sábado, 13 de febrero de 2021

LA ROMANA: CAÑA, TURISMO, INDUSTRIAS Y MÁS

 

 

   LA ROMANA: CAÑA, TURISMO, INDUSTRIAS Y MÁS

 

POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES

 

SOBRE EL NOMBRE DE LA ROMANA

No pocas veces surgen controversias sobre el origen de los nombres de pueblos y comarcas dominicanas. La ciudad de La Romana no es la excepción.

En efecto, algunos documentos históricos, y especialmente la tradición oral, sostienen que el nombre de esa dinámica ciudad del Este del país surgió por la costumbre de personas que iban a vender y comprar productos a un negocio situado en las cercanías del viejo muelle de la desembocadura del río Dulce, en el cual había un instrumento de pesar llamado balanza romana.

Se dice que las expresiones voy  a la romana o vengo de la romana se popularizaron y que de ahí nació el topónimo de esa   hoy pujante ciudad oriental.

Otros documentos, tal vez de más rigurosa objetividad, echan por la borda esas aseveraciones, pues La Romana figura mucho antes de existir el aludido negocio de la familia Ravelo, con su referida balanza como símbolo comercial.

Es seguro que lo del pueblo llegó por el nombre del río (que luego lo identificaron con su actual nombre de río Dulce). Las pruebas de que fue así están a borbotones.

En un ensayo sobre estadística, escrito en el año 1800, Pierre Lyonnet, un agente forestal francés, que viajó en dos ocasiones al lado español de la isla de Santo Domingo, escribió que “al este del Ozama comienza una llanura regada por los ríos Macorís, Soco, Cumayasa, La Romana e Higüey, y todos ofrecen un puerto más o menos grande.”1

Sobre el mismo tema un ilustre geógrafo dominicano dejó asentado para la historia que  “Cumayasa y La Romana no son ríos, sino dos abras o estuarios formados por el mar.El puerto de Cumayasa tiene buen fondeadero y una entrada fácil y limpia; en su fondo desemboca el Arroyo Hondo. El puerto de La Romana tiene un magnífico fondeadero, muy protegido pero con entrada estrecha y peligrosa. El abra de La Romana tiene toda la apariencia de la desembocadura de un río y contribuye más a que lo parezca, el hecho de que en el fondo de ella desemboca un arroyuelo insignificante, el Yerba Buena.”2

Sin embargo, reproduciendo las opiniones divergentes sobre esa ciudad del oriente del país, es necesario indicar que el célebre franciscano capuchino Fray Cipriano de Utrera, en sus ideas complementaciones a un libro fundamental para conocer nuestro más remoto pasado, observa que: “ en una partida de pago hecha el 6 de octubre de 1659, por la cantidad de 930 reales al patrón y marineros de la balandra Rey, por el despacho de ella con un oficial de tropa que fue a reconocer La Romana, por la noticia que se tuvo de hallarse en ella una balandra quemada”.3   

En una detallada relación de embarcaderos y puertos del país Schomburgk, el ilustrado cónsul inglés que estuvo 10 años en República Dominicana, menciona en el 1852 a La Romana como “un lugarejo”. Es decir, que para esa época ya había una comarca donde hoy está emplazada esa vibrante y cosmopolita ciudad.

Refiriéndose a la amplia planicie que se extiende desde el río Ozama hasta Cabo Engaño, un comisionado del Congreso estadounidense llegado al país en 1871 (para evaluar la posibilidad de materializar la anexión que gestaban los mandatarios Buenaventura Báez y Ulises Grant) y quien resultó ser gran escudriñador de la geografía dominicana y de nuestro pasado, dejó escrito esto : “Los productos recolectados en esta región se embarcan en el romántico puerto de La Romana, situado en la costa, con capacidad para convertirse en un puerto bien acondicionado para la expedición de los numerosos productos que allí se producen.” 4

 

En lo que los investigadores están contestes es que todo el lado sur de la provincia de La Romana forma parte de los Llanos Costeros del Caribe, los cuales tienen una gran riqueza piscícola y facilidades de conexiones marinas y aéreas con Sudamérica y Europa.

 

 

EL PUEBLO DE LA ROMANA Y SU ANTIGUO PUERTO

Versiones históricas sitúan la apertura al comercio internacional del puerto de La Romana para el año 1852.

