SAN PEDRO DE MACORÍS: LA SULTANA DEL ESTE
POR TEÓFILO LAPPOT
ROBLES
La ciudad de San Pedro
de Macorís también es conocida como Macorís del Mar, Mosquitisol y la Sultana del Este.
Ese último sugerente
apodo tal vez sea como una remembranza de aquella imponente embarcación que
utilizaban en el pasado lejano los turcos para guerrear en los mares Egeo y
Mediterráneo, y que a todos deslumbraba por su esplendor y envergadura en los
estrechos de Bósforo y Dardanelos.
Esa es tierra de caña
de caña de azúcar (aún hay molienda, pero en su época de mayor empuje llegó a
tener operando varios ingenios, entre ellos Angelina, Puerto Rico, Santafé,
Consuelo, Quisqueya, Porvenir y Cristóbal Colón).
Es cuna de excelentes
poetas, literatos, artistas, académicos en todas las ramas del saber,
beisbolistas de fama mundial, atletas en muchas categorías, grandes empresarios.
Allí nacieron también hombres y mujeres
que hacen honor al trabajo dignificador.
Su principal centro
académico, la Universidad Central del Este, ha contribuido grandemente con la
formación de miles de jóvenes dominicanos provenientes de todas las zonas del
país.
También se le conoce
como la tierra dominicana del Guavaberry, nombre inglés del árbol del
guayabillo o cabo de chivo, caracterizado por sus flores blancas y rosadas, de
fruto anaranjado, recubierto de una pulpa que sirve de base, junto con canela,
malagueta y ron, para hacer el rico licor así llamado.
San Pedro de Macorís es,
en nuestro país, la cuna de los sabrosos domplines (dumpling), un aporte
gastronómico de los cocolos para el deleite de paladares nativos y de
visitantes. Pero, además, tienen fama nacional sus pasteles en hoja, sean de
plátanos con carne de res o de yuca con pollo, así como de harina de maíz con
otros ingredientes.
Tiene un puerto con más de 70 años de uso
intenso, en el lugar donde el río Higuamo desagua en el Mar Caribe. Ya es casi
un cascarón, que requiere una reconstrucción moderna, acorde con el dinamismo
de la economía de la zona.
Oportuno es decir que algunas
de las mejores haciendas de San Pedro de Macorís pertenecían a un ambicioso
sevillano, que sucedió en el poder colonial de La Española a Francisco de
Bobadilla y fue defenestrado por Diego Colón, convirtiéndose en sólo siete años
de gobierno, como por arte de birlibirloque, en el principal potentado de todas
las tierras controladas por España en el llamado Nuevo Continente.
Diego Colón, en un
memorial escrito en 1509, puntualizó al
respecto lo siguiente: “Que tiene el comendador en Santo Domingo diez solares
en que entra la mitad del pueblo y lo mejor, y no hay un lugar de toda la
isla que no tenga las mejores haziendas
dellas”. El gran beneficiario de los cuantiosos bienes del Capitán General y
Gobernador Colonial Nicolás de Ovando
fue Hernando de la Vega, en virtud de
Real Cédula de 151. 1
Primera Iglesia, origen de la
ciudad de S.P. de Macorís
Al sacerdote Pedro
Carrasco se le considera el fundador de SPM, pues fue él quien
motivó y dirigió la construcción de la primera iglesia católica de allí,
hoy proyectada en la Catedral San Pedro Apóstol, sede del obispado
petromacorisano.
La belleza de esa
Catedral resalta al primer golpe de vista, con su estilo arquitectónico neo
gótico y los coloridos vitrales que sirven de cornisa y de iconografía
religiosa.
El templo original facilitó, como se indicará
más adelante, la unión de los pueblitos que pasaron a llamarse SPM. El cura
Carrasco fue un hombre excepcional, no sólo por su elevada formación
intelectual, sino por su amplia labor a favor de la Independencia Nacional.
De él dijo el Padre de
la Patria Juan Pablo Duarte lo siguiente: “ El R.P. Pedro Carrasco. Q.D.E.,
cura de la heroica villa de San José de los Llanos, presidió con nosotros a la
fundación de la República”.2
La referida primera
iglesia de Macorís del Mar fue construída en un amplio terreno yermo, entre los
pequeños poblados germinales conocidos como Mosquito y Sol.
