lunes, 12 de septiembre de 2011

EN DEFENSA DE UN MUERTO ILUSTRE: EL OBISPO PEPEN



El miércoles 2 de los corrientes el "licenciado en Derecho, summa cum laude" Milton Ray Guevara publicó en el Listín Diario un artículo de loas al Rector de la Pucamaima, monseñor Agripino Núñez Collado, aprovechando la ocasión, aparentemente de soslayo, para lanzar pura miasma y esputo envenenado contra la venerable memoria del fallecido obispo Juan Félix Pepén Solimán, quien fuera en vida uno de los dominicanos más dignos, tanto por su bienhechora hoja de servicios a la sociedad como por su conducta intachable.
Según narra en forma gozosa el "sumo licenciado" Ray Guevara, hace 40 años tildó al fallecido monseñor Pepén Solimán de ser "Rector a control remoto" y ahora nuevamente se refocila, no se sabe por qué recóndito rencor, repitiendo la misma bastardía, ahora más que ayer con sabor y aderezo de simonía.

La verdad con carácter de axioma del tema en cuestión es que siendo monseñor Juan Félix Pepén Solimán 0bispo de la Diócesis de La Altagracia fue urgido en el año 1967 por el entonces Nuncio Apostólico en el país, monseñor Enmanuel Clarizio, y la Conferencia del Episcopado Dominicano, para que ocupara de manera interina, y bajo condiciones excepcionales, la Rectoría de la entonces llamada Universidad Católica Madre y Maestra, hoy con el blasón de pontificia.

La sede del Obispado de La Altagracia está en Higüey, distante 300 kilómetros de Santiago, pero el sabio y bueno Pepén Solimán aceptó la encomienda con obediencia sacerdotal, bajo la condición de que se desplazaría hacia el corazón del Cibao, como en efecto lo hizo religiosamente, cada 15 días, pues los trabajos cotidianos de la alta casa de estudios estaban a cargo precisamente de la figura “hagiografiada” por el "sumo licenciado".

La vida limpia de monseñor Pepén Solimán no podrá mancharla ningún estulto, por muy presumido que sea, pues él fue un hombre de Dios que siempre llevó a la práctica su lema episcopal "Veritas et Justitia", Verdad y Justicia.

Basta revisar la historia de la mencionada Universidad para comprobar que es mentira el sonsonete de que el obispo Pepén Solimán fuera, con la carga peyorativa que contiene la malhadada expresión, un "Rector a control remoto".

Al contrario, se puede fácilmente comprobar, con tan sólo poner una pequeña dosis de honestidad intelectual en la investigación, la fecundidad de su rectoría interina y excepcional, pues en aquella Alma máter, como en otros lugares también, monseñor Pepén Solimán decía que "nada mejor ni más eficaz que abrir cauces al progreso y a la cultura por medio de la enseñanza".

Si el impenitente persecutor de la memoria del Obispo Pepén Solimán no estuviera obviamente obcecado (quien sabe por cuales oriundos motivos)ya habría tenido tiempo de indagar que la persona a quien él ha calumniado desde 1970 hasta el presente fue la misma que orientó a la juventud dominicana diciéndole que "ser educado en el cuerpo y en el espíritu significa ser libre: todo hombre ignorante es un esclavo potencial".

El nuevo ataque, ruin por demás, de Ray Guevara contra la figura esplendente del fallecido obispo Pepén Solimán es lo que más se parece al Foro Público que en su contra se publicó el 23 de noviembre de 1960 en el periódico El Caribe y sólo equiparable con el editorial de Radio Caribe que se vació el 25 de diciembre de 1960 en el referido diario, para esa época una sentina de la dictadura trujillista.

Monseñor Pepén Solimán, contrario a muchos, no vivió con su pensamiento a la deriva, y murió el 21 de julio del 2007 con su dignidad bien en alto, porque no usaba la clásica muletilla del auto engaño, propia de los fariseos y saduceos, que versificó el poeta Ramón de Campoamor: "Pecar,hacer penitencia,y luego vuelta a empezar".

El siempre me decía, ante las acciones de los pelmazos de ocasión, como en el caso de la especie, que hay que estar alerta "cuando la mentira lo arropa todo y la justicia establecida corrompe y deprime".

"Licenciado en Derecho,summ cum laude", deje a ese ilustre muerto descansar en paz.

Teófilo Lappot Robles
5 de junio del año 2010

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