Los que interactuaban en ese fondeadero eran personas que se trasladaban de otros lugares, especialmente de Higüey, El Seybo y San Pedro de Macorís. De ahí que en los primeros mapas sobre el país, publicados en Francia en el 1846, no aparece La Romana como pueblo, sino como un río.

Es evidente que el proceso de formación de La Romana se origina en su antiguo puerto. Sus principales acontecimientos embrionarios se vincularon en términos políticos y económicos en torno a la actividad portuaria que allí se desarrollaba.

Hace más de 60 años un gran geógrafo dominicano escribía sobre La Romana lo siguiente: “Su magnífico puerto habilitado, sostiene un creciente intercambio comercial con el exterior. El progreso de esta ciudad en estos tiempos ha sido enorme, debido a su auge comercial.” 5

Pero volviendo atrás en el tiempo se observa que mediante decreto del 28 de agosto de 1855 se ordenó que el puerto de La Romana recibiera durante 90 días mercancías extranjeras exentas del pago de impuestos de importación. Fue una decisión preventiva ante la hambruna que se avizoraba por los efectos del ciclón San Ceferino, que había causado estragos en el país. El listado de dichos productos se limitaba a bacalao, frijoles, arenques, harinas de trigo y maíz, azúcar parda, sal marina, tablitas, cebollas, macarelas y arroz.   

El 13 de diciembre de 1855 el Poder Ejecutivo, a cargo del Vicepresidente y General de División Manuel de Regla Mota, declaró el estado de sitio en todo el territorio nacional, con motivo de una nueva oleada invasora de los haitianos, y al día siguiente emitió un decreto mediante el cual cerraba al comercio exterior el puerto de La Romana y otros situados en los litorales Sur y Norte del país. Esa disposición cesó el 17 de marzo de 1856.

DIVISIÓN TERRITORIAL DE LA ROMANA

La provincia de La Romana tiene tres municipios. La cabecera provincial, de igual nombre, Guaymate y Villa Hermosa, acompañados de sus correspondientes secciones, parajes, bateyes, sectores y lugares.

Guaymate, cuyo nombre se deriva de un árbol que abundaba en la zona y que los lugareños llamaban guamate, es un municipio cañero y ganadero. El grueso de su población se dedica a esas labores agropecuarias y al comercio. Por el origen étnico de la mayoría de su población, arracimada en decenas de bateyes, los bailes del ga-ga tienen gran aceptación en Semana Santa y en otras celebraciones religiosas.

Villa Hermosa está al oeste de la provincia. Es de reciente creación. Antes se le llamaba Los Mulos y con la promulgación, el 21 de julio del 2004, de la Ley 201-04, fue elevada a Municipio con su nombre actual. Al ser una especie de desprendimiento del otrora extrarradio del municipio de La Romana no hay visualmente una clara frontera física entre ambas localidades.

Esa realidad hace recordar a muchos lugares en Estados Unidos de Norteamérica y otras partes del mundo que solo las barras de una estación de peaje o el borde de una acera en el casco urbano determinan el límite entre una ciudad y otra. Ejemplos: Newark y Jersey City. Barcelona y L´ Hospitalet de Llobregat.

 

EL TURISMO EN LA ROMANA

 

La Romana es uno de los principales polos turísticos del país, con el añadido de que famosos personajes extranjeros han establecido en esa provincia su segundo hogar para pasar grandes temporadas de diversión.

El buque insignia del ocio allí es el complejo hotelero llamado Casa de Campo, creado en la década de los  años 70s del siglo pasado. Está en el litoral del Mar Caribe y en las cercanías del navegable río Chavón, el cual divide las provincias La Altagracia y La Romana.

La marina de Casa de Campo está cerca de dicho río. Es un turismo de alto consumo. Muchos llegan en sus aviones privados o en sus imponentes yates, sin escatimar nada para rendir tributo al hedonismo.

A parte de su hotel cinco estrellas, en Casa de Campo hay cientos de villas propiedad de adinerados dominicanos y extranjeros que han convertido ese lugar en una especie de coto cerrado, y aunque no sea en realidad una réplica de la desaparecida ciudad griega situada en el Golfo de Tarento, (en su apogeo bajo control de Grecia) de nombre de Sibaris, ciertamente allí  muchos practican el sibarismo.