El más prolífico de los
historiadores sobre asuntos eclesiásticos dominicanos, y párroco en esa activa
ciudad, dejó consignado que la unión de las citadas comarcas Mosquito y Sol (que
no llegaron a tener calidad de villas) se convirtieron en San Pedro de Macorís,
tomando en consideración que la iglesia que la fue fusionando estaba “bajo la
advocación del primero de los Papas”.3
“Macorís, en sus
albores vio abierta al culto, el lro. de octubre de 1856, una iglesia pequeña,
de maderas criollas, forrada de tablas de palma real y cubierta de yaguas; el
presbítero Pedro Carrasco, insigne sacerdote dominicano, había promovido su
construcción. Cura entonces de la parroquia de Hato Mayor a cuya jurisdicción
pertenecía la bendijo. La pequeña ermita fue dedicada a San Pedro, el príncipe
de los Apóstoles, como patrono entronizado.”4
Dicha iglesia fue
arrasada en 1865 por uno de los habituales ciclones tropicales,
reconstruyéndose al año siguiente, la cual a su vez fue devorada por un
incendio en el 1885. Hecha de nuevo y vuelta a destruir en 1896 “por la explosión
de una lámpara que iluminaba el reloj público”.
San Pedro de Macorís y la
Reconquista
Los petromacorisanos,
bajo el mando del capitán Antonio Sosa, fueron colocados por Juan Sánchez Ramírez
en el lado izquierdo del cerro de Palo Hincado cuando se produjo el batacazo
contra los franceses.5
El citado capitán
Antonio Sosa, morador de San José de Los Llanos, que para entonces era un
núcleo poblacional con un activismo político y militar muy notorio, murió en
los combates de la referida batalla de Palo Hincado, tal y como se
comprueba en la ficha 157 del libro de
Óbitos del Seybo, correspondiente al año 1808, firmado por fray Ignacio
Morillas, Rector y Vicario en esa comunidad oriental.6
Los petromacorisanos de San José de los Llanos tuvieron un papel importante en la
famosa reunión celebrada el 12 de diciembre de 1808, en el Cuartel General de
Bondillo. José Basquez, quien en su calidad de Presidente de las Milicias del
Consejo de Jurisdicción de San José de Los Llanos, fue de los que con Juan
Sánchez Ramírez a la cabeza proclamó:
Primero a Fernando VII como “Rey y Señor
natural, y por consiguiente a la Suprema Junta Central de Madrid y en
quien reside la Real Autoridad…..”. En dicho documento también se declaró al
hatero cotuisano Juan Sánchez Ramírez, vencedor en Palo Hincado, como “el
caudillo y motor de la gloriosa empresa de librarse el Pueblo de Santo Domingo
del vergonzoso yugo del tirano Napoleón,
Emperador de los franceses…” 7
La ciudad de San Pedro de Macorís
A la ciudad de San Pedro de Macorís también se
le dice popularmente, como se indicó más arriba, Mosquitisol.
Ese apelativo surgió
porque con vista a la bahía de la zona hubo dos pobladitos: Mosquito, así llamado en sintonía con la inmensa
cantidad de mosquitos que brotaban como ejércitos de plagas de los manglares
que la bordeaban, a orillas de Punta de Garza; y Sol, ubicado en un costado del lugar conocido como Punta de la
Pasa. Dicho nombre al parecer le fue dado
porque el frente de todos sus bohíos
estaba en dirección a los rayos solares que descienden desde Higüey, en el
ámbito dominicano.
San Pedro de Macorís
comenzó su andadura propia, en el tinglado de las leyes dominicanas, el 11 de
mayo de 1846 cuando el entonces Consejo Conservador (hoy Senado de la
República) declaró a Macorís como Puesto
Militar, “con lo cual resultará el darse principio a la formación de aquella
población.”8
En ese entonces
pertenecía a la provincia de El Seybo, en la referida calidad de puesto
militar, tal y como consta en los
memoriales del Poder Ejecutivo de 1847, correspondientes al Ministerio de
Guerra y Marina del país.9
De puesto militar pasó
a Común, según la clasificación geográfica prevaleciente en la época, por mandato
del Senado Consultor, en su sesión del 16 de mayo de 1859.10
Al producirse la
Anexión a España San Pedro de Macorís pasó a ser Comandancia de Armas.
Posteriormente SPM fue
declarado como el Quinto Distrito Marítimo del país, en mérito a una Ley de 1882, cuando era Presidente de la
República el Arzobispo Fernando Arturo de Meriño.
