantes, con un significativo papel en las actividades nacionales.

Las referidas Devastaciones de Osorio, y con ellas la creación de las citadas poblaciones de  Monte Plata y Bayaguana, tuvieron tanto impacto en su época que incluso fueron objeto de una reflexión especial en las motivaciones contenidas en  la proclamación de la Independencia Nacional del 1 de diciembre de 1821 (la llamada Independencia Efímera).

En dicha proclamación independentista, luego de hablar de  almas bajas y vendidas al servilismo y de lealtades fanáticas a los reyes de España, su redactor escribió: “ No les pedimos que remonten a la infausta época, en que una orden del Diván español fue bastante para demoler, porque no podía guardar las plazas marítimas de Bayajá, la Yaguana, Monte Cristi y Puerto Plata.”3

Ciudad de Monte Plata

 Lo que es un tópico común: La actual ciudad de Monte Plata, capital de la provincia del mismo nombre, fue fundada con parte de la población que moraba en los pueblos de Puerto Plata y Montecristi, ambos destruidos, como se indicó más arriba, en el 1605 por el gobernador colonial Antonio de Osorio, en cumplimiento de órdenes inapelables del rey Felipe III.

El encargado de fundar ese nuevo pueblo fue el funcionario colonial Baltazar López de Castro, quien cumplió su encomienda en medio de mil dificultades, tal y como recogieron en sus anotaciones burocráticas algunos cronistas de la época.

Las aludidos obstáculos no fueron mayores porque se trata de una tierra de naturaleza per se generosa donde  antaño, más que ahora, los frutos brotaban con grandes niveles de espontaneidad, las aves abundaban y no era extraña la presencia de cuadrúpedos montaraces que pastaban silvestres por sus masías más cercanas.  

Prueba al canto de lo anterior es que 300 años después de su fundación un acucioso periodista dominicano dejó dicho sobre Monte Plata que: “Sus terrenos son muy fértiles y en estos últimos años ha prosperado allí de modo notable el cultivo del cacao, del cual existen fincas importantes”.4

Esa siempre ha sido tierra de ganados vacuno y caballar, desde que se fundó hasta el presente. En una relación de los  hatos ganaderos de la Colonia figura que a la altura del 11 de septiembre de 1675 el cronista y funcionario Gonzalo Fernández de Oviedo tenía allí el famoso hato Cacique, situado en la ribera del río Sabita, “ en los términos de la ciudad de Monte Plata”.

Pero como toda moneda tiene dos caras, es preciso indicar que al mismo tiempo que los que se convirtieron en hateros en ese nuevo pueblo prosperaban, incluso haciendo uso de la esclavitud, así también germinaba allí la miseria.

 Un ríspido ejemplo permite calibrar el panorama desolador que imperaba en el lugar. El 12 de noviembre de 1635  la orden religiosa de los dominicos pedían recompensa por las pérdidas sufridas como motivo de la destrucción de Puerto Plata, y lo único que se le ofreció fue “una casa de tablas cubiertas de paja (en Monte Plata), y no se pueden sustentar arriba de cuatro religiosos, porque el pueblo no tiene más de doce o catorce vecinos.”5

Parece que después de la referida fecha hubo un proceso de constante desplazamiento hacia esa zona, pues el abogado, filósofo, político e investigador histórico martiniqueño Médéric Louis Elie Moreau de St. Méry, en un informe preparado en el 1789, divulgó que la comunidad de Monte Plata tenía entonces 2,500 habitantes, Bayaguana 1,000 y Yamasá 1,400.

Monte Plata es gran productora de cacao, café, cítricos, tabaco, caña de azúcar, palma africana para producir aceite. Pertinente es repetir que allí también se fomenta, como tradición de siglos, una  ganadería vacuna, de carne y de leche. Sus caballos tienen fama en todo el territorio nacional, por su calidad genética. La composición de su tierra y la abundancia de agua superficial y subterránea hacen de esa zona un rincón privilegiado por la naturaleza.