Otro atractivo para el turismo nacional y extranjero que tiene La Romana es la hermosa villa Altos de Chavón. Fue creada en el 1982, como una réplica de un pueblo griego del siglo XVI. Tiene un museo con piezas del arte de los tainos. También una escuela de diseño que ha ido creciendo en fama con el paso del tiempo, talleres para artistas de diversas disciplinas, restaurantes, la iglesia San Estanislao, construida en piedras coralinas, y otras obras de gran impacto visual. Para la inauguración de su anfiteatro, el 20 de agosto de dicho año, cantó allí el mundialmente famoso Frank Sinatra. Luego de su estreno todas las actividades artísticas realizadas en ese anfiteatro han sido resonantes éxitos.

Altos de Chavón es una especie de extensión del complejo turístico Casa de Campo. Este último posee afamados campos de golf que atraen a grandes figuras mundiales de ese deporte. El llamado Dientes de Perro figura entre los mejores del mundo.

Un pilar fundamental en el turismo romanense es su aeropuerto internacional, ubicado cerca del referido complejo hotelero. Está en la sección Caletón. Diariamente aterrizan y despegan aviones cargados de turistas de muchas partes del mundo.

Como parte integral del referido complejo turístico está la Playa Minita, dotada por la naturaleza de arena blanca con piedras coralinas que la protegen contra la fuerza avasallante del agua bravía del mar Caribe.

Fuera del área reservada a los bañistas, en esa playa se practican infinidad de deportes  acuáticos. Es de uso privado para los huéspedes de Casa de Campo.

 La Romana también tiene  uno de los mejores clubes de caza y pesca del país, lo cual junto con  la cabalgata son buenos complementos para la cartilla turística que se ofrece a los visitantes.

Playa Caleta está en el distrito municipal del mismo nombre. Es de acceso público. Se caracteriza por una mezcla casi simétrica de arena blanca y piedras. Ahí hay venta de pescado, arroz y frituras. Frecuentada principalmente por  los romanenses y turistas de otros lugares del país.

Además del referido río Chavón, que tiene un recorrido de 90 kilómetros, en el litoral de La Romana también desembocan los ríos Dulce (antes Romana) y Cumayasa, ambos de curso corto, apenas unos 30 kilómetros. Son una porción importante de los puntos de interés turístico de esa provincia.

Como parte del turismo de  esta zona del oriente dominicano es pertinente decir que en la desembocadura del río Dulce hay un muelle donde atracan semanalmente cruceros cargados de miles de turistas que recorren el Caribe.

En un área cercana a la desembocadura del río Chavón quedan petroglifos demostrativos del arte pre colombino de los tainos y de otros grupos étnicos que llegaron a esa tierra desde su hábitat antrópico en el río Orinoco, hace más de cuatro mil años. El humanista dominicano Marcio Veloz Maggiolo, y otros examinadores experimentados, han realizado allí magníficas investigaciones arqueológicas y espeleológicas que han sido divulgadas en libros esenciales para conocer las manifestaciones artísticas de los aborígenes.

 

CAÑA Y  ZONA FRANCA

Mucho antes que el turismo diera fama internacional a La Romana, el cultivo de la caña y su proceso de industrialización con el azúcar y el furfural era la base principal de sustentación económica de esa provincia.

La actual gran empresa diversificada que es el Central Romana era en sus comienzos una subsidiaria de la South Porto Rico Sugar Company, establecida en La Romana en el 1911. Luego su propiedad ha ido pasando a otros grupos económicos.

Ese emporio azucarero también tiene desde hace muchas décadas una de las mejores crianzas de ganado vacuno para la producción de carne.

Dada la relativa pequeñez del territorio romanense ambas actividades agropecuarias están en otras circunscripciones de la región Este.

Las dramáticas arbitrariedades cometidas en esos cañaverales contra los obreros agrícolas y fabriles, ya en parte superadas, han sido reseñadas en la prensa nacional, así como en novelas, ensayos, poemas y documentales.

 El bodeguero Daniel Comprés tal vez sea el personaje de ficción que mejor refleja los abusos de todo tipo que ocurrían en los bateyes cañeros: “Yo me preguntaba: ¿Esta es mi tierra? ¿Por qué esta isla que debió ser de paz se ha tornado en un pantano semejante? ¿Por qué nos matan así? Y mi vista desolada, al buscar el horizonte, chocaba con las grandes chimeneas del central, que se elevaban siempre imponentes, por encima de todo…” 6

 

La Romana también tiene muchas industrias, decenas de las cuales están concentradas en  una de las más grandes zonas francas del país, instalada  a finales de la década de los años 60s del siglo pasado. La mayoría de estas últimas son maquiladoras y por lo tanto con escasa incidencia en el desarrollo de los romanenses.