Después los
legisladores dominicanos establecieron con idénticas facultades las provincias
y los Distritos Municipales, es decir que ya en el 1882 SPM tenía condición de provincia,
aunque no llevara dicha denominación.11
La
Independencia en territorio petromacorisano
(San José de los Llanos)
Antes del trabucazo de
Mella en la Puerta de la Misericordia, en la gloriosa medianoche del 27 de
Febrero de 1844, ya había tronado sobre los cielos de San José de los Llanos el
fuego redentor de la libertad dominicana.
En efecto, el 26 de
Febrero de 1844 el jefe militar de ese pueblo, comandante Bernabé Sandoval,
ordenó al artillero Juan Ramírez que hiciera vomitar el fuego de la libertad a
un cañón que luego fue colocado como símbolo de la Independencia Nacional en el
pequeño parque de dicha comunidad, junto con un busto de Vicente Celestino
Duarte, quien había vivido allí en labores de concientización del pueblo para
expulsar a los invasores haitianos.
Ese hecho inicial
también fue estimulado por el sacerdote Pedro Carrasco Capellier, párroco de la
iglesia del pueblo de San José de los Llanos.
Luego de esa acción
intrépida salieron hacia Santo Domingo los mencionados y muchos otros llaneros, entre ellos Pedro Gautreaux,
Antonio Sosa y Agustín Santana.
El historiador Emiliano
Tejera, Canciller en el gobierno del General Ramón Cáceres, acotó sobre ese
olvidado acontecimiento lo siguiente: “Juan Ramírez, impulsado por Vicente
Celestino Duarte, se pronunció el 26 de febrero de 1844”.
El padre de la
historiografía dominicana, José Gabriel García, se refiere a ese hecho ocurrido
en San José de los Llanos, pero dice que
se produjo el 27 de febrero de 1844 en la tarde. Lo cual no pudo ser, pues
muchos de los llaneros que participaron en la citada acción del 26 estaban en
la Puerta de la Misericordia en el momento en que tronó el cañón de Mella.12
“ Fue por la tarde, con
el sol alto todavía. Se corrió la voz
y se fueron a la plaza todos los que estaban en el grupo revolucionario,
y la gente los acompañaba porque ya se sabía lo que había en preparación.
Vicente se había ido a Santo Domingo, y Sandoval y Antonio Sosa quedaron como
jefes del movimiento del pueblo. El cura, que era un padre muy querido en el
lugar, de apellido Carrasco, estaba también en la Capital”.13
“Fue el día 26, poquito
después del mediodía. No hubo pleito; tiros sí. Cañonazos y fusilería. No había
ese día en el pueblo un solo haitiano”.14
Algunos opinantes
sostienen que el cañonazo redentor llanero del 26 de febrero de 1844, por la
cercanía de San José de los Llanos con Santo Domingo, pudo poner en alerta al
general haitiano Etiene Degrote, entonces jefe de las fuerzas de ocupación.
El historiador
Francisco Elpidio Beras, quien tenía alegatos localistas para sostener que la
independencia comenzó en El Seybo, escribió, refiriéndose a la opinión de
Emiliano Tejera, que: “Los Santana había pronunciado El Seybo en la madrugada
del 27…el ilustre historiador comete error de bulto cuando asigna a Los
Llaneros, como hora de su pronunciamiento, el día 26 de febrero. Se trata, sin
duda, de un lapsus, pues está suficientemente afirmado que el pronunciamiento
de Los Llanos, que no tenía guarnición haitiana, se daba por hecho desde las 4
de la tarde del 27. Haberlo autorizado para la misma hora el 26, era tanto como
denunciar la conspiración a Desgrotte, pues tal acontecimiento debía de por la
fuerza, dada la escasa distancia a la capital, ser conocido en la misma al día
siguiente, antes de las 11 de la noche, hora del trabucazo de Mella”.15
El distinguido jurista
e intelectual seybano, de fuerte raigambre santanista, avala su opinión en lo
dicho por un historiador vegano: “Santana da el grito de independencia-dice- en
el Seybo, el 26 de febrero de 1844, marcha seguido sobre la Capital a la cabeza
de 600 hombres.”16
Es evidente que lo que
se pretende es cerrar paso a cualquier opinión que los santanistas, con sus
artes sibilinas, entiendan que pueda significar mengua del papel protagónico de
los hermanos Santana y sus seguidores en el proceso independentista dominicano.