En el año 2016 se creó en Monte Plata el primer parque de energía fotovoltaica del país. Es una energía limpia y renovable, amparada en la Ley 57-7, la cual crea un marco legal de incentivo para la misma.

Ciudad de Bayaguana

 Bayaguana fue creada en el año 1606. Como dicho está más arriba, sus primeros habitantes procedían de los pueblos de Bayajá y Yaguana, que habían desaparecido bajo la demoledora voluntad de  la Superioridad Imperial que entonces reinaba en España, con la creencia de que con eso se eliminarían en la isla La Española los contrabandos que eran moneda común en todas las islas del Caribe.

Bayaguana posee muchos atractivos turísticos. Uno de los principales es el Salto de Comate, pero también hay varios senderos para practicar el ecoturismo.

Ese municipio es gran productor de palma africana, caña de azúcar, cítricos, especialmente toronjas, limones y naranjas, auyamas, ñames y  las diversas viandas conocidas por los paladares dominicanos. Miles de tareas de tierra también están sembradas de pasto para el ganado vacuno, siendo una especie de potencia en ese renglón pecuario.

Entre sus campos más conocidos están Yubina, Comatillo, Cojobal, Trinidad, Batey Carabela y Mata Santiago, Pulgarín y Pilancón. Todos tienen gran atractivo para la producción agropecuaria, por la fertilidad de sus tierras.

El 28 de diciembre de cada año los caminos de intercomunicación municipal, los pobladitos  rurales y especialmente la ciudad de Bayaguana se llenan de caballistas que les dan una particular vistosidad a una serie de juegos populares y corridas de toros que se hacen en honor a San Juan Bautista, que es el personaje histórico del santoral católico cuya memoria se festeja ese día.

El Santo Cristo de Bayaguana, protegido en su vetusta iglesia, tiene un papel de indiscutida principalía entre los católicos de esa comunidad. A pesar de la  monotonía de su sonido, en Semana Santa es famoso en Bayaguana un instrumento de percusión, hecho de manera artesanal, conocido como la matraca. Esa célebre matraca acompaña los ritos  y parafernalia que forman parte de las misas especiales que se hacen en esos días de recogimiento espiritual.

En la actualidad allí se avanza en la construcción de un nuevo templo que desde ya se ha designado con el nombre de Santuario Cristo de los Milagros de Bayaguana.

Personajes célebres nacidos en Bayaguana

Algunos personajes de gran resonancia en la vida pública nacional nacieron en Bayaguana.

Uno de ellos fue el General Eugenio Miches, héroe de la Independencia Nacional, combatiente sobresaliente en las batallas de El Número, Las Carreras y Santomé. Dicho eso al margen de que luego su pasión santanista lo cegó y terminó mal, especialmente por su activa participación en la pantomima de juicio que llevó a la muerte del glorioso General Antonio Duvergé y de sus hijos y varios amigos. Algunos propalan versiones diferentes sobre el lugar de su nacimiento, pero las voces más autorizadas coinciden en que vio la luz por primera vez en la verde campiña de Bayaguana, colindando con campos de Hato Mayor.

Otro personaje nacido en Bayaguana fue el célebre sacerdote, abogado e intelectual Antonio Sánchez Valverde, autor de una obra clásica dominicana titulada Idea del valor de la isla Hispaniola. Fue Sacristán mayor de la Iglesia parroquial de su pueblo Bayaguana, luego racionero de la Catedral Santa María La Menor, de Santo Domingo.

El jefe Colonial Manuel de Azlor Uríes dijo de él que: “en el púlpito es ordinariamente muy libre en el hablar.”

Su historia como cura fue muy accidentada. Al analizar su hoja de actividades públicas se puede decir que tuvo “una vida procesada”, incluyendo juicios eclesiásticos y cuestionamientos al ejercicio de su profesión de abogado. El también fue víctima de tergiversaciones sobre su lugar de nacimiento.6

Es de rigor decir que ese personaje era esclavista y opuso mucha resistencia cada vez que alguien, por las razones que fueren, manumitía a sus esclavos.