 

LA ISLA CATALINA EN EL LITORAL DE LA ROMANA

Contrario a lo que algunos creen, o hacen creer a los demás, las islas Saona y Catalinita y el paradisíaco pobladito de Bayahibe pertenecen a la provincia La Altagracia.

La  hermosa isla Catalina sí forma parte del gran conjunto de atractivos de la geografía correspondiente a la provincia La Romana. Queda en su lado suroeste, frente al distrito municipal de La Caleta.

Cristóbal Colón arribó a esa pequeña isla en el año 1494 y dejó sus impresiones de ella en su diario de viaje.

Su vegetación está formada en su mayor parte por árboles espinosos y manglares, adaptados al permanente embate de la brisa marina. Allí se mueven patos, fregatas, pelícanos, tijeretas y otras aves. Cardúmenes de peces multicolores se mantienen  nadando en forma circular por sus aguas transparentes.

Fue declarada Monumento Natural y tiene categoría de área protegida en virtud del Decreto No.309 de 1995. Mide algo más de 9 kilómetros cuadrados. Es rocosa y de clima seco (contrario a lo que dijeron algunos cronistas del pasado, que la describieron como fértil para la producción agrícola).

 Aunque no hay personas viviendo en ella muchos cruceros hacen parada en la isla Catalina. Los turistas pueden contemplar las dunas, su particular vegetación, que incluye  bosque enano, así como ver el aletear y el vuelo de  las aves que allí tienen su hábitat y algunos hasta practican  en el lugar deportes submarinos.

De la pequeña isla Catalina se ha escrito bastante, tanto por sus características naturales como por su posición estratégica en un recodo del mar Caribe.

Un historiador nuestro, en rol de geógrafo, dijo de ella: “Isla situada como a 5 kilómetros de la costa Sur entre el puerto de Cumayasa y La Romana, mide 10 kilómetros de largo de Este a Oeste por 5 de ancho de Norte a Sur y su terreno es fértil y abundante en materias útiles. Tiene un buen fondeadero en 34 brasas en la parte Noroeste cerca de una bahía en que los buques están protegidos por las dos puntas sobresalientes  de la isla.”7

En el 1988 el eminente botánico dominicano Eugenio De Jesús Marcano Fondeur hizo un conteo de las plantas que encontró en un viaje de investigación científica a la zona que queda en la cercanía del litoral de la isla Catalina, más hacia fuera de los farallones arropados por la sal de La Uvita: “Palo´e leche, almácigo, vera, jobobán, guásuma, escobones, tamarindo, caimito de perro, uva de sierra, aroma, higo, caya amarilla, bucida, chicharrón, guáyiga, violeta, limón agrio, chachá”.8  

La  Catalina es una de las islas que motivaron la creación de la Ley 166-07, del 22 de mayo del 2007, cuyo artículo 1 dice que: “Se declara la República Dominicana como Estado Archipelágico”. En su artículo 2 expresa que: “El archipiélago de la República Dominicana está conformado en la parte occidental de la isla de Santo Domingo o Hispaniola por un extenso conjunto de 150 islas menores….” 9

 

    LA ROMANA ANTE LA OCUPACIÓN ESTADOUNIDENSE DEL 1916

 

El hecho de ser un pueblo de surgimiento relativamente reciente (comparado con otras comunidades del país) no le quita protagonismo social, político e histórico a La Romana.

Esa ciudad, ubicada en el centro-sur del Este dominicano, ha sido sitio de jornadas de reivindicación nacional en múltiples ocasiones, y tal vez no sea un hecho casual que su primer periódico surgiera en un año aciago para el país, pues la soldadesca del “Norte revuelto y brutal”, por órdenes del presidente Woodrow Wilson, había horadado el territorio criollo.

Dicho combativo y combatido medio de comunicación “se llamó Los Mosqueteros, que vio la primera luz el 26 de junio de 1916…Los Mosqueteros fue un clarín patriótico contra la intervención y llegaron a publicarse diez ediciones”.10

El 30 de junio del 1922 se firmó el Memorandum del Entendimiento de Evacuación del país de las tropas y el personal civil de los EE.UU, que fue la base del llamado Plan Hughes-Peynado. Dicho acuerdo contenía una tremenda mediatización de la soberanía nacional y contravenía los deseos del pueblo que se expresaba a través de la Unión Nacional Dominicana, presidida por Emiliano Tejera, y que abogaba por la salida del territorio criollo de los invasores de manera pura y simple, sin los condicionantes que finalmente estos impusieron.