Lo que ocurrió en San José de los Llanos en la tarde del 26
de febrero de 1844 no sólo ha quedado demostrado por la historia oral, sino por
realidades consignadas en documentos de la época, incluso no objetados por Angulo Guridi, originalmente fervoroso
santanista.17
El poeta nacional Pedro Mir era
petromacorisano
El poeta nacional (así
justicieramente declarado por el Congreso Nacional en el 1984) Pedro Julio Mir
Valentín, que también fue historiador, ensayista y profesor de altos vuelos
filosóficos, fue el fruto de un ingeniero cubano y como el mismo la llamó, una
“humilde criatura boricua”, fallecida cuando él tenía 4 años de edad. Nació en
el 1913, en el ingenio Cristóbal Colón, de San Pedro de Macorís.
Juan Bosch, en su papel
de editor literario del Listín Diario, al recibir unos poemas de Pedro Mir, con
marcado tinte social, escribió en el 1937: “Aquí está Pedro Mir… A mí con toda
sinceridad me ha sorprendido. He pensado: ¿Será este muchacho el esperado poeta
social dominicano?
Un erudito dominicano
hizo un amplio recorrido por la poesía de nuestro poeta nacional (el más
elevado aporte de San Pedro de Macorís a las letras nacionales) deteniéndose a
analizar cada etapa de su poesía, desde las líricas hasta la social y política,
pero siempre “la poesía de Pedro Mir, social o no, mantiene sus frescura, su
sonoro encanto…El es político, luchador, doctrinario, pero antes que nada, es
poeta.”18
En la galería de poetas
petromacorisanos también hay que mencionar a Federico Bermúdez, René del Risco
y Bermúdez Norberto James, Virgilio Díaz Ordóñez, Francisco Domínguez Charo,
Carmen Natalia Martínez Bonilla, Víctor Villegas, Federico Jóvine Bermúdez y otros de no menos significación en el
parnaso nacional.
Entre los artistas
petromacorisanos, como simple muestra de una lista grande, cabe mencionarse los
nombres de Niní Cáffaro, Mirla Salazar, Miriam Bello, Bienvenido Bustamante,
Julio de Wind e Ivonne Haza.
Son y han sido muchos
los petromacorisanos destacados en diferentes ramas del saber, desde el derecho
hasta la arqueología, pasando por otras actividades académicas, políticas, sindical y del sector empresarial.
Difícil mencionarlos a todos.
Cueva de las Maravillas
Pertenece a la
provincia de San Pedro de Macorís. Está ubicada entre los ríos Cumayasa y Soco,
que junto al Higuamo, el Casuí y el Macorís son las principales riquezas
acuíferas de esa zona del país.
Cientos de pinturas y
algunos petroglifos, simbolizando figuras humanas y animales, con una soberbia
demostración del arte de los tainos, la convierten en uno de los lugares más importantes del área del Caribe.
Sobre los inmensos
valores que para la cultura de la República Dominicana representa esa
gigantesca cavidad petromacorisana se ha escrito mucho. Expertos dominicanos y
extranjeros han hecho profundos estudios y amplias reseñas sobre la misma.
Uno de ellos fue el
fallecido antropólogo Fernando Morbán Laucer, quien en un conciso y riguroso
ensayo tocó aspectos esenciales que permiten tener una perspectiva clave de lo
que significa el lugar para conocer la vida pasada de toda el área del Caribe
insular.19
En los contornos
exteriores de Cueva de las Maravillas existen decenas de árboles ahora prácticamente
en extinción, pero que abundaban en esa y otras zonas del país, en la época
precolombina. También hay allí iguanas rinocerontes y otros animales,
especialmente reptiles.
Para la protección de
su riqueza interior a Cueva de Las Maravillas se le otorgó la categoría de
Parque Nacional.
Los estudios
científicos realizados en ese lugar han permitido conocer muchos detalles pocos
conocidos sobre el consumo de alimentos de los indígenas, así como una amplia
gama de la flora y fauna de todo el Caribe insular. Los restos fósiles han ayudado
a conocer cómo fue en el pasado remoto la vida en esta parte del mundo.
Cofradías macorisanas
San Pedro de Macorís
tal vez sea la tierra dominicana que haya tenido a través del tiempo el mayor
número de cofradías y gremios.
Ya en el 1890 existía
allí la Sociedad Literaria Amantes del Estudio y dos años después operaba a
todo tren la que se denominó como Obreros de la Protección. En 1894 surgió la Sociedad Agrícola y en el 1909 nació el Casino
Macorisano.
Comenzando la dictadura
de Trujillo, en 1930, se fundó en esa ciudad la Federación local del Trabajo
San Pedro de Macorís; pero antes se habían fundado en esa provincia decenas de
otras organizaciones sociales, culturales y de ayuda mutua.20
La
hazaña de Gregorio Urbano Gilbert en Macorís del Mar
Fue en el muelle de San
Pedro de Macorís que patriota dominicano
Gregorio Urbano Gilbert (que luego luchó en Nicaragua junto a César Sandino) realizó
la proeza de eliminar a un alto oficial de la soldadesca invasora
estadounidense del 1916, cuando de manera solitaria se enfrentó al jefe de
tropas extranjeras que salían en actitud de combate desde un buque de guerra
surto, o más bien anclado, en el lugar y que vinieron a humillar al pueblo
dominicano.
“Cuando las tropas
invasoras ocuparon la ciudad capital, este muchacho, cuyo nombre es Gregorio
Urbano Gilbert, estaba en San Pedro de Macorís…Cuando Gregorio Urbano estuvo a
pocos pasos del oficial, sacó violentamente del bolsillo la mano derecha,
provista de un revólver, e hizo dos certeros disparos sobre el jefe gringo…Las
fuerzas de desembarco se replegaron, y, en plan de batalla comenzaron a
disparar…Los buques hicieron funcionar sus cañones…miles de balas de cañones y
de fusiles respondieron a dos disparos de revólver…Se trataba de un acto de
heroísmo individual…Entonces supo que estaba condenado a noventa y nueve años
de presidio…”21
Los ríos de Macorís
del Mar
Los principales ríos de
la provincia de San Pedro de Macorís son Macorís, Soco, Higuamo y Casuí.
El nombre del río
Higuamo se quedó fijo en la mente de la gente e incluso aparece con despliegue
en los mapas hidrológicos del país, pero el nombre real es Macorís, que es el
resultado de la unión de dos ríos pequeños: El Higuamo y el Casuí.
Hace más de 100 años que un experto dominicano
detalló, con pruebas al canto, esa verdad con categoría de axioma. 22
El célebre pirata
boricua Cofresí estuvo merodeando por la ribera macorisana. Incluso leyendas
hay que dicen que parte de los tesoros del aventurero caribeño están enterrados
en el mar y en el territorio de esa zona del oriente dominicano.23
El incansable
investigador de la naturaleza y diplomático británico de origen prusiano Robert Schomburgk al contemplar, en el 1852,el
encuentro de las aguas dulces y saladas
que chocan en la bahía de Macorís del Mar, en su época de Puesto
Militar, primero se entusiasmó y, luego de
observaciones con auxilio técnico, escribió de esta manera: “…se halla
uno sorprendido de aquella hermosa expansión de agua, que parece fue creada
por la naturaleza para un puerto…echando una ojeada más cerca y con la
sonda en la mano, hace desaparecer esa ilusoria suposición…es un bajío de
lodo…un bajío peligroso con solo 6 a 7 pies de agua sobre él… el canal sólo
tiene 18 pies de agua…un arrecife protege el fondeadero..”24
El cultivo de la caña de azúcar en
S P M
Según las informaciones
más confiables el cultivo de la caña de azúcar comenzó en SPM en el año 1868,
en varias pequeñas haciendas dotadas de trapiches que utilizaban cuadrúpedos
para la molienda de dicha gramínea para hacer panelas y otros productos dulces.
Un ilustre petromacorisano escribió con fundamentos económicos sobre ese tema.
25
A partir de dicha fecha
hubo un acelerado proceso de producción de caña de azúcar y su proceso de
industrialización. Un historiador dominicano describió el laborantismo cañero
así: “En 1885 ya había 35 fábricas modernas concentradas en las llanuras del sureste
del país, entre Santo Domingo y San Pedro de Macorís…en San Pedro de Macorís,
la principal zona cañera, los colonos cultivaban el 75 por ciento de las
tierras en 1893.”26
Importancia económica de San
Pedro de Macorís
En los primeros años
del siglo XX San Pedro de Macorís era una de las ciudades de mayor empuje
económico del país, al extremo de que se le consideraba como la locomotora
nacional, especialmente por el dinamismo de la industria azucarera, pero
también por otras producciones manufactureras con el sello “made in SPM”.
Para esa época “Macorís
como nervio de la producción azucarera, se transformó probablemente en la
principal plaza manufacturera del país…ropa barata, calzados y otros artículos
de cuero, jabón, panaderías y pastas alimenticias, materiales de construcción y
algunos otros artículos.”27
Los cocolos en la Sultana del Este
Se les llamó cocolos,
como término genérico, a los trabajadores agrícolas y fabriles de los ingenios azucareros
que llegaron a San Pedro de Macorís y otros lugares del país, en los primeros
años del siglo XX. Provenian de algunas de las pequeñas islas del Caribe
Oriental.
De ellos dijo un
ilustre periodista y crítico literario petromacorisano que “…aquellos
inmigrantes eran gente de costumbres familiares…eran gente de categoría en su
conducta social”.28
Uno de los motivos principales
de la llegada masiva a San Pedro de Macorís de inmigrantes descendientes de esclavos, provenientes de la
indicada zona (Nevis, Antigua, Dominica, Saint-Kitts, Saint Vicente, etc.) era
el salario superior que obtenían, en comparación con el que recibían en sus
tierras de la Leeward Islands.
Los llamados cocolos
han sido una de las migraciones más positivas que ha tenido el país, pues sus
aportes van desde las artes danzarias, con los guloyas de Teófilo Shiverton a
la cabeza (patrimonio intangible de la humanidad), pasando por una rica
gastronomía y haciendo significativos aportes en las letras, las artes, las
ciencias y los deportes.
Muchos importantes
vates petromacorisanos procedían de esos inmigrantes y muchos vigorosos bates
de origen cocolo han puesto a brillar, en las llamadas grandes ligas del
beisbol estadounidense, el nombre de la República Dominicana.
Un ejemplo emblemático
de los muchos aportes cocolos a las letras dominicanas es el gran poeta
Norberto James, quien resumió el drama de las migraciones de la que él provino
en el poema Los Inmigrantes:
“Aún no se ha escrito
la historia de su congoja/Su viejo dolor unido al nuestro/No tuvieron tiempo-de
niños- para asir entre sus dedos los múltiples colores de las mariposas/Atar en
la mirada los paisajes del archipiélago/Conocer el canto húmedo de los ríos/No
tuvieron tiempo de decir -esta tierra es nuestra”.29
El turismo en San Pedro de
Macorís
A parte de Cueva de las
Maravillas, que tiene categoría de reserva antropológica, San Pedro de Macorís
cuenta con otras áreas turísticas vinculadas con el mar, en Juan Dolio,
Guayacanes y Villas del Mar; hay decenas de hoteles de diversas categorías para
alojar a públicos de diferentes
condiciones sociales. Además posee varios campos de golf.
Mucho contribuyó al
desarrollo turístico de la provincia de San Pedro de Macorís la Ley 153, creada
en el año 1971 para la promoción y el incentivo de las actividades turísticas.
San Pedro de Macorís
tiene un pequeño rosario de playas, algunas de ellas desconocidas por el gran
público: La Sardina, Montero, Candelaria, El Carey, Blanca, el Muerto, Marota,
Juan Dolio (que es una gran playa, con más de dos kilómetros de largo), Oasis y
playa Caribe.
Municipios de la
Provincia SPM:
A parte de San Pedro de
Macorís, la provincia del mismo nombre está conformada por los siguientes municipios:
San José de los Llanos,
el cual tiene una amplia vida histórica, tal y como se ha
indicado más arriba. Fue fundado originalmente en un costado del río Caganche,
que es uno de los tributarios del famoso
río Brujuela, con tramos superficiales y subterráneos.
Guayacanes, que es un municipio básicamente turístico,
teniendo como eje central de la actividad del ocio la zona de Juan Dolio. Fue
creado en época reciente, el 3 de mayo
del 2006, en virtud de la Ley 203-06, en cuya literatura se resaltan las
condiciones paradisíacas del lugar y la pertinencia de convertirlo en municipio
a fin de poder brindar una serie de servicios públicos a sus residentes y
visitantes.
Ramón Santana. La
existencia de este municipio poco conocido data del siglo XVIII. Está ubicado al
oeste del río Soco. Antes pertenecía a El Seybo, pero el 27 de febrero de 1938
fue derivado como común de San Pedro de
Macorís. Su antiguo nombre era Guasa, el cual le fue cambiado por actual, en
honor al General que fue gemelo del también General y Presidente de la
República Pedro Santana y quien muriera joven y en circunstancias sorpresivas y nunca aclaradas.
La comunidad de
Quisqueya fue declarada municipio por la Ley 217-98, hace ahora veinte años.
Surgió producto de la población que desarrollaba sus actividades en torno al
Ingenio del mismo nombre. Fue fundado a finales del siglo XIX. Sus moradores
son personas laboriosas y de allí han surgido peloteros, poetas, sobresalientes
profesionales de la educación, la medicina y otras ciencias.
Consuelo es un
municipio que tiene más de 30 mil habitantes. Fue elevado a esta categoría el
23 de diciembre de 1996, por disposición de la Ley 7196, la cual consigna las
potencialidades, de en diversos aspectos, de esa comunidad que inició su
vida al fundarse el ingenio del mismo
nombre, en el ya lejano 1882.
Bibliografía:
1-El
pleito Ovando-Tapia. Editora el Caribe 1978.p129.Emilio Rodríguez Demorizi.
2-Miscelanea
Histórica. Clío, No.97.septiembre-diciembre 1953.p.12. Leonidas García
Lluberes.
3-La
iglesia parroquial de San Pedro de Macorís. Conferencia del 10 de septiembre de
1932. Imprenta de los padres capuchinos. fray Cipriano de Utrera.
4-Vetilio
Alfau Durán en Clío.Escritos II. Editora Corripio, 1994.pp 80, 81.
5-Diario de la Reconquista.p53. Editora Montalvo 1957.
Juan Sánchez Ramírez.
6-Libro
de Óbitos del Seybo, ficha 157, correspondiente al año 1808.
7-Diario
de la Reconquista. pp 98 y 99.Editora Montalvo 1957. Juan Sánchez Ramírez.
8-Colección
Trujillo, t.4,pp248-249.
9-Memoria
del Ministerio de Guerra y Marina,1847.
10-Colección
Trujillo. Editora el Diario, v. IX,pp98 y 125.
11-
Constitución del 14 de noviembre de
1865.
12-
Compendio de historia de Santo Domingo, pp557 y siguientes.
13-Testimonio
de Clemente Sosa. Boletín del Instituto Duartiano. enero-junio 1975.año
VII.No.11,pp58 y 59.
14-ibiden.
p44.
15-La
contribución del Seybo al grito del Conde. Imprenta Compostela.2da.
edición.1977. pp 15 y 16. Francisco Elpidio Beras.
16-
Duarte, bosquejo histórico. publicado en 1937. Guido Despradel Batista.
17-
Temas Políticos. Volumen II, Chile 1892. Javier Angulo Guridi.
18-Historia
de la Cultura Dominicana. Impresora Amigo del Hogar, 2016.pp529-532.
19-Las
Cuevas de las Maravillas: vestigios de una cultura precolombina en Santo Domingo,
República Dominicana. Boletín No.23 del Museo del Hombre
Dominicano,1990.pp15-27. Fernando Morbán Laucer.
20-Sociedades,
Cofradías, Escuelas, Gremios y otras corporaciones dominicanas. Editora
Educativa Dominicana, 1975. Emilio Rodríguez Demorizi.
21-Crímenes
del Imperialismo Norteamericano. Editora Curubusco, México, abril 1927. pp
95-101.Horacio Blanco Fombona.
22-
Geografía de la isla de Santo Domingo. Impresora J.R. viuda García, 1915.pp266
y 360.
23-A
mojar la vela. Rafael A. Deligne.
24-Reseña
de los principales puertos y puntos de anclaje de las costas de la República
Dominicana. Imprenta García Hermanos,1881.pp 19-20.
25-
La caña en Santo Domingo. Imprenta García hermanos,1983.p43. Juan José Sánchez.
26-Historia
del Caribe. Editora Búho, 2008. Pp380,381,382. Frank Moya Pons.
27-Capitalismo
y Dictadura. Editora UASD,1982. pp.207 y 209. Roberto Cassá.
28-Columna
dominical, Listín Diario 2000-2001.Francisco Comarazamy.
29-Poema
los Inmigrantes. Norberto James.
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