Dicho sacerdote calificaba a los esclavizadores que dejaban libres a sus esclavos de “viejos y viejas infatuados, dirigidos por Confesores menos expertos, dejando muchos parientes en la indigencia y unos libertos y libertas holgazanes, desarreglados y que han de subsistir necesariamente de la iniquidad.”7

Además era de Bayaguana el General Elías Wessin y Wessin, destacado jefe militar dominicano de la segunda mitad del siglo pasado. Tuvo un papel protagónico ( en el bando antipatriótico) en la contienda bélica de 1965 y luego de sufrir un largo exilio fue ministro de  las Fuerzas Armadas y también  de  Interior y Policía.

Dos deportistas destacados de la actualidad también nacieron en Bayaguana: Luguelín Santos y Luisito Pie, ambos ganadores de preseas olímpicas en el extranjero.

Esclavitud en Bayaguana

Quedó consignado en los listados de los barcos de esclavos que los primeros desafortunados africanos que llegaron en condición de tales a la isla de Santo Domingo arribaron en el 1503, y todavía en el 1821 el miserable negocio de compra y ventas de personas estaba activo en lo que hoy es la República Dominicana.

Por múltiples razones históricas, que no es la ocasión de analizar aquí, Bayaguana fue uno de los últimos reductos donde la esclavitud, en la isla de Santo Domingo, se mantuvo más activa.

En los fondos del Archivo Real de Bayaguana reposan valiosas informaciones sobre  el comercio de seres humanos que allí se practicaba, ya entrado el siglo XIX.

En efecto, con fecha del 9 de septiembre de 1814 figuran dos actos del alcalde ordinario de Bayaguana, Juan Crisóstomo Mejía, que dicen así: “Venta que Francisco Santana en su nombre y en el de las otras herederas de Marcelo Santana y María Delgado, hace a Juan de Aquino de dos negras esclavas en precio de 500 pesos fuertes….Escritura de horro por  la cual los señores Francisco Santana, Tomás Santana, José Santana y Baltasar Padilla le conceden la libertad a un negrito llamado Lucas, esclavo de su propiedad, por la suma de 40 pesos entregada por el padre de éste, esclavo también perteneciente a dichos señores.”8

 Yamasá

Yamasá es uno de los más dinámicos municipios de la provincia Monte Plata. Tiene una historia cargada de acontecimientos de gran envergadura en la historia dominicana. Está enclavado en la sierra del mismo nombre, una de las más importantes del país.

El antiguo caserío fue tomando forma a partir de la segunda mitad del siglo 19, cuando se produjeron migraciones de otros lugares del país, con motivo de las convulsiones sociales originadas por el gobierno opresor de Buenaventura Báez.

En el lejano 25 de junio de 1859 Yamasá adquirió la condición de puesto militar, por Decreto No.606, emitido por el Senado Consultor, tal y como aparece en el recuento histórico del Congreso Nacional.

En el 1874 Yamasá fue declarada como puesto cantonal de la provincia de Santo Domingo.

La población de Yamasá fue atrapada por la megalomanía del tirano sancristobalense, quien al  propiciar  que se suprimiera la provincia Monseñor Meriño, como se ha señalado precedentemente, añadió a Yamasá como parte de la provincia Trujillo.

En uno de los puntos más elevados de la Sierra de Yamasá, conocida como la Loma de los Siete Picos, así como en  sus adyacencias, nacen ríos tan conocidos como El Ozama, La Isabela, Guanuma, Haina, Verde, Básima y otros.

El río Ozama hace un recorrido de casi 150 kilómetros. Ya acercándose a su desembocadura, en el Mar Caribe, en la parte sureste de la Capital de la República, recibe el impulso de sus afluentes comprovincianos Isabela y Yabacao, los cuales  fueron en el pasado potentes ríos navegables.

Yamasá tiene dos distritos municipales: 1- Los Botados, con una gran producción de cacao, también café, ñame, maíz, batata, plátanos, bija, guineos, arroz  y cucurbitáceas de interés horticultural como auyamas y pepinos; y 2- Mamá Tingó, nombre puesto en merecida memoria a doña Florinda Soriano, mártir de las luchas campesinas.