Un versificador identificado como El Cantor Romanés publicó en repulsa a dicho acuerdo un poema titulado El Plan Peynado, que dice así: “¡Vaya con el Plan Peynado!/Mirado de frente, es liso/Del lado izquierdo con rizo/al derecho, desgreñado/ I según me han informado/ha descubierto Logroño/Que por detrás tiene moño/I moño tan enredado/Que ni el Peine marca Welles/ Lo ha de dejar bien Peynado.”.11

Con ese poema de protesta ese romanense anónimo apoyaba a la Comisión Nacionalista Dominicana en Washington 1920-1921, cuyos miembros reivindicaron en la ciudad de Potomac el derecho a la libertad plena de la República Dominicana “…intervenida y ultrajada, pisoteada, puesta en sangrante cruz por el almirante Knapp y sus secuaces…” 12 

PERSONALIDADES NATIVAS DE LA ROMANA

En  la provincia de La Romana nacieron muchas personalidades que han realzado la estima nacional de esa provincia. Imposible es citarlos a todos. Para muestra ocho:

Francisco Richiez  Ducoudray, precursor de muchas obras que a principios del siglo pasado le fueron dando el perfil de ciudad a esa entonces comarca semi rural.

El Teniente Amado García Guerrero, héroe y mártir de la gesta patriótica del 30 de mayo de 1961, con la cual se puso fin a la tiranía trujillista.

Manuel Antonio Mañaná Lappot, sobresaliente escultor. Hijo de Altagracia Lappot y de  Manuel Antonio Mañaná. Fue un artista hecho y derecho. Creador de Ferroarte. Murió el 11 de febrero del 2003. Su última exposición escultórica él la tituló sugerentemente De Mis Manos.

Celsa Albert Batista, gran historiadora, maestra, doctora en Estudios Latinoamericanos y ensayista de gran calado.

José Antonio Rodríguez Duvergé, poeta, cantante y gestor cultural.

Fernando Ureña Rib, poeta, pintor y narrador, fallecido a destiempo.

Nexcy Ramona De León Ramírez, periodista y analista de pensamiento profundo.

Rafael Jarvis Luis, economista, historiador y ensayista, su obra sobre La Romana es clave para entender muchos aspectos de la idiosincrasia de sus moradores.

 

Bibliografía:

1-La Era de Francia en Santo Domingo. Editora del Caribe 1955. pp 113-114.

2-Geografía de la Isla de Santo Domingo. Cayetano Armando Rodríguez. s/p de imprenta.  

    pp 264, 265.

3-Del valor de la Isla Española. Antonio Sánchez Valverde. Editado en Barcelona el 2 de     

     marzo de 1971. Nota No.11 de FCU al pie de la p14.

4-Santo Domingo, su pasado y presente. Editora Serigraf, junio 2012.p206. Samuel Hazard,

   publicado originalmente en inglés en el 1873.

5-Reseña Geográfica, Histórica y Estadística de la República Dominicana. Editada en 1954.

   Vicente Tolentino Rojas.

6-Over, p210.Editora Taller. Veintidosava edición, septiembre 2003.Ramón Marrero Aristy

7-Diccionario Geográfico-Histórico de Santo Domingo, inserto en Obras Completas,

   v.5, p 405. AGN, agosto 2007. José Gabriel García.

8-La Naturaleza Dominicana. Región Este. t3.p 307.Editora Corripio, 1 de marzo 2006.

   Félix Servio Ducoudray.

9-Ley 166-07, del 22 de mayo del 2007.

10- Boletín del AGN, No.111, v.xxx. Enero-abril 2005.Vetilio Alfau Durán.

11- Reproducido en Vetilio Alfau Durán en Anales. Escritos y Documentos. 

    Editora Corripio, 30 de mayo 1997.Página 729.

12-La Comisión Nacionalista Dominicana en Washington. Imprenta La

   Opinión, 1939. Fabio Fiallo. Insertado en el libro Los intelectuales y la

   intervención militar norteamericana, 1916-1924. Editora Centenario, julio  

   2017, pp 197-245.Editor Alejandro Paulino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario