MATANZAS Y OTROS PUEBLOS DEL VALLE DE PERAVIA
POR TEÓFILO LAPPOT ROBLES
Matanzas
Matanzas
es un territorio peninsular (su ubicación en la Península de Las Calderas,
descubierta por Cristóbal Colón en el 1502, así lo determina). Ese municipio se caracteriza por poseer uno
de los más altos niveles de biodiversidad marina de toda el área caribeña.
También
es costero, como se observa en cualquier mapa de la República Dominicana. Parte de sus
límites fronterizos están en el Mar Caribe. Una parte considerable de su costa
recibe fuertes embates de las aguas marinas. Allí otros elementos de la
naturaleza también son hostiles.
Así
describe Domingo Marte, en su libro Ecos de la Costa, esa zona del país: “El
borde costero de Matanzas, Baní, comienza en una orilla de arena fina y una
pared de tierra caliza de 5 metros de altura…El clima seco y ventoso de la zona
marca los afanes varios en el borde costero…”1
La
capital del Municipio Matanzas es también carnavalesca, pues cada año sus
calles se engalanan para recibir el simbolismo de personajes del folklore
criollo en una amplia gama de sus manifestaciones sociales y populares.
Comparsas de pueblos cercanos y lejanos acuden allí a exhibir sus atuendos
y a brindar alegría a la población.
El
primer caserío formado en lo que hoy es el Municipio Matanzas, probablemente en
los primeros años del siglo XVI, se le atribuye
al hacendado Cristóbal Tejeda, quien para entonces era dueño en la zona
de hatos ganaderos y otros intereses económicos, tal y como se hizo constar en
viejas anotaciones que reposan en archivos dispersos.
Los
hijos de Matanzas. Inventario genealógico de una comunidad banileja, es una
obra de gran importancia para comprender mejor el origen y la evolución de
Matanzas, no sólo en el plano demográfico, sino en diferentes aspectos de su
existencia. Su autor es Juan Báez Melo,
un matancero de pura cepa que siempre ha estado vinculado a su lar nativo, a
pesar de que hace décadas salió físicamente de allí.2
Gran
parte del Monumento Natural que son las dunas
Félix Servio Ducoudray se encuentran en los límites geográficos de Matanzas.
La
historia de esa comunidad está cargada de hechos trascendentales, en el plano
político, pero además por tradición de
siglos ha tenido una sostenida producción agrícola, ganadera y pesquera, así
como la costumbre de fabricar artesanalmente muebles, especialmente sillas y mecedoras
de maderas diversas, incluyendo algunas nobles.
La
religión tiene un importante papel en el desenvolvimiento cotidiano de sus
moradores, especialmente la fe católica, teniendo allí como patrono al santo
burgalés Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la orden de los Dominicos.
Matanzas dejó de ser campo en un octubre
Hasta
el 14 de octubre de 1991 Matanzas era una Sección adherida a la parte rural del
Municipio de Baní.
En
dicha fecha el Congreso Nacional (señalando en las notas justificativas una
serie de factores positivos) aprobó la Ley número 23, mediante la cual dicha
Sección fue elevada a la categoría de Distrito Municipal, con el mismo nombre.
Así inició el despegue urbano y la gerencia administrativa de ese hermoso
pueblo ubicado en el centro de la porción sur del valle Peravia.3
Mediante
la referida ley el paraje Las Tablas fue erigido en Sección y con su paraje
Galeón quedó como parte del entonces flamante Distrito Municipal Matanzas.
Lo
mismo ocurrió con el entonces paraje Arroyo Hondo, que por dicho texto legal
fue subido a la categoría de Sección y
con el paraje Los Tumbaos reforzó la geografía de Matanzas.
En
esa ocasión no hubo quietud en la zona, pues el hasta aquella fecha paraje
Quijá Quieta, al amparo de la citada ley, fue llevado a Sección, como parte de
la reorganización geográfica y administrativa del a la sazón Distrito Municipal
Matanzas.
Matanzas, seis años como Municipio
Matanzas, con un área superficial de 101
kilómetros cuadrados, fue convertido en Municipio el 6 de agosto del año 2013,
mediante la Ley 111-13, en la cual se tomaron en cuenta, entre otros factores,
su crecimiento económico, comprobable con las diferentes instituciones públicas
y privadas establecidas en su territorio; así como también sus lugares
turísticos y su emplazamiento en la ruta de una importante Base Naval de La Armada
Dominicana.4
El
Congreso Nacional tomó en consideración para elevar de categoría a Matanzas,
además de lo anterior, que en esa comunidad estaban dadas las condiciones a que
sujeta la creación de un Municipio la Ley 176-07, particularmente en sus
artículos 26 y 27, los cuales exigen denominación, límites, subdivisiones
territoriales, identidad geográfica, social, económica y cultural, fuentes de
ingresos constantes y suficientes más allá del 10% del presupuesto municipal,
encuesta a la población del lugar y poseer más de 15 mil habitantes.5
Para
el 2010 se contabilizaron en Matanzas 16,622 moradores, de conformidad a la
tabla de ubicación de la población dominicana que arrojó el IX Censo Nacional
de Población y Vivienda.6
Matanzas, en las letras nacionales
Matanzas,
como otras comunidades de Baní, y de todo el valle de Peravia, siempre han sido
fuentes inspiradoras para poetas, narradores y oradores. Unos han resaltado sus
hermosos paisajes, otros la belleza de sus mujeres, no pocos la laboriosidad de
sus gentes.
A
Matanzas le corresponde su parte en lo que Eugenio María de Hostos definió como “un verdadero paréntesis etnológico” y
los matanceros tienen derecho a pensar que a su tierra se refería Arturo
Logroño cuando escribió “los maravillosos campos de Baní son la sal y la
alegría de la tierra.”
El
6 de abril de 1901, que fue Sábado Santo o de Gloria, el escritor, periodista y
educador Federico Henríquez y Carvajal, al pronunciar un discurso de
agradecimiento por un homenaje que le rindió la sociedad banileja, y evocando
dos meses que 35 años atrás había vivido en Baní, expresó que para entonces
percibió que:
“Abundaban
las bellezas de quince abriles. Baní era como un cielo. Sendas “Lunas” había en
El Llano y en Matanzas…Por Paya asomaba la “Aurora”. El “Sol” iba a aparecer en
Boca Canasta o en Sombrero.”7
Planta hidrotérmica
Hace
menos de cuatro meses se puso en funcionamiento en el Municipio Matanzas una
moderna planta hidrotérmica, mediante la cual se le da el debido cuidado de
selección y empacamiento a los mangos producidos en la provincia Peravia y
zonas aledañas destinados a la exportación , especialmente hacia Europa y
EE.UU.
Con
esa obra se ampliará el mercado exportador dominicano en el renglón agrícola.
Según los datos divulgados al momento de su inauguración, en junio pasado, se
emplearán en una primera etapa cerca de 400 personas, entre trabajos directos e
indirectos, lo cual es un factor dinamizador de la economía del área, y se
beneficiarán cientos de productores de esa deliciosa fruta del género Mangifera
indica.
Pueblos y aldeas cercanos al municipio Matanzas
Entre
las pequeñas poblaciones (unas dentro y otras por los aledaños) del Municipio
Matanzas caben mencionarse Villa Sombrero, El Llano, Las Salinas, Las Calderas,
Villa Fundación, Sabana Buey, Punta Catalina, Quijá Quieta, Arroyo Hondo, Los
Tumbaos, Galeón, Las Tablas, San José, Los Rieles, Hoyo Fino, Agusadera,
Calabazas, etc.
La primera “regola” en el valle de Peravia
El
territorio de Matanzas figura como uno de los lugares donde se inició el
proceso de construcción de obras fluviales del país.
Ese hecho de gran impacto en la vida de los
moradores de allí se produjo en el 1885, con el cabezal en un lugar conocido como Río
Arriba. Estuvo a cargo del señor Juan Caballero, experto en canales o regolas. El estaba establecido
en Matanzas, donde se casó con una lugareña.
La
construcción de esa acequia, al estilo de las que él observó en Valencia,
España, fue para la época toda una revolución en la producción agrícola.
Hay
abundante documentación en la historia local sobre dicha obra de riego. Una de
ellas, del historiador banilejo César Objío, contiene esta precisión, sin
ningún ambage: “La primera regola de Baní se denomina Río Arriba.”8
Permitida
sea la digresión para decir que la palabra “regola” tiene en su origen italiano
una significación muy diferente al uso que se le da en nuestro país, y, además,
la misma no figura como parte del Diccionario de la Lengua Española.
Sin
embargo, y tal vez por la indicada construcción fluvial que en el siglo XIX
hizo Juan Caballero en las afueras de Matanzas, ese vocablo se considera un
dominicanismo.
En
efecto, Max Uribe, en su obra Notas y Apuntes Lexicográficos, puntualiza lo
siguiente: “Se admite que la voz regola es un dominicanismo de frecuente empleo
en nuestro país, equivalente a canal de riego. Es término de mucho uso en las
más de las comunidades del sur y suroeste del territorio nacional.”9
Matanzas como refugio de los gemelos Santana
En
la amplia documentación sobre la vida del General Pedro Santana hay un pasaje
sobre su fuga en los trillos de Sabana Buey, antes de proclamarse la
Independencia Nacional, cuando lo conducían en reata junto a su hermano gemelo
Ramón, y otros presos, hacia las ergástulas haitianas, por órdenes del presidente
Charles Hérard.
Ante
la afanosa búsqueda por parte de los sabuesos haitianos con sed de sangre y con
órdenes de fusilamiento inmediato, Pedro Santana y sus acompañantes de escapada
encontraron refugio seguro en la comunidad de Matanzas.
Sobre
ese acontecimiento, que marcaría otros hechos de mucha importancia para el país
en los años siguientes, el historiador Joaquín Sergio Incháustegui expresa lo
siguiente:
“En
Matanzas fueron escondidos por los esposos Luis Tejeda y Rosita Pimentel,
rodeándolos de toda clase de atenciones y seguridades, enviándolos al lugar
conocido con el nombre de “Los Médanos”, contiguo a las Salinas de Puerto
Hermoso.”10
Ex héroe independentista se fugó de Matanzas
Los
registros históricos ubican a José Valera Álvarez como héroe independentista, en cuya hoja de servicios figura como un
hábil y aguerrido participante en varios combates en pro de la consolidación de
la Independencia del país.
Cuando
se produjo la entrega de la soberanía nacional a España, con el hecho abominable
de la Anexión, patrocinada por irresolutos que nunca tuvieron fe en el coraje
del pueblo dominicano, dicho personaje se mantuvo del lado correcto de la
historia e incluso luego del Grito de Capotillo pronunció al pueblo de Baní en
la cálida tarde del 7 de octubre de
1863.Esa fue su última acción patriótica.
Luego,
sonsacado por los anexionistas, se pasó para el bando de los equivocados. Arrimó
hombro con la Anexión y combatió a los patriotas que luchaban en condiciones
adversas con enemigos de afuera y enemigos de adentro. Esa decisión fue considerada por muchos de sus ex
compañeros de lucha como un “descenso moral de su persona”.
Fue apresado en Santo Domingo, pero por
razones inexplicables el General Luperón lo puso en libertad, la cual disfrutó
poco, pues el General Pedro Florentino ordenó su reapresamiento, tomando en
consideración la traición que contra la Patria había cometido.
José Valera Álvarez, y otros renegados, fueron
confinados en Matanzas, lugar de donde se fugaron de manera espectacular,
logrando reincorporarse a las filas de los anexionistas.
Cuando
triunfó la Restauración se fue a Cuba, donde llegó a ser general, siempre al
servicio de los españoles ocupantes a título de intrusos.
Trogloditas conspiran en Matanzas contra Espaillat
Uno de los más conocidos choques armados
sostenidos por los baecistas con los partidarios del gobierno del gran
civilista Ulises Francisco Espaillat se produjo en Matanzas, en el año 1876.
Los
generales Melchor Cabral y Andrés Santana, juntos con centenares de partidarios
del gobierno constitucional de Espaillat, se batieron a tiros en las
callejuelas de Matanzas con sujetos golpistas, entre los que estaban los
trogloditas, reconocidos criminales,
apodados Solito y Baúl, utilizados con asiduidad en años anteriores por el
caudillo Buenaventura Báez para mantener bajo terror a las poblaciones del Sur
del país.
Cuando estos sujetos llegaron a Matanzas
estaban precedidos de una fama siniestra, por sus actuaciones desalmadas en el llamado Período de los Seis
Años del Partido Rojo, donde sus fechorías tuvieron un crecimiento exponencial.
En Matanzas corrió la sangre de Bolos y Coludos
Matanzas también fue escenario de luchas entre
los Bolos y los Coludos, que así se apodaban, respectivamente, los partidarios
de los caudillos de principios del siglo XX Juan Isidro Jimenes y Horacio
Vásquez.
La
historia registra que el 26 de abril de 1902 el jefe comunal de Baní, José
Andújar, que era jimenista, ante el asedio de los horacistas encabezados por el
diputado Casimiro Cordero, desplazó sus fuerzas hacia Matanzas en espera de los
refuerzos que luego arribaron por mar desde Santo Domingo, dirigidos por los
generales Román García y Pedro Álvarez, mientras que por vía terrestre llegaron
desde Azua varios pelotones al mando del general Carlos Cubilete.
Fue
grande la zozobra provocada por la lucha fratricida entre Bolos y Coludos en
esa área del país. Hasta sacerdotes participaron, de una manera u otra, en esos
acontecimientos, especialmente el cura Esteban Rojas y el sacerdote Quezada,
tal y como lo relata el Obispo Emérito de La Vega, Antonio Camilo González, quien
también fue párroco en Baní, en su sustanciosa obra Baní, hombres y tiempos.11
Carvajal Rivera, el Arzobispo que se fugó desde la
periferia de Matanzas
Quien
fuera Obispo de la colonia española de Santo Domingo durante 8 años, Fray Fernando Carvajal y Rivera, fue
un mitrado que tuvo que enfrentar desde el 1690 hasta el 1698, a los que
gobernaban sin respetar ningún nivel de escrúpulos, así como a los que desde el
área privada no tenían otro propósito que el lucro personal, para lo que
contaban incluso con la complicidad de muchos curas que ejercían bajo su
mandato.
Los
informes redactados por dicho prelado,
que reposan en el Archivo General de Indias, y algunos de los cuales fueron
divulgados en el país por el historiador César Herrera Cabral, revelan a un
hombre angustiado por los abusos que se cometían por estos lares.
Ante
la impotencia de que no le hacían caso a sus súplicas el mercedario salmantino Carvajal y Rivera se consideraba
una especie de prisionero, aunque tuviera la parafernalia de su alta dignidad
eclesiástica.
Cuando
no estaba en sus quehaceres eclesiásticos en la vetusta ciudad de Santo
Domingo, el obispo viajaba a los campos de Baní, donde interactuaba con
canarios que se dedicaban en la zona al fomento de hatos ganaderos y algún tipo
de agricultura.
Lo
que no se imaginaban las autoridades encabezadas por el Gobernador y Capitán
General de la isla, Gil Correoso y Cathalán, era que esos viajes al valle de
Peravia no eran por placer, sino una labor exploratoria para poder escaparse de
lo que él consideraba “peor que el cautiverio de Argel”; haciendo obvia
referencia a los oprobios, escarnios y martirios vividos en esa ciudad del norte
de África, en pleno Magreb.
El
26 de diciembre del año 1697, utilizando artilugios verbales propios de los
preparativos de una fuga, dejó el territorio del valle de Peravia para
atravesar el Océano Atlántico.
El
historiador César Herrera Cabral describe el hecho así: “En uno de esos viajes,
hospedado en la casa de doña Isabel de Villasani, dueña del hato más importante
de la región, preparó su fuga, embarcándose en un bergantín que cargaba maderas por el puerto de Sabana de
los Uveros, en las vecindades de Catalina.”12
En
la interesante biografía de dicho prelado figura que el viaje a España fue de
grandes dificultades, con inenarrables peripecias. Ya en tierra ibérica hizo
saber que estaba vacante el Arzobispado que dirigió durante 8 años en este
recodo del Mar Caribe.
Al poco tiempo se retiró a una vida de oración
en Conjo, Santiago de Compostela, en un convento de la orden Mercedaria, a la
que pertenecía. Allí le llegó la muerte el 26 de abril de 1701, de manera
apacible, después que tuvo tantos sufrimientos cuando estaba en el apogeo de su
vida clerical.
El mencionado Obispo jubilado Camilo González,
en su libro Los 300 años de la parroquia de Baní, narra la fuga del Arzobispo Carvajal y Rivera
así: “Del año 1690 al 1698 constan las distintas visitas que hacía a esta
región de Baní, a sus hatos y haciendas el ilustre Arzobispo Mercedario Fray
Fernando Carvajal y Rivera, quien entristecido por las injusticias que veía
sobrevenir sobre los pobres campesinos de toda la Colonia, decidió abandonar
secretamente la Isla para ir a protestar personalmente ante el Rey de España, y
así huyó por las costas de Baní y se embarcó en una nave que cargaba madera en
el puerto de Sabana de los Uveros, en las vecindades de Catalina, en los
primeros días del año 1700.”13
La
sorprendente vida de ese prelado ha sido analizada desde diversos ángulos, y
hay coincidencia en que fue un rebelde frente a las injusticias que cometían
las autoridades coloniales españolas, siendo él mismo una víctima por su
comportamiento apartado de la contemporización y ajeno a la genuflexión frente
al poder.
Sobre
el gobierno eclesiástico de ese impactante personaje que pasó varios años en
nuestra tierra abunda en datos y detalles Fernando Pérez Memén, en su
importante libro El Arzobispo Fernando Carvajal y Rivera: un crítico de la
política colonial española (y otros ensayos históricos).14
Bibliografía:
1-Ecos de la Costa. Editora
Amigo del Hogar, 2016.P262.Domingo Marte.
2-Los hijos de Matanzas. Inventario genealógico de una
comunidad banileja. Ediciones librería La Trinitaria, 2006. Juan Báez Melo.
3- Ley No.23.Gaceta Oficial No.9818, del 15 de octubre
del 1991.
4-Ley No.111-13, promulgada el 6 de agosto del 2013.
5- Ley No. 176-07.Artículos 26 y 27. Promulgada en la
Gaceta Oficial No.10426, del 20 de julio
del 2007.
6-IX Censo Nacional de Población y Vivienda, 2010.
7-Discurso, Baní, 6 de abril de 1901. Federico
Henríquez y Carvajal.
8-Diccionario biográfico histórico de los nombres de las
calles de Baní. Impresos del Valle, 1998. César Objío G.
9-Notas y Apuntes Lexicográficos. Editora de Colores,
1996. P402.Max Uribe.
10-Reseña histórica de Baní. Editora Búho,2001.P88.
Joaquín Sergio Incháustegui.
11-Baní, hombres y tiempos. Editora Amigo del
Hogar,1992. Antonio Camilo González.
12-Divulgaciones Históricas.Editora Taller, 1989.Pp27
y 28.César Herrera Cabral.
13-Los 300 años de la parroquia de Baní. Editorial UCMM,
1982. Antonio Camilo González.
14- El Arzobispo Fernando Carvajal y Rivera: un
crítico de la política colonial española (y otros ensayos
históricos.)Universidad Pedro Henríquez Ureña, 1985. Fernando Pérez Memén.
Publicado el 29 de octubre-2019.Diario Dominicano.
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