En un pasado no muy lejano ese municipio fue gran productor de caña de azúcar, que era procesada en el ingenio Haina.

Yamasá posee una gran riqueza cultural, vinculada con la religiosidad, los cantos  y danzas populares, y fomenta una artesanía con cada vez más presencia en todo el país.

 Los registros de historia sanitaria del país recogen que en el 1865 Yamasá, y muchos otros pueblos dominicanos, fueron azotados por una playa de tisis, mermando grandemente la población más pobre y vulnerable. Al parecer esa enfermedad se prolongó por muchos años pues una década después aparecía en la prensa nacional un aviso sobre consejos médicos para combatirla.9

El Follón de Yamasá

El poeta popular dominicano por antonomasia, Juan Antonio Alix, escribió desde la ciudad de Santiago, en el 1882, una décima que puso por siempre en la literatura popular criolla el nombre de la pequeña comunidad de Yamasá.

El follón de Yamasá, que es una estampa del más puro criollismo, sigue manteniendo vigencia a 136 años de su publicación.

Un extracto de esa hilarante décima de Alix dice así: “…Que tres pitos se me da/Que figuren que es un cuento/Lo que pasó en el convento/Del pueblo de Yamasá./…pues un día de la Asunción/Etando yo en Yamasá, vino el Cura de Boyá, a celebrar la función./Un ahíto que por cierto/Fue a gozar de la función,/Se largó allí un follón/ que hedía a perro muerto/Según la opinión del Cura/Y del sacristán también, el follón fue de lerén/De mondongo, o de asadura.” 9b

             Personas de importancia nacional nacidas en Yamasá

Nacieron en Yamasá: l- El famoso general Eusebio Manzueta, brillante combatiente de la Restauración, quien llenó de gloria las armas patrióticas dominicanas.

2-El coronel Pío Díaz, quien nunca titubeó cuando su líder militar, el general Manzueta, le impartía órdenes de combate.

3-Florinda Soriano, mundialmente conocida como Mamá Tingó, cuyo nombre hizo eco en los principales foros mundiales  al entrar al martirologio de los que en el país han perdido sus vidas por defender el derecho a cultivar la tierra para hacerla parir frutos.

                Monseñor Meriño nació en un campo de Yamasá

La más descollante personalidad nacida en Yamasá es, sin ningún resquicio de duda, el que fuera Presidente de la República y Arzobispo de Santo Domingo, Monseñor Fernando Arturo de Meriño.

Meriño ha sido catalogado como un genio de la oratoria: “La admiración mantenida y el consenso general coloca a Fernando Arturo de Meriño (1833-1906) en la más alta cima de la oratoria dominicana. Arzobispo Metropolitano, su fuerte era la oratoria sagrada, pero como político activo, encaró, con valentía impar, situaciones difíciles en las que siempre mostró gran responsabilidad.”10

Ciertamente Meriño, nacido en cuna humilde en Antoncí, un campo de Yamasá, bautizado en la desde entonces famosa pila bautismal de la iglesia Agua Santa del pobladito de Boyá, donde se conserva una descripción de aquel acontecimiento, fue un dominicano fuera de serie, cuyo impacto en la vida pública nacional se mantiene vigente, a pesar de que su muerte se produjo hace más de 110 años.

Su figura polifacética permite que el nombre de Fernando Arturo de Meriño salga a relucir en temas de política, oratoria, religión, historia, geografía e incluso en asuntos de genealogía, pues él también tuvo presente aquella expresión bíblica de “creced y multiplicaos”.

Por eso de él se han escrito párrafos tan contundentes y esclarecedores como éste: “El Padre Meriño, que ante todo era un hombre, lo cual es la primera calidad apreciable en el nacido varón, tuvo el recurso de la oratoria, respaldado por la autoridad de sacerdote para imponer el respeto y la admiración sentida por el pueblo frente a su personalidad.11

“Fernando Arturo de Meriño es el tipo de orador auténtico, del hombre verdaderamente arrebatado por la embriaguez del verbo…Las mejores oraciones de Monseñor de Meriño no son, como podría pensarse, las que compuso como orador sagrado, sino las que pronunció cuando intervino en las disputas políticas…”12

Sabana Grande de Boyá

Sabana Grande de Boyá es uno de los municipios de la provincia Monte Plata que acumula porcentualmente mayor cantidad de población urbana, superando con creces a sus moradores rurales. Es, además, el segundo en tamaño de esa provincia.

En el 1955 adquirió la categoría de distrito municipal, dejando atrás su condición de sección en virtud de las disposiciones de la Ley 4056, promulgada el día 10 de febrero de dicho año y contenida en la G.O. No.7804, correspondiente a dicha fecha.

Entonces formaron parte del nuevo distrito municipal las comunidades rurales de Cabeza de Toro, Payabo y Gonzalo.

Su condición actual de municipio le llegó mediante la Ley 688, publicada el día 2 de julio de 1974, como parte de la provincia de San Cristóbal. Luego pasaría a formar parte de la nueva provincia Monte Plata, como se indica más arriba.

En realidad Sabana Grande de Boyá era un gran centro de producción y acopio de la caña de azúcar que en los ingenios Haina y Ozama se convertía en azúcar parda y refinada, melaza y otros  subproductos derivados de la misma.

Dadas esas circunstancias, donde imperaba de manera draconiana  el monocultivo cañero, es un pueblo que se fue formando con inmigrantes de otras comunidades que buscaban allí su modo de sobrevivencia.

En los años 40 y 50 del siglo pasado el grueso de su población en capacidad laboral se dedicaba a la siembra, cultivo, limpieza, corte, pesaje y carga de la famosa gramínea que tantos beneficios económicos dejó al tirano Trujillo y su  grupo de validos. Posterior a la muerte de esa siniestra figura, los moradores de Sabana Grande de Boyá siguieron en las referidas labores, pero no llegó su mejoría económica y así fue languideciendo la población y también  el cultivo y procesamiento de las grandes plantaciones cañeras de la zona.

Una parte considerable del Parque Nacional de los Haitises está en el lado norte de ese municipio y del distrito municipal de Gonzalo, el cual forma parte del mismo.

Además de tener una parte de su territorio como elemento esencial del referido parque, también tiene una considerable cantidad de sus más de 500 kilómetros cuadrados como zona de amortiguamiento del mismo.

Su  otro distrito municipal, Majagual, también está en la zona de influencia directa del Parque Nacional de los Haitises, en ruta hacia Samaná, por la autopista Juan Pablo II.

Ante el colapso de la industria azucarera la economía de Sabana Grande de Boyá se sustenta, desde hace varias décadas, en las actividades comerciales, la crianza de ganado vacuno y la siembra, cosecha y venta de café y productos agrícolas diversos.

                                                    Peralvillo

Peralvillo es el más rural de los municipios de la provincia Monte Plata, dicho esto tomando en consideración el lugar de residencia de sus moradores, pues  la mayoría ha optado por vivir en los campos.

Es una de las comunidades más antiguas de esa provincia y del país, pues ese nombre aparece en  los registros históricos dominicanos desde el inicio del siglo XVII.

Desde entonces flota en el ambiente una anécdota que nadie ha desmentido, y que  resume el origen del nombre Peralvillo, aduciendo que allí se estableció un jerarca colonial  apodado Don Villo y fomentó una plantación de peras. ¡De ahí lo de Peralvillo!

Peralvillo se ubica cerca de Yamasá, municipio con el cual mantiene una conexión directa y permanente para las actividades económicas, sociales, culturales y deportivas.

El municipio de Peralvillo es gran productor de cacao, con la modalidad de orgánico, pero también se cultivan allí los llamados vegetales chinos, bija, jengibre, orégano, auyama, plátanos, guineos, ñame, yuca y otros tubérculos de gran consumo nacional.

                                      Don Juan y la Restauración

Es en el hoy distrito municipal de Don Juan donde está anclado con marca histórica indeleble el Arroyo Bermejo. En sus contornos se libró una de las batallas más significativas de la Guerra Restauradora.

El entonces joven Gregorio Luperón, con un puñado de bisoños combatientes restauradores, mal equipados y con poco entrenamiento, venció en Arroyo Bermejo, el 30 de septiembre de 1863, a una poderosa división anexionista, integrada por soldados bien fogueados en muchas batallas, con un potente equipamiento de pertrechos militares y una atemorizante panoplia, bajo la dirección del vendepatria general Pedro Santana Familia.

La desventaja militar en el cantón de Bermejo era tan grande,  en perjuicio de los restauradores, que un gran pensador dominicano de la época dejó plasmado el dramatismo contenido en este párrafo: “soldados-monteros, desnudez de la tropa, escasez de armas y suministros, un pedazo de tocino, 40 ó 50 plátanos y los cajones de municiones que estaban encima de una barbacoa y acostado a su lado había un soldado fumando tranquilamente cachimbo.”13

Se ha considerado que la batalla de Arroyo Bermejo fue clave para impedir que Santana y sus conmilitones llegaran a loma conocida como El Sillón de la Viuda, que entonces era el paso tradicional para llegar al Cibao desde el Este.

Es el mismo punto geográfico que en un viaje hacia el Cibao el ilustrado intelectual estadounidense Samuel Hazard describió en el 1873 en estos términos: “Al cabo de cinco millas llegamos al pie de la Cordillera, que  levantándose aquí a una altura de unos 3,000 pies, recibe la denominación de “Sillón de la Viuda”, en cuya cara sur se hallan las fuentes del Ozama. Cabalgamos por verdes pendientes y escarpados desfiladeros de arcilla seca, excepto en algunos lugares del camino donde un arroyo que se escurre de la montaña mantiene el suelo mojado…¡Era el “Paso de la Viuda”, y allí estaba el gran corazón montañoso de la isla, con el prominente Pico Yaque lejano y esfumado!14

Tan impactante fue ese triunfo de los restauradores  en Arroyo Bermejo que el presidente Pepillo Salcedo decidió trasladar por varios días a Monte Plata el comando general del gobierno restaurador.

El general anexionista Pedro Santana, luego de su fracaso en Arroyo Bermejo, refunfuñando, y alardeando de una inexistente condición de general invicto, se quejaba a sus socios, las autoridades españolas de ocupación, de esta manera: “Todas las glorias que durante 4 meses adquirió bajo mi mando la división de Guanuma y Monte Plata han desaparecido cuando dejó de estar a mis órdenes, concluyendo por abandonar aquellas posiciones cuya conservación era tan importante para la defensa y el triunfo de nuestra causa…”15

Esa derrota llenó de amargura a Santana, quien se refugió en su campamento general de Guanuma, territorio monteplateño en el cual él desarrolló muchas de sus actividades vitales, tanto en el plano militar como en términos de expansión vivencial de otra índole.

Tal vez por ello el escritor vegano, nacido en Cuba, Federico García Godoy, decidió titular una de sus tres novelas históricas con el nombre de Guanuma. Es la misma en la cual uno de los personajes claves es el General Pedro Santana, disfrazado en su contenido con el nombre de ficción Fonso Ortiz.

“Entre los pocos escritores dominicanos que nos obsequian el pasado como materia viva, y no como estudio histórico, está don Federico García Godoy. Y Guanuma es la prueba.”16

Otros hechos de  la Restauración  en Monte Plata

La tierra, ríos y  arroyos de la hoy provincia Monte Plata fueron escenarios de múltiples luchas en defensa de la dominicanidad. Sería largo describir tantos encuentros armados, pero al menos añadiré dos:

El héroe restaurador Marcos Adón, nativo de la Victoria, que a su nacimiento era tierra  monteplateña,  se llenó una vez más de gloria cuando junto a sus hombres decidió enfrentar a los anexionistas y  “ atacó el vapor  de río que remontaba por el Ozama hasta la boca del Yabacao, causándole  grandes bajas  y muchas averías….” Pero las aguas de los ríos de Monte Plata, que entonces eran navegables, siempre fueron adversas a los españoles (y sus secuaces) que ocuparon el país como resultado de la abominable Anexión. Eso se comprueba cuando “el coronel Santiago Núñez y el comandante Monegro, atacaron la boca del Yabacao y después de un reñido combate, quedaron dueños del puesto.”17

                 Boyá y la  histórica polémica sobre los restos de Enriquillo

Sobre Enriquillo y su supuesta presencia, muerte y enterramiento en Boyá han surgido muchas controversias. A pesar de haber transcurrido más de 450  años del fallecimiento del  indómito Cacique de la Sierra de Bahoruco todavía no hay un criterio unificado sobre el destino final de sus restos mortales.

Antonio Sánchez Valverde, sacerdote, esclavista, abogado e historiador, dejó caer su parecer sobre Enriquillo, sus seguidores y el poblado de Boyá, situado en el corazón de la hoy provincia de Monte Plata, cuando escribió lo siguiente: “ El infeliz lugarejo de Boyá, a que se retiró el Cacique Don Enrique con el resto de sus indios que le siguieron en la sublevación, después  que fue perdonado por nuestro rey y emperador Carlos V…”18

Manuel de Jesús Galván  ofrece la versión de que una lugareña de Boyá le aseguró que los restos del Cacique Enriquillo estaban enterrado en el centro de la nave de la iglesia del poblado.19 

Fray Antón de Carvajal, sacerdote católico que ejerció su ministerio en la época colonial, dejó una nota fechada en el 1571,  sin empaparse directamente sobre lo de Enriquillo, pero bordeando la temática en cuestión, dijo que: “Otro pueblo hay, de indios, ocho leguas  de esta  ciudad, que se llama Boyá, el cual tendría veinticinco vecinos, todos viejos y pobres y sin hijos.”20 

En el año 1907 el periodista Enrique Deschamps también intervino en el mar de opiniones sobre el tema pontificando así :“ La población de Boyá fue establecida en el año 1533 por Enriquillo, último cacique quisqueyano, y los indios que le acompañaron en su alzamiento en las montañas del Bahoruco, en virtud del tratado de paz celebrado con Barrio Nuevo.”21

Y como no podía faltar en un asunto de ese tipo, Fray Cipriano de Utrera interviene con su saeta siempre afilada y puntualiza en unas notas que vieron la luz pública en el 1946, que: “El prudente lector tiene aquí material para entender si Boyá es anterior o posterior al famoso tratado de paz, Boyá fue fundado por Rodrigo de Figueroa hacia 1529.”22

El historiador Luis Gerónimo de Alcocer, ladeando el asunto referido, dijo en un escrito de 1650, cuando bullía con fuerza la polémica sobre Enriquillo, que: “La Villa de Boyá, que es de indios descendientes de la isla tendría como seis casas de ellos.”23

Más recientemente es Joaquín Balaguer quien vuelve a mover el avispero de las dudas y avivar la polémica sobre el destino final del Cacique Enriquillo cuando escribe que: “…Ya en 1533, año en que fue firmado  entre el Cacique y la Corona de España el acuerdo que pacificó definitivamente la isla, la población indígena reducida a 4,000 indios aproximadamente, se recluyó en Boyá.”24

Pero todo indica que el fiel de la balanza sobre ese tema del lugar donde sepultaron los restos mortales del Cacique Enriquillo se inclina hacia Azua de Compostela.

“ Mis investigaciones  en el Archivo General de Indias comprueban sin lugar a dudas que el polvo mortal de Enriquillo yace sobre la soleada tierra azuana…”25

“Confortado, el cacique cristiano se decidió a bajar, estableciéndose a siete leguas de la villa de Azua…”26  

Y más aún, el presidente de la Real Audiencia de Santo Domingo, que lo era el jurista y religioso Don Domingo Alonso de Fuenmayor,  junto con los Oídores Rodrigo Infante y Juan de Vadillo, le dirigieron una carta al Emperador Carlos V, en fecha 17 de octubre de 1535, en la cual le informaban del deceso en Azua del cacique Enriquillo.

Fuenmayor y sus segundos le  informaban a la Corona Española del óbito del gran jefe indígena así: “El Cacique don Enrique falleció habrá veinte  días, escríbennos que murió como cristianos, habiéndose confesado y recibido los sacramentos, y mandóse enterrar en una iglesia de la villa de Azua, que está cerca del pueblo, hizo testamento y dejó por herederos a doña Mencía, su mujer, y a Martín de Alfaro, su primo….”27  

Bibliografía:

1-División Político-Territorial Dominicana 1944-2004.Impresora Imsimapri, julio 2004.página 35, Welnel Darío Féliz Féliz.

2- Ley No.1, promulgada el 20 de enero de 1982. G.O.9595, del 31 de agosto de 1982.

3-Declaratoria de Independencia del Pueblo Dominicano 1-diciembre-1821.José Núñez de Cáceres. Incluida en el libro Documentos para la Historia. Pp 484-485.J. Marino Incháustegui. Editado en Argentina, 1957.

4- La República Dominicana-Directorio y Guía General. Segunda Parte. p162. Reeditado en 1994 por la SDB con el texto de 1907. Enrique Deschamps.

5-Noticias Históricas de Santo Domingo.v. II. Editora Taller, 1978. pp 128-129. Fray Cipriano de Utrera.

6- Siete Biografías Dominicanas, publicación de 1946. José María Morilla.

7- Antonio Sánchez Valverde, citado  en La Otra Historia Dominicana. Editora Búho, 2008. p88. Frank Moya Pons.

8- Fondos del Archivo Real de Bayaguana 1607-1920. Boletín AGN No.115, mayo-agosto 2006.p 311.

9-Periódico El Orden de Santiago, edición 31 de enero de 1875.Receta Kumis, enviada desde Francia por el eminente médico dominicano Dr. R.E. Betances.

9-b- Eso E’ Paja Pa’ La Gaisa y otras Décimas. Editorial Galaxia, 2005. Pp65-68.Juan Antonio Alix.

10- Historia de la Cultura Dominicana. Editora Amigo del Hogar 2016. p802. Mariano Lebrón Saviñón.

11- De las Letras Dominicanas. Editora Taller, 1996. p26. Rufino Martínez.

12-Los Próceres Escritores. Obras Selectas, tomo I. Editora  Corripio, 2006. pp 229-243. Joaquín  Balaguer. 

13- Informe del 5 de octubre de 1863, del Ministro de Guerra del gobierno provisional restaurador Pedro Francisco Bonó.

14-Santo Domingo, su pasado y presente. Editora Serigraf, segunda edición 2012.pp285-286. Samuel Hazard.

15-Hoja de Servicios del Ejército Dominicano (1844-1865).v. I.p337.Editora del Caribe, 1968. ADH.

16-Federico García Godoy-Guanuma.Sto.Dgo.20 de mayo de 1963. Juan  Bosch.

17-Notas Autobiográficas  General Gregorio Luperón.t I, Segunda edición. P240, Editorial el Diario, Santiago 1939.

18- Nota sobre Enriquillo,1785.Antonio Sánchez Valverde.

19- Novela Enriquillo, nota 10.p 536.  Edición s/p de imprenta. Manuel de Jesús Galván.

20- Año 1571-Comentarios sobre Boyá. Fray Antón de Carvajal.

21- La República Dominicana. Directorio y Guía General. p 165, segunda parte, editada en 1974 por la SDB. Enrique Deschamps.

22- Noticias Históricas de  Santo Domingo-1946. Fray Cipriano de Utrera.

23-Comentario sobre Boyá-1650. Luis Gerónimo de Alcócer.

24-Enriquillo-Boyá-1986. Joaquín Balaguer.

 25- Divulgaciones Históricas. Editora Taller, 1989, p46.César Herrera Cabral.
 26-Clamor de Justicia en La Española 1502-1795.p123.Impresora Amigo del Hogar, 2008. Flérida de Nolasco.

27- Historia Militar de Santo Domingo, tomo I. Fray Cipriano de Utrera. Editora Búho, agosto 2014.página 243.

Publicado el 14 de  Julio 2018.Diario Dominicano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario